En el corazón de la célebre ciudad turística, el barrio Essalam (paz en árabe) volverá a llamarse El Mellah.
Esta decisión fue tomada durante una "sesión extraordinaria" del consejo comunal de la ciudad, informó la agencia oficial MAP.
La misma tuvo lugar por iniciativa del rey Mohamed VI, con el fin de "preservar el patrimonio histórico de estos lugares", así como "el patrimonio cultural del conjunto de los componentes de la sociedad marroquí", según las autoridades. Fue tomada "por demanda del presidente de la comunidad judía de la ciudad".
En Marruecos, Mellah es el término utilizado para designar a los barrios donde vivían los judíos en las grandes ciudades. El Mellah de Marrakech fue construido en el siglo XVI para acoger a los judíos expulsados de España por la Inquisición.
Todavía rodeado por altas murallas, se extiende sobre unas cuarenta hectáreas, y actualmente está habitado principalmente por musulmanes. En junio de 2015, las autoridades ya habían lanzado un importante programa de rehabilitación.
No lejos de la célebre plaza Jemaa el Fna se encuentra un zoco de especias y bisutería, así como numerosos negocios y la sinagoga Salat Al Azama, todos construcciones varias veces centenarias.
"Recibí la noticia con mucha emoción y reconocimiento", se congratuló Serge Berdugo, jefe del Consejo de comunidades israelitas de Marruecos.
"Esto contribuye a la salvaguarda de la identidad de este barrio, en el cual en cierto momento vivieron hasta casi 70.000 judíos marroquíes. La preservación de este barrio es un gran gesto de reapropiación de la historia y del pasado de Marruecos", dice con regocijo Berdugo en las columnas de la revista marroquí TelQuel.
Hasta fines de los años 1950, Marruecos contaba con una importante comunidad judía, de unas 250.000 personas. Pero este número no ha cesado de disminuir, con olas migratorias sobre todo hacia Israel y Francia, por lo que ya no quedan más de 2.500 judíos marroquíes viviendo en el país norteafricano. No obstante, miles de peregrinos judíos vuelven de visita al reino con regularidad.
Esta decisión fue tomada durante una "sesión extraordinaria" del consejo comunal de la ciudad, informó la agencia oficial MAP.
La misma tuvo lugar por iniciativa del rey Mohamed VI, con el fin de "preservar el patrimonio histórico de estos lugares", así como "el patrimonio cultural del conjunto de los componentes de la sociedad marroquí", según las autoridades. Fue tomada "por demanda del presidente de la comunidad judía de la ciudad".
En Marruecos, Mellah es el término utilizado para designar a los barrios donde vivían los judíos en las grandes ciudades. El Mellah de Marrakech fue construido en el siglo XVI para acoger a los judíos expulsados de España por la Inquisición.
Todavía rodeado por altas murallas, se extiende sobre unas cuarenta hectáreas, y actualmente está habitado principalmente por musulmanes. En junio de 2015, las autoridades ya habían lanzado un importante programa de rehabilitación.
No lejos de la célebre plaza Jemaa el Fna se encuentra un zoco de especias y bisutería, así como numerosos negocios y la sinagoga Salat Al Azama, todos construcciones varias veces centenarias.
"Recibí la noticia con mucha emoción y reconocimiento", se congratuló Serge Berdugo, jefe del Consejo de comunidades israelitas de Marruecos.
"Esto contribuye a la salvaguarda de la identidad de este barrio, en el cual en cierto momento vivieron hasta casi 70.000 judíos marroquíes. La preservación de este barrio es un gran gesto de reapropiación de la historia y del pasado de Marruecos", dice con regocijo Berdugo en las columnas de la revista marroquí TelQuel.
Hasta fines de los años 1950, Marruecos contaba con una importante comunidad judía, de unas 250.000 personas. Pero este número no ha cesado de disminuir, con olas migratorias sobre todo hacia Israel y Francia, por lo que ya no quedan más de 2.500 judíos marroquíes viviendo en el país norteafricano. No obstante, miles de peregrinos judíos vuelven de visita al reino con regularidad.