El partido de Salé, el Congreso Popular General (CPG), pidió a sus partidarios que salgan a la calle y advirtió que la detención de su líder agravaría la crisis en el país.
El expresidente está considerado como el principal apoyo de los rebeldes chiitas, que se han apoderado de Saná y otras zonas de Yemen desde septiembre.
Los manifestantes, muchos con metralletas y retratos de Salé y de un jefe rebelde, se reunieron en la plaza Tahrir de la capital, Saná, y gritaron lemas a su favor y contra Estados Unidos, indicó un periodista de la AFP.
Estados Unidos propuso recientemente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidos un texto para prohibir a todos los estados miembros de la ONU entregar visados a Salé, presidente entre 1990 y 2012, al jefe de la rebelión chiita Ansaruala Abdel Malek Huti y a otro jefe rebelde, Abdalah Yahya al Hakim.
Salé dejó el poder tras un año de protestas contra su régimen, un movimiento en el que participaron los rebeldes chiitas, llamados hutis. Pero desde entonces éstos parecen haberse aliado a su antiguo enemigo.
El avance de los rebeldes hutis ha dado lugar a combates con los rebeldes sunitas, que en algunos casos luchan junto a Al Qaida, muy activa en Yemen.
Desde que entraron en Saná el 21 de septiembre, los hutis han ampliado sus presencia en el oeste y el sur de la capital de Yemen.