
Manifestantes en Turquía
Temprano por la mañana los manifestantes comenzaron a llegar a la plaza Taksim de Estambul, el epicentro de la protesta, con comida y frazadas dispuestos a pasar otro fin de semana de protesta, sumando carpas al famoso parque Gezi, cuya anunciada destrucción provocó la peor crisis política desde que llegó al poder el gobierno islamista conservador en 2002.
"Hace una semana jamás podría haberme imaginado durmiendo en las calles de Estambul", dijo a la AFP Aleyna, una manifestante que pasó la noche a la intemperie.
"El primer ministro intenta todos los días dividir a la población. Sólo habla de su 50% [el 50% de los electores votaron por su partido en 2011] y actúa en contra de la otra mitad", lamentó Eroy Dilek, un estudiante de 21 años que promete que los manifestantes "regresarán aquí todos los días hasta que renuncie" Erdogan.
Todo el fin de semana están previstas nuevas manifestaciones y concentraciones en los principales focos de las protestas, en Estambul, Ankara e Izmir (oeste).
Los manifestantes critican al primer ministro por su ejercicio autoritario del poder y lo acusan de querer islamizar la sociedad turca.
Criticado en su país, así como en el extranjero por la brutalidad con la que la policía reprimió a los manifestantes, Erdogan suavizó el viernes el discurso de firmeza que mantenía desde hace varios días contra los manifestantes, a los que calificó a menudo de "vándalos" o "extremistas".
"Estamos en contra de la violencia, el vandalismo y las acciones que amenacen a los otros en nombre de la libertad", declaró en un foro internacional en Estambul, añadiendo que recibirá a todos los que "vengan con exigencias democráticas".
En esta misma conferencia el comisario europeo a cargo de la ampliación de la UE, Stefan Füle, denunció "el recurso excesivo a la fuerza".
En el mismo sentido la canciller alemana Angela Merkel, la Federación Internacional de Periodistas o la Federación Internacional de Derechos Humanos denunciaron la brutalidad policial.
En respuesta el primer ministro turco reaccionó y denunció el "doble discurso" de los países occidentales hacia su país.
"En cualquier país de Europa, cuando hay una protesta violenta contra un proyecto de demolición de este tipo, créanme, los que están implicados son reprimidos aún con más severidad", dijo citando a Grecia, Francia o Alemania.
Según el último balance publicado por el sindicato de médicos turcos, por las protestas murieron dos manifestantes y un policía y 4.785 personas resultaron heridas.
Este sábado el primer ministro debe reunirse con la dirección de su partido, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), un encuentro programado que en esta ocasión se llevará a cabo en Estambul.
"Hace una semana jamás podría haberme imaginado durmiendo en las calles de Estambul", dijo a la AFP Aleyna, una manifestante que pasó la noche a la intemperie.
"El primer ministro intenta todos los días dividir a la población. Sólo habla de su 50% [el 50% de los electores votaron por su partido en 2011] y actúa en contra de la otra mitad", lamentó Eroy Dilek, un estudiante de 21 años que promete que los manifestantes "regresarán aquí todos los días hasta que renuncie" Erdogan.
Todo el fin de semana están previstas nuevas manifestaciones y concentraciones en los principales focos de las protestas, en Estambul, Ankara e Izmir (oeste).
Los manifestantes critican al primer ministro por su ejercicio autoritario del poder y lo acusan de querer islamizar la sociedad turca.
Criticado en su país, así como en el extranjero por la brutalidad con la que la policía reprimió a los manifestantes, Erdogan suavizó el viernes el discurso de firmeza que mantenía desde hace varios días contra los manifestantes, a los que calificó a menudo de "vándalos" o "extremistas".
"Estamos en contra de la violencia, el vandalismo y las acciones que amenacen a los otros en nombre de la libertad", declaró en un foro internacional en Estambul, añadiendo que recibirá a todos los que "vengan con exigencias democráticas".
En esta misma conferencia el comisario europeo a cargo de la ampliación de la UE, Stefan Füle, denunció "el recurso excesivo a la fuerza".
En el mismo sentido la canciller alemana Angela Merkel, la Federación Internacional de Periodistas o la Federación Internacional de Derechos Humanos denunciaron la brutalidad policial.
En respuesta el primer ministro turco reaccionó y denunció el "doble discurso" de los países occidentales hacia su país.
"En cualquier país de Europa, cuando hay una protesta violenta contra un proyecto de demolición de este tipo, créanme, los que están implicados son reprimidos aún con más severidad", dijo citando a Grecia, Francia o Alemania.
Según el último balance publicado por el sindicato de médicos turcos, por las protestas murieron dos manifestantes y un policía y 4.785 personas resultaron heridas.
Este sábado el primer ministro debe reunirse con la dirección de su partido, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), un encuentro programado que en esta ocasión se llevará a cabo en Estambul.