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Estas milicias imponen su ley en Libia, sumida en la anarquía, frente a unas autoridades que no logran restaurar el orden desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011, tras ocho meses de rebelión armada.
En un comunicado publicado la madrugada del lunes, el gobierno dimisionario dirigido por Abdalá al Theni dijo que las milicias impiden bajo amenazas el funcionamiento de los servicios del Estado en la capital.
Este gabinete está encargado de lidiar con los asuntos corrientes, tras anunciar el jueves su dimisión ante el Parlamento elegido el 25 de junio y cuya sede se halla también en el este del país para escapar del acoso de las milicias armadas.
"Las sedes de los ministerios y de los servicios del Estado en Trípoli están ocupados por milicianos armados que impiden el acceso de los funcionarios y amenazan a sus responsables", subrayó el gabinete en un comunicado.
El gobierno dimisionario "trata de garantizar desde lejos la continuidad de estos servicios, manteniendo contacto con los responsables", agregó.
Al Theni acusó el 25 de agosto a los milicianos de "Fajr Libya" (Alba de Libia), procedentes en su mayoría de la ciudad de Misrata (al este de la capital), de haber incendiado y saqueado su residencia en el sur de Trípoli tras haberle arrebatado el aeropuerto de la capital a los milicianos rivales de Zenten (oeste).
Los milicianos de "Fajr Libya", integrada por facciones islamistas que quieren formar un gobierno paralelo en Trípoli, fueron calificados de "terroristas" por el Parlamento.
