Caral
La presión minera se ha extendido en el valle de Supe, donde existen 56 concesiones mineras tituladas, de las cuales 25 se superponen a zonas arqueológicas de Caral, según un informe difundido este domingo por el diario El Comercio.
La destrucción del patrimonio arqueológico "es como si se hubiera quemado un libro que nunca nadie leyó. Lo que se destruyó es una historia perdida", dijo a ese rotativo la arqueóloga Ruth Shady, descubridora y defensora de Caral.
"No se puede llegar a una zona, usar explosivos y desaparecer el patrimonio", lamentó Shady al remarcar que no está contra la minería, "pero previamente se tiene que recuperar la información histórica del lugar".
La investigación del diario limeño subraya que la Dirección Regional de Minería de Lima ha estado otorgando los derechos mineros, incluso en la zona de amortiguamiento de Caral, pese a disposiciones que prohíben la explotación minera en áreas arqueológicas.
Abogados del proyecto Caral denunciaron penalmente a la minera Barranca Gold por daños y destrucción del patrimonio al construir una carretera e instalar un campamento en la zona de Cerro Colorado, pero la empresa adujo que las autoridades de minería nunca les informaron que se trataba de una zona arqueológica.
Aparte de esa empresa, cientos de mineros extraen ilegalmente minerales de Caral durante las noches y madrugadas con explosiones que alertan a los arqueólogos. Cuando èstos avisan a la policía, los agentes responden: "nosotros no escuchamos nada", revela El Comercio.
La civilización Caral, contemporánea de las de Mesopotamia y Egipto, surgió 45 siglos antes que la inca, en una meseta desierta y árida que domina el valle del río Supe.
La UNESCO, que la declaró Patrimonio Cultural de la Huamnidad en junio de 2009, la calificó como lugar "impresionante por la concepción y complejidad de sus elementos arquitectónicos y espaciales, sobre todo las plataformas monumentales de piedra y tierra y los patios circulares bajos".
La destrucción del patrimonio arqueológico "es como si se hubiera quemado un libro que nunca nadie leyó. Lo que se destruyó es una historia perdida", dijo a ese rotativo la arqueóloga Ruth Shady, descubridora y defensora de Caral.
"No se puede llegar a una zona, usar explosivos y desaparecer el patrimonio", lamentó Shady al remarcar que no está contra la minería, "pero previamente se tiene que recuperar la información histórica del lugar".
La investigación del diario limeño subraya que la Dirección Regional de Minería de Lima ha estado otorgando los derechos mineros, incluso en la zona de amortiguamiento de Caral, pese a disposiciones que prohíben la explotación minera en áreas arqueológicas.
Abogados del proyecto Caral denunciaron penalmente a la minera Barranca Gold por daños y destrucción del patrimonio al construir una carretera e instalar un campamento en la zona de Cerro Colorado, pero la empresa adujo que las autoridades de minería nunca les informaron que se trataba de una zona arqueológica.
Aparte de esa empresa, cientos de mineros extraen ilegalmente minerales de Caral durante las noches y madrugadas con explosiones que alertan a los arqueólogos. Cuando èstos avisan a la policía, los agentes responden: "nosotros no escuchamos nada", revela El Comercio.
La civilización Caral, contemporánea de las de Mesopotamia y Egipto, surgió 45 siglos antes que la inca, en una meseta desierta y árida que domina el valle del río Supe.
La UNESCO, que la declaró Patrimonio Cultural de la Huamnidad en junio de 2009, la calificó como lugar "impresionante por la concepción y complejidad de sus elementos arquitectónicos y espaciales, sobre todo las plataformas monumentales de piedra y tierra y los patios circulares bajos".