Rupert Murdoch
Los comentarios de Cable a dos periodistas del diario Daily Telegraph que se hicieron pasar por militantes de su partido llevó al primer ministro conservador David Cameron a retirarle competencias, pero los comentaristas políticos coincidieron en que si el ministro liberal demócrata conservó la cartera fue sólamente por el bien de la coalición gubernamental.
Los apuros de esta alianza considerada 'contranatura' aumentaron este miércoles tras la publicación en el mismo diario de las críticas de otros tres de sus miembros a las políticas del gobierno en el poder desde mayo.
Cable fue considerado desde el principio como uno de los liberaldemócratas más infelices con las concesiones que tuvo que hacer su partido para gobernar.
El Daily Telegraph publicó inicialmente que Cable se había jactado de tener "un botón nuclear" para hacer estallar la coalición, pero las dificultades del ministro aumentaron cuando la BBC filtró otros comentarios en los que decía a las reporteras que podía bloquear el proyecto del patrón de origen australiano del gigante News Corp. para hacerse con el control de BSkyB.
Cameron, que juzgó los comentarios "totalmente inaceptables", retiró a Cable la supervisión de las empresas de prensa, audiovisuales y de telecomunicaciones, que pasaron a manos del titular de Cultura, Jeremy Hunt, quien se ha expresado públicamente en favor del acuerdo.
Para algunos comentaristas, esta decisión aumenta la probabilidad de que los reguladores británicos autoricen el proyecto de News Corp. de adquirir el 61% que todavía no posee en BSkyB, como ya hizo el martes la Comisión Europea.
El Daily Telegraph publicó este miércoles los indiscretos comentarios de otros miembros del gobierno menos conocidos que también cayeron en su trampa.
En una conversación que creían privada, Michael Moore, Ed Davey y Steve Webb criticaron varias decisiones gubernamentales y el primero llegó a afirmar que el ala derecha de los 'Tories' "odia cordialmente" a los liberaldemócratas, que "se lo devuelven con creces".
El líder liberaldemócrata y viceprimer ministro del gobierno, Nick Clegg, trató de minimizar que hubiera fisuras dentro del gobierno.
"Hay diferencias de opinión en la coalición, como también las hay en todos los gobiernos", declaró a los periodistas.
Pero el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, no desaprovechó la oportunidad para decir que la coalición era "una farsa".
Los apuros de esta alianza considerada 'contranatura' aumentaron este miércoles tras la publicación en el mismo diario de las críticas de otros tres de sus miembros a las políticas del gobierno en el poder desde mayo.
Cable fue considerado desde el principio como uno de los liberaldemócratas más infelices con las concesiones que tuvo que hacer su partido para gobernar.
El Daily Telegraph publicó inicialmente que Cable se había jactado de tener "un botón nuclear" para hacer estallar la coalición, pero las dificultades del ministro aumentaron cuando la BBC filtró otros comentarios en los que decía a las reporteras que podía bloquear el proyecto del patrón de origen australiano del gigante News Corp. para hacerse con el control de BSkyB.
Cameron, que juzgó los comentarios "totalmente inaceptables", retiró a Cable la supervisión de las empresas de prensa, audiovisuales y de telecomunicaciones, que pasaron a manos del titular de Cultura, Jeremy Hunt, quien se ha expresado públicamente en favor del acuerdo.
Para algunos comentaristas, esta decisión aumenta la probabilidad de que los reguladores británicos autoricen el proyecto de News Corp. de adquirir el 61% que todavía no posee en BSkyB, como ya hizo el martes la Comisión Europea.
El Daily Telegraph publicó este miércoles los indiscretos comentarios de otros miembros del gobierno menos conocidos que también cayeron en su trampa.
En una conversación que creían privada, Michael Moore, Ed Davey y Steve Webb criticaron varias decisiones gubernamentales y el primero llegó a afirmar que el ala derecha de los 'Tories' "odia cordialmente" a los liberaldemócratas, que "se lo devuelven con creces".
El líder liberaldemócrata y viceprimer ministro del gobierno, Nick Clegg, trató de minimizar que hubiera fisuras dentro del gobierno.
"Hay diferencias de opinión en la coalición, como también las hay en todos los gobiernos", declaró a los periodistas.
Pero el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, no desaprovechó la oportunidad para decir que la coalición era "una farsa".