La visita de Serguei Shoigu y de Serguei Lavrov a sus homólogos egipcios es, según Moscú, la "primera en la historia" de las relaciones de ambos países en ese formato de 2+2.
Esto demuestra la importancia de dichas discusiones en momentos en que las relaciones entre Washington y el nuevo gobierno dirigido de facto por los militares egipcios se han enfriado.
Antes de terminar la visita, los ministros rusos fueron recibidos por el presidente interino Adly Mansur, al que Lavrov comunicó "el apoyo de Rusia al pueblo egipcio durante el difícil periodo de transición", informó la agencia gubernamental Mena.
Estas conversaciones también tienen lugar en plena crisis política en Egipto, cuatro meses después de que el ejército destituyó y arrestó al único presidente electo democráticamente en la historia del país, el islamista Mohamed Mursi, actualmente encarcelado y procesado.
El nuevo gobierno de Egipto desencadenó la cólera de Estados Unidos, su aliado histórico, al lanzar una represión implacable y mortífera contra las manifestaciones de los partidarios de Mursi.
Los dos ministros rusos se reunieron con sus homólogos, el ministro de Relaciones Exteriores Nabil Fahmy y el general Abdel Fata al Sisi, ministro de Defensa, viceprimer ministro, comandante en jefe del ejército y verdadero hombre fuerte del país desde que él mismo anunció la destitución y el arresto de Mursi, el 3 de julio pasado.
Shoigu y Sisi "hablaron de cooperación militar", afirmó Lavrov durante una conferencia de prensa. Fahmy insistió en que esa cooperación existía "desde hacía mucho tiempo", pero no hubo ninguna revelación sobre el contenido de las discusiones.
Recientemente, Fahmy dijo a la AFP que quería ofrecer nuevas "opciones" a su país después de la congelación parcial en octubre por Washington, el principal proveedor del ejército egipcio, de su ayuda militar masiva de 1.300 millones de dólares anuales, como represalia de la represión contra los partidarios de Mursi a mediados de agosto.
En los últimos tres meses, más de 1.000 manifestantes partidarios de Mursi murieron, y más de 2.000 miembros de los Hermanos Musulmanes fueron arrestados, incluyendo a casi todos los dirigentes de esa cofradía a la cual pertenecía el presidente destituido, que ganó por mayoría las primeras elecciones democraticas en el país, a fines de 2011.
Estados Unidos ha suministrado miles de millones de dólares en ayuda a Egipto desde que ese país firmó en 1979 un acuerdo de paz con Israel. Era una forma de garantizar el respeto de ese tratado, de asegurarse un acceso prioritario al Canal de Suez, y de apoyar al país con más habitantes del mundo árabe y muy activo en la "guerra contra el terrorismo" islamista de Washington.
El 3 de noviembre, el secretario de Estado norteamericano John Kerry viajó a El Cairo para reactivar las relaciones bilaterales, afirmando que estaba decidido a trabajar con las autoridades interinas y abandonando todo llamado a la liberación de Mursi en vísperas del comienzo de su juicio por "incitación al asesinato" de manifestantes.
Sin embargo, Fahmy advirtió que si bien esa visita hizo "buena impresión", las relaciones bilaterales no estaban a salvo de "sobresaltos".
En lo que respecta a la transición democrática prometida por las nuevas autoridades, Lavrov destacó que "Rusia (está) contra toda injerencia en los asuntos internos y (respeta) la soberanía de Egipto y el derecho del pueblo egipcio a disponer de sí mismo".
A nivel diplomático, Lavrov y Fahmy afirmaron que discutieron sobre las negociaciones israelo-palestinas, que enfrentan dificultades para reanudarse.
Sobre el conflicto en Siria, que enfrenta a partidarios y opositores al régimen de Bashar al Asad -gran aliado de Moscú- y que ya dejó más de 120.000 muertos, los dos ministros llamaron a una "solución política" a través de un "diálogo" que podría iniciarse en la conferencia llamada Ginebra 2. Lavrov indicó que espera que dicha conferencia comience "cuanto antes".
La visita de ambos ministros coincidió con la llegada de un barco de guerra ruso a una base militar egipcia en el mar Rojo, indicaron fuentes militares, que precisaron que se trata del segundo barco ruso que acosta en Egipto esta semana.
Según el experto Shadi Hamid, director de investigaciones en el Brookings Doha Center, para Egipto, acercarse a Rusia es "una buena táctica" que "puede ser un instrumento de negociación para impedir que los estadounidenses presionen".
Sin embargo, "el sistema de armamento egipcio es totalmente estadounidense, y un cambio radical hacia un sistema ruso tomaría tiempo y nada indica que eso está previsto. Estados Unidos seguirá siendo el principal proveedor del ejército egipcio", afirmó.