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Acto de homenaje a mujeres asesinadas, en Ciudad Juárez.
"Este pacto es el inicio de la reconstrucción de México" señaló el poeta Javier Sicilia, que convocó la caravana, durante el acto de firma del pacto en la plaza Benito Juárez.
Sicilia logró reunir a dos centenares de organizaciones cívicas, grupos de derechos humanos y de víctimas de la violencia, aunque sin aceptar formalmente el respaldo de partidos.
La caravana recibió este viernes el respaldo del gobierno de Estados Unidos.
"Apoyamos ciertamente a la sociedad civil que pide paz, especialmente en México, donde la sociedad en su conjunto se ha visto tan afectada por la violencia del narcotráfico", declaró en rueda de prensa Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado.
El sábado la caravana cruzara brevemente la frontera para un acto con organizaciones estadounidenses en El Paso (Texas), vecina de Ciudad Juárez, en donde se pedirá a Washington replantear su estrategia de convertir la lucha antidroga en una guerra. En tanto el presidente Felipe Calderón irá a California en una visita de trabajo, anunció su despacho.
El pacto firmado este viernes exige al gobierno que se aclaren los más de 37.000 crímenes que atribuyen a la estrategia adoptada por el presidente Felipe Calderón en 2006 de enfrentar al narcotráfico con un despliegue militar.
Pide también que se asuma "una nueva estrategia de seguridad ciudadana con enfoque en los derechos humanos", así como centrarse en los problemas de desempleo, falta de oportunidades y educación que empujan a muchos mexicanos al crimen.
El documento plantea asimismo una reforma política, que abra la posibilidad a candidaturas independientes de los partidos y la posibilidad de realizar plebiscitos.
Mientras la caravana exigía el cese de la violencia, al menos 14 personas fueron asesinadas en el estado mexicano de Chihuahua incluyendo 10 en Ciudad Juárez, según reportes oficiales.
Temprano este viernes, la caravana fue recibida por cientos de mujeres en un campo algodonero de Ciudad de Juárez, donde en 2001 fueron hallados los cuerpos de ocho jovencitas.
Por ese caso, uno de los 400 asesinatos contra mujeres ocurridos entre 1993 y 2003 en esta ciudad de 1,2 millones de habitantes, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó en 2009 al Estado mexicano.
"Javier, las madres de Ciudad Juárez, tan afectadas por la violencia y el crimen, por la desaparición de nuestras hijas y la muerte de nuestros hijos, te abrazamos en solidaridad, porque el tuyo es también nuestro dolor", dijo Verónica Corchado, portavoz de una red de activistas contra los crímenes de mujeres, al recibir a Sicilia.
Esta caravana es la tercera protesta que organiza Sicilia tras el asesinato en marzo de su hijo Francisco y de otras seis personas en Cuernavaca, a manos de un grupo de narcotraficantes apoyados por un jefe policial local, según la investigación oficial.
A comienzos de mayo, Sicilia había organizado una marcha a pie desde Cuernavaca que finalizó con un concentración de 85.000 personas reunidas en el Zócalo (plaza central) de Ciudad de México.
Julián Le Baron, miembro de una familia en la que varios de cuyos miembros fueron asesinados por protestar contra los secuestros en la zona de Ciudad Juárez, y quien compartió con Sicilia el recorrido de la caravana, dijo que lo fundamental del movimiento es que se escuche la voz de la mayoría de mexicanos, silenciada por el miedo o el ostracismo.
"En México somos millones y millones de buenos y muy pocos los delincuentes", reclamó frente a las cámaras.
Sicilia logró reunir a dos centenares de organizaciones cívicas, grupos de derechos humanos y de víctimas de la violencia, aunque sin aceptar formalmente el respaldo de partidos.
La caravana recibió este viernes el respaldo del gobierno de Estados Unidos.
"Apoyamos ciertamente a la sociedad civil que pide paz, especialmente en México, donde la sociedad en su conjunto se ha visto tan afectada por la violencia del narcotráfico", declaró en rueda de prensa Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado.
El sábado la caravana cruzara brevemente la frontera para un acto con organizaciones estadounidenses en El Paso (Texas), vecina de Ciudad Juárez, en donde se pedirá a Washington replantear su estrategia de convertir la lucha antidroga en una guerra. En tanto el presidente Felipe Calderón irá a California en una visita de trabajo, anunció su despacho.
El pacto firmado este viernes exige al gobierno que se aclaren los más de 37.000 crímenes que atribuyen a la estrategia adoptada por el presidente Felipe Calderón en 2006 de enfrentar al narcotráfico con un despliegue militar.
Pide también que se asuma "una nueva estrategia de seguridad ciudadana con enfoque en los derechos humanos", así como centrarse en los problemas de desempleo, falta de oportunidades y educación que empujan a muchos mexicanos al crimen.
El documento plantea asimismo una reforma política, que abra la posibilidad a candidaturas independientes de los partidos y la posibilidad de realizar plebiscitos.
Mientras la caravana exigía el cese de la violencia, al menos 14 personas fueron asesinadas en el estado mexicano de Chihuahua incluyendo 10 en Ciudad Juárez, según reportes oficiales.
Temprano este viernes, la caravana fue recibida por cientos de mujeres en un campo algodonero de Ciudad de Juárez, donde en 2001 fueron hallados los cuerpos de ocho jovencitas.
Por ese caso, uno de los 400 asesinatos contra mujeres ocurridos entre 1993 y 2003 en esta ciudad de 1,2 millones de habitantes, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó en 2009 al Estado mexicano.
"Javier, las madres de Ciudad Juárez, tan afectadas por la violencia y el crimen, por la desaparición de nuestras hijas y la muerte de nuestros hijos, te abrazamos en solidaridad, porque el tuyo es también nuestro dolor", dijo Verónica Corchado, portavoz de una red de activistas contra los crímenes de mujeres, al recibir a Sicilia.
Esta caravana es la tercera protesta que organiza Sicilia tras el asesinato en marzo de su hijo Francisco y de otras seis personas en Cuernavaca, a manos de un grupo de narcotraficantes apoyados por un jefe policial local, según la investigación oficial.
A comienzos de mayo, Sicilia había organizado una marcha a pie desde Cuernavaca que finalizó con un concentración de 85.000 personas reunidas en el Zócalo (plaza central) de Ciudad de México.
Julián Le Baron, miembro de una familia en la que varios de cuyos miembros fueron asesinados por protestar contra los secuestros en la zona de Ciudad Juárez, y quien compartió con Sicilia el recorrido de la caravana, dijo que lo fundamental del movimiento es que se escuche la voz de la mayoría de mexicanos, silenciada por el miedo o el ostracismo.
"En México somos millones y millones de buenos y muy pocos los delincuentes", reclamó frente a las cámaras.
