El 14 de agosto de 2013, un poco más de un mes después de que el exjefe del ejército y actual presidente Abdel Fatah al Sisi destituyera e hiciera detener a Mursi, las fuerzas de seguridad reprimían sangrientamente dos sentadas de sus partidarios en las plazas Rabaa al-Adawiya y Nahda en El Cairo, causando más de 700 muertos en pocas horas, según un balance oficial.
La organización internacional Human Rights Watch acusó el martes al nuevo poder militar de haber perpretado ese día "una masacre", que se asemeja probablemente a un crimen contra "la Humanidad", y reclamó una investigación contra Sisi.
Los partidarios de Mursi llamaron a manifestar el jueves para conmemorar el drama, pero su movilización era débil al comienzos de la tarde. Los enfrentamientros se produjeron al margen de algunos desfiles.