Medios de prensa reportaron este sábado la decisión del juez Arthur Pinheiro Chaves, de un tribunal de Belem (norte de Brasil), de multar con 15 millones de reales (USD 4,3 millones) al consorcio Norte Energía como "indemnización por daños morales" a la población de Altamira, donde se realiza el monumental emprendimiento.
Al ganar la licitación, la empresa se comprometió a realizar obras de saneamiento básico y hasta ahora, según el juez, "la ausencia, al menos parcial, de las obras" es motivo "razonable y suficiente para una indemnización".
La sentencia, que puede ser apelada, ordena que Norte Energía realice las obras de saneamiento para aguas servidas, drenaje urbano y un basurero.
El juez Chaves multó además a Norte Energía en 3 millones de reales (USD 877.000) por incumplir otras medidas de protección a la población local.
Belo Monte, ubicada a orillas del río Xingú, está destinada a ser la tercera represa más grande del mundo, detrás de la binacional brasileño-paraguaya Itaipú y de la de Tres Gargantas en China.
La hidroeléctrica se construye a un costo de casi 13.000 millones de dólares e indígenas y grupos ecologistas llevan años denunciando su gran impacto socioambiental.
La obra, que comenzó en junio de 2011, ha sido interrumpida en varias ocasiones por órdenes judiciales, protestas indígenas o conflictos laborales.
Cuando esté plenamente operativa proporcionará 11.233 MW, el 11% de la capacidad energética instalada en Brasil.
Al ganar la licitación, la empresa se comprometió a realizar obras de saneamiento básico y hasta ahora, según el juez, "la ausencia, al menos parcial, de las obras" es motivo "razonable y suficiente para una indemnización".
La sentencia, que puede ser apelada, ordena que Norte Energía realice las obras de saneamiento para aguas servidas, drenaje urbano y un basurero.
El juez Chaves multó además a Norte Energía en 3 millones de reales (USD 877.000) por incumplir otras medidas de protección a la población local.
Belo Monte, ubicada a orillas del río Xingú, está destinada a ser la tercera represa más grande del mundo, detrás de la binacional brasileño-paraguaya Itaipú y de la de Tres Gargantas en China.
La hidroeléctrica se construye a un costo de casi 13.000 millones de dólares e indígenas y grupos ecologistas llevan años denunciando su gran impacto socioambiental.
La obra, que comenzó en junio de 2011, ha sido interrumpida en varias ocasiones por órdenes judiciales, protestas indígenas o conflictos laborales.
Cuando esté plenamente operativa proporcionará 11.233 MW, el 11% de la capacidad energética instalada en Brasil.