"Hubo verdaderos avances sobre este tema", dijo a la prensa Julie-Anne Richards de la ONG Climate Justice Programme, que defiende los derechos de los países en desarrollo.
Lo que está en juego es un fondo anual de 100.000 millones de dólares para "daños y perjuicios", destinado a ayudar a partir de 2020 a los países en desarrollo confrontados al cambio climático.
La idea es apuntalar la reducción de sus emisiones de gases contaminantes e indemnizarlos, de alguna forma, por los daños padecidos a causa de los fenómenos extremos que ya generan los que emitieron los países ricos en dos siglos de industrialización.
"Constato que se ha producido un enorme cambio, especialmente de parte de los países desarrollados", dijo a la AFP Amjad Abdulla, representante de las islas Maldivas y vocero de la Alianza de los pequeños Estados isleños (AOSIS).
Como siempre, el problema son los detalles. El caso de las islas del Pacífico de escaso relieve amenazadas con quedar sumergidas por las aguas de los océanos se defiende solo. ¿Pero qué ocurre con el impacto de sequías, inundaciones y huracanes en países pobres de otras regiones?
"México, como país vulnerable que es, lo entiende muy bien", dijo a la AFP el principal negociador de ese país en Bonn, Roberto Dondisch. "Pero también entendemos que es un tema muy complicado".
Los representantes de los 195 países de la ONU debaten hasta el viernes un texto de 80 páginas cuyo objetivo principal es revertir el calentamiento del planeta causado por la actividad humana, limitándolo a 2ºC. Se espera sea acordado en diciembre próximo en una cumbre prevista en Le Bourget, al norte de París.
El capítulo "daños y perjuicios" era uno de los obstáculos más temidos por los negociadores, que esta semana expresaron su frustración por la lentitud de todo el proceso.
Los países ricos y especialmente Estados Unidos, donde cualquier iniciativa diplomática multilateral es pasada por el peine fino de los abogados del departamento de Estado al acecho de cualquier causa potencialmente generadora de demandas judiciales, quiere evitar firmar un cheque en blanco "sin fin" para futuras indemnizaciones, según Abdulla.
Pero precisamente el avance en las conversaciones técnicas de Bonn provino de un cambio de posición de Estados Unidos, respaldado por la Unión Europea, indicaron negociadores y analistas.
En una reunión a puertas cerradas, dos participantes confirmaron que el representante norteamericano había accedido a que el espinoso capítulo "daños y perjuicios" esté incluido en el paquete de medidas negociadas en la COP21 de París, un cambio de postura radical con relación a discusiones anteriores.
Estados Unidos y la UE accedieron en principio a mantener el llamado Mecanismo de Varsovia, aprobado en 2013 en la capital polaca, más allá de su fecha de vencimiento de 2020, cuando entre en vigor lo que sea aprobado en París.
Un portavoz de la Comisión Europea indicó que había "escuchado con atención los reclamos de los países en desarrollo" y reconoció la importancia de que se vean reflejados en el acuerdo final.
Según Romain Benicchio, de la ONG Oxfam, "el hecho de que Estados Unidos esté dispuesto a aceptar que se incluya en la decisión de la COP21 es percibido como una señal positiva, pero estamos muy lejos de un resultado final y de que haya un mecanismo concreto de compensación de daños y perjuicios en el pacto legal de París".
"México ha jugado un papel importante en tratar de acercar a los países desarrollados a este tema", aseguró Roberto Dondisch. Según el negociador mexicano, "es uno de los temas mas complicados de aquí a París".
"Hay aspectos importantes como la vinculación de oferta y demanda, de mejores recursos y prácticas, pero no hay una claridad de cómo tratar el tema. No sabemos cómo hacerlo operacional y no hemos visto ninguna propuesta de ningún país que sea muy clara".
Se espera que el viernes, último día de deliberaciones en Bonn antes de una última tanda de cinco jornadas en octubre, también previstas en esta ciudad alemana a orillas del Rin, los copresidentes de las negociaciones intenten avanzar hacia un texto más compacto que allane el camino hacia París en todos los temas.
"El vaso está mitad vacío, pero también está lleno hasta la mitad", resumió diplomáticamente el representante de Argelia Ahmed Djoghlaf, uno de los dos copresidentes de las negociaciones.
Lo que está en juego es un fondo anual de 100.000 millones de dólares para "daños y perjuicios", destinado a ayudar a partir de 2020 a los países en desarrollo confrontados al cambio climático.
La idea es apuntalar la reducción de sus emisiones de gases contaminantes e indemnizarlos, de alguna forma, por los daños padecidos a causa de los fenómenos extremos que ya generan los que emitieron los países ricos en dos siglos de industrialización.
"Constato que se ha producido un enorme cambio, especialmente de parte de los países desarrollados", dijo a la AFP Amjad Abdulla, representante de las islas Maldivas y vocero de la Alianza de los pequeños Estados isleños (AOSIS).
Como siempre, el problema son los detalles. El caso de las islas del Pacífico de escaso relieve amenazadas con quedar sumergidas por las aguas de los océanos se defiende solo. ¿Pero qué ocurre con el impacto de sequías, inundaciones y huracanes en países pobres de otras regiones?
"México, como país vulnerable que es, lo entiende muy bien", dijo a la AFP el principal negociador de ese país en Bonn, Roberto Dondisch. "Pero también entendemos que es un tema muy complicado".
- EEUU mejor dispuesto -
Los representantes de los 195 países de la ONU debaten hasta el viernes un texto de 80 páginas cuyo objetivo principal es revertir el calentamiento del planeta causado por la actividad humana, limitándolo a 2ºC. Se espera sea acordado en diciembre próximo en una cumbre prevista en Le Bourget, al norte de París.
El capítulo "daños y perjuicios" era uno de los obstáculos más temidos por los negociadores, que esta semana expresaron su frustración por la lentitud de todo el proceso.
Los países ricos y especialmente Estados Unidos, donde cualquier iniciativa diplomática multilateral es pasada por el peine fino de los abogados del departamento de Estado al acecho de cualquier causa potencialmente generadora de demandas judiciales, quiere evitar firmar un cheque en blanco "sin fin" para futuras indemnizaciones, según Abdulla.
Pero precisamente el avance en las conversaciones técnicas de Bonn provino de un cambio de posición de Estados Unidos, respaldado por la Unión Europea, indicaron negociadores y analistas.
En una reunión a puertas cerradas, dos participantes confirmaron que el representante norteamericano había accedido a que el espinoso capítulo "daños y perjuicios" esté incluido en el paquete de medidas negociadas en la COP21 de París, un cambio de postura radical con relación a discusiones anteriores.
- Mitad lleno o mitad vacío -
Estados Unidos y la UE accedieron en principio a mantener el llamado Mecanismo de Varsovia, aprobado en 2013 en la capital polaca, más allá de su fecha de vencimiento de 2020, cuando entre en vigor lo que sea aprobado en París.
Un portavoz de la Comisión Europea indicó que había "escuchado con atención los reclamos de los países en desarrollo" y reconoció la importancia de que se vean reflejados en el acuerdo final.
Según Romain Benicchio, de la ONG Oxfam, "el hecho de que Estados Unidos esté dispuesto a aceptar que se incluya en la decisión de la COP21 es percibido como una señal positiva, pero estamos muy lejos de un resultado final y de que haya un mecanismo concreto de compensación de daños y perjuicios en el pacto legal de París".
"México ha jugado un papel importante en tratar de acercar a los países desarrollados a este tema", aseguró Roberto Dondisch. Según el negociador mexicano, "es uno de los temas mas complicados de aquí a París".
"Hay aspectos importantes como la vinculación de oferta y demanda, de mejores recursos y prácticas, pero no hay una claridad de cómo tratar el tema. No sabemos cómo hacerlo operacional y no hemos visto ninguna propuesta de ningún país que sea muy clara".
Se espera que el viernes, último día de deliberaciones en Bonn antes de una última tanda de cinco jornadas en octubre, también previstas en esta ciudad alemana a orillas del Rin, los copresidentes de las negociaciones intenten avanzar hacia un texto más compacto que allane el camino hacia París en todos los temas.
"El vaso está mitad vacío, pero también está lleno hasta la mitad", resumió diplomáticamente el representante de Argelia Ahmed Djoghlaf, uno de los dos copresidentes de las negociaciones.