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"El principal impacto por la contaminación es el agua, porque esas personas viven del río, la usan para consumo y limpieza personal, además se alimentan de los peces", dijo en rueda de prensa la coordinadora residente en Guatemala de la ONU, la francesa Valerie Julliand.
Afirmó que la contaminación del afluente también tuvo un "impacto psicosocial", porque "es un elemento de choque adicional a la situación de pobreza, por eso ellos consideran que están de luto por la pérdida del río".
A principios de junio pasado se dio a conocer la contaminación del río La Pasión, en el departamento de Petén, fronterizo con México, por la mortandad de miles de peces que las autoridades calificaron de "ecocidio" e iniciaron una investigación para determinar las responsabilidades.
El desastre afectó a unas 23 especies de peces y se realizan los estudios de posibles daños a 21 variedades de mamíferos, aves y reptiles, según el estatal Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap).
Julliand indicó que un equipo de expertos de la ONU realizó una investigación en el lugar para "determinar quién es el responsable" de la contaminación.
Según datos del organismo, por cada tonelada de aceite de palma producido se generan entre 2,5 y 3,75 toneladas de desechos industriales tóxicos.
Ante el desastre, la representante de la ONU afirmó que continuarán con la asesoría a la población y monitorearán la salud de las personas y el medio ambiente.
"Lo que queremos es asegurar que no se olvide el caso sin importar el tiempo que sea necesario, y asegurar que haya justicia para evitar que se repita", puntualizó Julliand, quien pidió la aprobación de una ley de aguas para evitar otro desastre ambiental.
En tanto, el titular de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Guatemala, el italiano Alberto Brunori, dijo que las plantaciones de palma africana crecieron 270% de 2003 a 2013, con una superficie cultivada de 130.000 hectáreas.
Parte del cultivo está en áreas protegidas y zonas de amortiguación de la reserva de la Biósfera Maya, el segundo pulmón verde de América después de la Amazonía.
Afirmó que la contaminación del afluente también tuvo un "impacto psicosocial", porque "es un elemento de choque adicional a la situación de pobreza, por eso ellos consideran que están de luto por la pérdida del río".
A principios de junio pasado se dio a conocer la contaminación del río La Pasión, en el departamento de Petén, fronterizo con México, por la mortandad de miles de peces que las autoridades calificaron de "ecocidio" e iniciaron una investigación para determinar las responsabilidades.
El desastre afectó a unas 23 especies de peces y se realizan los estudios de posibles daños a 21 variedades de mamíferos, aves y reptiles, según el estatal Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap).
Julliand indicó que un equipo de expertos de la ONU realizó una investigación en el lugar para "determinar quién es el responsable" de la contaminación.
Según datos del organismo, por cada tonelada de aceite de palma producido se generan entre 2,5 y 3,75 toneladas de desechos industriales tóxicos.
Ante el desastre, la representante de la ONU afirmó que continuarán con la asesoría a la población y monitorearán la salud de las personas y el medio ambiente.
"Lo que queremos es asegurar que no se olvide el caso sin importar el tiempo que sea necesario, y asegurar que haya justicia para evitar que se repita", puntualizó Julliand, quien pidió la aprobación de una ley de aguas para evitar otro desastre ambiental.
En tanto, el titular de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Guatemala, el italiano Alberto Brunori, dijo que las plantaciones de palma africana crecieron 270% de 2003 a 2013, con una superficie cultivada de 130.000 hectáreas.
Parte del cultivo está en áreas protegidas y zonas de amortiguación de la reserva de la Biósfera Maya, el segundo pulmón verde de América después de la Amazonía.
