
Milicianos en Jabal Mohsen, en Trípoli, Líbano.
En estos dos barrios humildes separados por una calle, el miércoles no se veía a nadie en la línea del frente. La víspera, cuatro habitantes de Bab el Tebaneh, mayoritariamente sunita, entre ellos un niño de 13 años, y dos en Jabal Mohsen, el barrio alauita que apoya al régimen de Damasco, murieron, según fuentes hospitalarias.
Según la misma fuente, 42 habitantes del barrio sunita, incluido un niño de seis años paralizado por una bala, y 18 del barrio contrario resultaron heridos.
En los combates se utilizan armas automáticas, cohetes y bombas. A una escala menor, las dos comunidades reproducen el conflicto que se desarrolla en la Siria vecina entre los aliados de Estados Unidos y los aliados de Irán.
El ejército, movilizado para frenar la escalada de violencia, registró 15 heridos entre sus filas, según una fuente militar.
Ambos campos se acusaron mutuamente de buscar el enfrentamiento.
Abú Mahmud, de 45 años, de Bab al Tebaneh, afirma que "el Partido Árabe Democrático de Habal Mohsen es obsecuente con el régimen sirio y hace lo que este le pide".
Para otro combatiente sunita, que no quiere dar su nombre, "la gente de enfrente actúa para cubrir su crimen en Siria".
En la otra colina, Alí Fida, un responsable alauita, asegura que siguen los disparos. "Hay diferencias de punto de vista (con nuestros adversarios) y no buscamos imponer nuestra ideas pero estamos dispuestos a defendernos si nos vemos obligados".
El primer ministro libanés, Najub Mikati, llamó al ejército y a las fuerzas de seguridad "a hacer lo posible para detener esta batalla absurda".
Francia mostró su preocupación por los enfrentamientos y advirtió ante la posibilidad de un traslado del conflicto sirio a territorio libanés. Por su parte, el departamento de Estado de Estados Unidos dijo estar "muy inquieto por las violencias" del norte de Líbano y por una "reacción en cadena desde Siria".
Los enfrentamientos, que sacuden con regularidad la ciudad portuaria entre pro y anti-Asad desde el inicio de la crisis en Siria hace 17 meses, estallaron de nuevo el lunes con intercambios entre los dos barrios.
Según la misma fuente, 42 habitantes del barrio sunita, incluido un niño de seis años paralizado por una bala, y 18 del barrio contrario resultaron heridos.
En los combates se utilizan armas automáticas, cohetes y bombas. A una escala menor, las dos comunidades reproducen el conflicto que se desarrolla en la Siria vecina entre los aliados de Estados Unidos y los aliados de Irán.
El ejército, movilizado para frenar la escalada de violencia, registró 15 heridos entre sus filas, según una fuente militar.
Ambos campos se acusaron mutuamente de buscar el enfrentamiento.
Abú Mahmud, de 45 años, de Bab al Tebaneh, afirma que "el Partido Árabe Democrático de Habal Mohsen es obsecuente con el régimen sirio y hace lo que este le pide".
Para otro combatiente sunita, que no quiere dar su nombre, "la gente de enfrente actúa para cubrir su crimen en Siria".
En la otra colina, Alí Fida, un responsable alauita, asegura que siguen los disparos. "Hay diferencias de punto de vista (con nuestros adversarios) y no buscamos imponer nuestra ideas pero estamos dispuestos a defendernos si nos vemos obligados".
El primer ministro libanés, Najub Mikati, llamó al ejército y a las fuerzas de seguridad "a hacer lo posible para detener esta batalla absurda".
Francia mostró su preocupación por los enfrentamientos y advirtió ante la posibilidad de un traslado del conflicto sirio a territorio libanés. Por su parte, el departamento de Estado de Estados Unidos dijo estar "muy inquieto por las violencias" del norte de Líbano y por una "reacción en cadena desde Siria".
Los enfrentamientos, que sacuden con regularidad la ciudad portuaria entre pro y anti-Asad desde el inicio de la crisis en Siria hace 17 meses, estallaron de nuevo el lunes con intercambios entre los dos barrios.