
Manifestantes en egipto
El domingo por la noche, en un discurso enérgico, Mursi decretó el estado de emergencia en las provincias de Puerto Saíd, Suez e Ismailiya, tres ciudades a orillas del Canal de Suez, donde murieron unas 50 personas en enfrentamientos.
Mursi llamó además a las fuerzas políticas, tanto oficialistas como opositoras, a dialogar en el palacio presidencial de El Cairo el lunes a las 16H00 GMT.
Sin embargo, el lunes, poco antes de esa hora, la principal fuerza de oposición, el Frente de Salvación Nacional (FSN), anunció que no participaba en ese diálogo.
Al mismo tiempo, el Senado egipcio aprobaba una ley que autoriza al presidente Mohamed Mursi a desplegar el ejército en las calles para participar junto a la policía en el mantenimiento del orden.
Esta ley, que Mursi había anunciado el domingo, permite al ejército "apoyar a los servicios policiales en el mantenimiento del orden y la protección de las instalaciones vitales del Estado hasta el fin de las elecciones legislativas y cada vez que lo pida el Consejo de Defensa Nacional", presidido por el presidente.
En El Cairo, una persona murió el lunes por un disparo de perdigones en los enfrentamientos que se produjeron por quinto día consecutivo entre manifestantes y policías en los alrededores de la Plaza Tahrir.
"No participaremos en un diálogo sin sentido", afirmó en una conferencia de prensa Mohamed El Baradei, principal dirigente del FSN, formado por varios movimientos y partidos liberales y de izquierda.
"En el FSN estamos totalmente de acuerdo. Hay que solucionar la raíz del problema, no sólo los síntomas", dijo El Baradei.
El FSN exige que Mursi asuma la responsabilidad de la violencia de los últimos días, en el cual murieron 47 personas, y reclama la formación de un gobierno de unidad nacional, indicó por su lado Hamdeen Sabbahi, dirigente del FSN, y tercer candidato más votado de la elección presidencial del año pasado.
En un comunicado, el FSN llamó al "pueblo a salir a todas las plazas Tahrir el próximo 1º de febrero (...) para realizar los objetivos de la revolución" y protestar contra la muerte de decenas de egipcios en los enfrentamientos de los últimos días.
El llamado a manifestar se conoció inmediatamente después de que los principales dirigentes hubieran rechazado el diálogo nacional propuesto por Mursi.
Los enfrentamientos más mortíferos tuvieron lugar en Puerto Saíd donde murieron 37 personas.
Los muertos se registraron en los incidentes consecutivos a la condena a la pena de muerte de 21 hinchas del club de fútbol local Al Masry implicados en los desmanes que causaron la muerte de 74 personas en un estadio de fútbol.
La Casa Blanca condenó este lunes "fuertemente" la violencia en Egipto e instó a un diálogo pacífico.
"Condenamos fuertemente la reciente violencia en varias ciudades egipcias. Instamos a que todos los egipcios se expresen pacíficamente y esperamos que los líderes egipcios dejen claro que la violencia no es aceptable", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
La violencia de los últimos días refleja la profunda división del país pero también la hostilidad persistente de la población hacia la policía acusada de violar sistemáticamente los derechos humanos.
Mursi amenazó con adoptar otras medidas excepcionales si persistía la violencia.
Sin embargo, los habitantes de Puerto Saíd desafiaron el domingo y el lunes el estado de emergencia y el toque de queda impuestos por el gobierno.
El lunes los funerales de los muertos de la víspera congregaron a centenas de personas, según las imágenes difundidas por la televisión estatal.
El domingo, durante el entierro de algunas de las víctimas del sábado en Puerto Saíd, disparos de origen indeterminado provocaron movimientos de pánico que degeneraron en enfrentamientos con la policía.
La violencia registrada en los últimos cinco días es la más mortífera que haya verificado Egipto desde la elección de Mursi, primer presidente islamista, en junio pasado.
Mursi llamó además a las fuerzas políticas, tanto oficialistas como opositoras, a dialogar en el palacio presidencial de El Cairo el lunes a las 16H00 GMT.
Sin embargo, el lunes, poco antes de esa hora, la principal fuerza de oposición, el Frente de Salvación Nacional (FSN), anunció que no participaba en ese diálogo.
Al mismo tiempo, el Senado egipcio aprobaba una ley que autoriza al presidente Mohamed Mursi a desplegar el ejército en las calles para participar junto a la policía en el mantenimiento del orden.
Esta ley, que Mursi había anunciado el domingo, permite al ejército "apoyar a los servicios policiales en el mantenimiento del orden y la protección de las instalaciones vitales del Estado hasta el fin de las elecciones legislativas y cada vez que lo pida el Consejo de Defensa Nacional", presidido por el presidente.
En El Cairo, una persona murió el lunes por un disparo de perdigones en los enfrentamientos que se produjeron por quinto día consecutivo entre manifestantes y policías en los alrededores de la Plaza Tahrir.
"No participaremos en un diálogo sin sentido", afirmó en una conferencia de prensa Mohamed El Baradei, principal dirigente del FSN, formado por varios movimientos y partidos liberales y de izquierda.
"En el FSN estamos totalmente de acuerdo. Hay que solucionar la raíz del problema, no sólo los síntomas", dijo El Baradei.
El FSN exige que Mursi asuma la responsabilidad de la violencia de los últimos días, en el cual murieron 47 personas, y reclama la formación de un gobierno de unidad nacional, indicó por su lado Hamdeen Sabbahi, dirigente del FSN, y tercer candidato más votado de la elección presidencial del año pasado.
En un comunicado, el FSN llamó al "pueblo a salir a todas las plazas Tahrir el próximo 1º de febrero (...) para realizar los objetivos de la revolución" y protestar contra la muerte de decenas de egipcios en los enfrentamientos de los últimos días.
El llamado a manifestar se conoció inmediatamente después de que los principales dirigentes hubieran rechazado el diálogo nacional propuesto por Mursi.
Los enfrentamientos más mortíferos tuvieron lugar en Puerto Saíd donde murieron 37 personas.
Los muertos se registraron en los incidentes consecutivos a la condena a la pena de muerte de 21 hinchas del club de fútbol local Al Masry implicados en los desmanes que causaron la muerte de 74 personas en un estadio de fútbol.
La Casa Blanca condenó este lunes "fuertemente" la violencia en Egipto e instó a un diálogo pacífico.
"Condenamos fuertemente la reciente violencia en varias ciudades egipcias. Instamos a que todos los egipcios se expresen pacíficamente y esperamos que los líderes egipcios dejen claro que la violencia no es aceptable", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
La violencia de los últimos días refleja la profunda división del país pero también la hostilidad persistente de la población hacia la policía acusada de violar sistemáticamente los derechos humanos.
Mursi amenazó con adoptar otras medidas excepcionales si persistía la violencia.
Sin embargo, los habitantes de Puerto Saíd desafiaron el domingo y el lunes el estado de emergencia y el toque de queda impuestos por el gobierno.
El lunes los funerales de los muertos de la víspera congregaron a centenas de personas, según las imágenes difundidas por la televisión estatal.
El domingo, durante el entierro de algunas de las víctimas del sábado en Puerto Saíd, disparos de origen indeterminado provocaron movimientos de pánico que degeneraron en enfrentamientos con la policía.
La violencia registrada en los últimos cinco días es la más mortífera que haya verificado Egipto desde la elección de Mursi, primer presidente islamista, en junio pasado.