En efecto, el momento en que tuvieron lugar estos nuevos ataques podría indicar que Washington e Islamabad se pusieron de acuerdo para reanudar este tipo de operaciones en las zonas tribales paquistaníes, que Estados Unidos había suspendido en diciembre a pedido del gobierno de Islamabad, con el fin de posibilitar un diálogo de paz en Pakistán.
Los dos primeros ataques de drones estadounidenses de este año han matado al menos a 16 insurgentes en una zona tribal del noroeste.
Según varias fuentes de las fuerzas de seguridad, 10 rebeldes murieron la mañana del jueves en Waziristán del Norte, región considerada un bastión de la insurgencia.
Antes, un misil disparado por un drone mató a seis insurgentes en la localidad de Dargah Mandi, a unos 10 km al oeste de la ciudad de Miranshah.
- "Violación de la soberanía paquistaní" -
El ministerio de Exteriores paquistaní condenó el jueves estos ataques, considerándolos una "violación de la soberanía paquistaní y de su integridad territorial".
En declaraciones a la AFP, un alto funcionario del ministerio calificó de "especulaciones" los rumores sobre un posible acuerdo entre ambos países para que se llevaran a cabo estos ataques con drones estadounidenses.
En cambio, un diplomático jubilado que conoce bien el tema dijo a la AFP: "El gobierno tiene que haber dado su acuerdo para que se hiciera este ataque. De no ser así, no podría haber tenido lugar".
El Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP), principal grupo rebelde islamista del país, había atacado por segunda vez el martes el aeropuerto de Karachi, el principal de Pakistán, sin causar víctimas, un día después de un primer ataque talibán que dejó 37 muertos, incluyendo a 10 atacantes.
El TTP precisó que este segundo ataque fue una operación de represalia, después de que Pakistán bombardeara en la mañana del martes un distrito tribal considerado un bastión de los insurgentes, matando al menos 15 personas.
Según analistas, el primer ataque contra el aeropuerto de Karachi mostró el fracaso de la estrategia del gobierno del primer ministro Nawaz Sharif que ha propuesto en los últimos meses un diálogo de paz a los insurgentes.
Una parte de la sociedad pide que no se hagan concesiones al TTP y que se lance una ofensiva militar amplia en su bastión, la zona tribal de Waziristán del Norte, para neutralizar al grupo rebelde.
Pero hasta el momento el ejército se ha negado y prefiere responder a los ataques de los rebeldes con bombardeos centrados en las zonas tribales.
Unas 60.000 personas han abandonado sus hogares en los últimos días en Waziristán del Norte, uno de los siete distritos tribales en la frontera entre Pakistán y Afganistán. Los habitantes temían una operación terrestre de las fuerzas gubernamentales.
Waziristán del Norte es una zona tribal paquistaní cercana a la frontera con Afganistán que sirve de refugio a los insurgentes talibanes, afganos y paquistaníes y a otros grupos relacionados con Al-Qaida.
Los ataques con drones han causado la muerte de más de 2.000 personas desde agosto de 2008, según un recuento de la AFP.
Organizaciones como el instituto británico Bureau of Investigative Journalism han denunciado la muerte de cientos de civiles en estos controvertidos ataques.
Según varios responsables y documentos revelados en los últimos años, Islamabad ya ha dado su autorización para algunos de esos polémicos ataques e incluso pedido a Estados Unidos que apuntase a algunos blancos concretos.