Pakistán se niega a atacar bastión de talibanes afganos, pese a pedido EEUU


ISLAMABAD. - Pakistán se niega a lanzar en breve una ofensiva militar contra la red talibán Haqani en su bastión de las zonas tribales, pese a la petición de Estados Unidos, que lo considera su enemigo número uno en Afganistán.



Manifestantes paquistaníes, contra la presencia estadounidense en el país.
Manifestantes paquistaníes, contra la presencia estadounidense en el país.
Estados Unidos y Pakistán son aliados en la lucha contra grupos armados islamistas presentes en Afganistán, pero sus relaciones se complicaron aún más tras matar un comando estadounidense al entonces líder de Al Qaida, Osama Bin Laden, en territorio paquistaní en mayo pasado.
Así, los responsables estadounidenses acusaron durante los últimos días a Pakistán de apoyar a la red Haqani, una rama insurgente afgana próxima a Al Qaida, y le pidieron que rompa los vínculos con ella.
A raíz de las críticas estadounidenses, el jefe del Estado Mayor del ejército paquistaní, el general Ashfaq Kayani, convocó el domingo a sus generales de alto grado.
"No creo que los indicadores vayan en ese sentido", declaró el lunes después del encuentro a la AFP un alto mando castrense paquistaní que pidió el anonimato cuando se le preguntó por el posible lanzamiento de una ofensiva en Waziristán del Norte, principal retaguardia de la red Haqani en Pakistán.
El ejército debe más bien "consolidar los logros" conseguidos frente a los insurgentes islamistas en otras regiones de las zonas tribales fronterizas de Afganistán, añadió. Washington considera a estas zonas semiautónomas como el cuartel general de Al Qaida.
Frente a las acusaciones estadounidenses, Pakistán amenazó el viernes con poner fin a la alianza entre los dos países si Estados Unidos persistía en esta vía. Pero Washington insistió pidiendo a Islamabad que "rompa" cualquier vínculo con la red Haqani.
Estados Unidos considera a Haqani responsable de varios ataques espectaculares recientes contra el gobierno afgano y sus aliados de la OTAN, incluido el perpetrado contra la embajada estadounidense en Kabul a mediados de septiembre.
La red Haqani fue fundada en los años 1980 por un comandante de la resistencia antisoviética financiado por la agencia de inteligencia norteamericana CIA.
Desde finales de 2001, el ejército de Pakistán ha lanzado varias ofensivas en las zonas tribales, donde asegura haber perdido más de 3.000 soldados.
Pero Washington, que envía miles de millones de dólares a su socio paquistaní en concepto de ayuda militar, ha acusado a Islamabad estos últimos años de doble juego, al negarse a atacar el principal bastión de Al Qaida y de los talibanes afganos de la red Haqani.
La muerte de Bin Laden el pasado 2 de mayo a manos de un comando estadounidense que entró clandestinamente en Pakistán con un helicóptero hasta la ciudad de Abbottabad encendió la mecha entre ambos países.
Pakistán reprochó a Estados Unidos que actuara sin avisar, mientras altos responsables estadounidenses acusan al ejército paquistaní y a sus poderosos servicios de inteligencia (ISI) de haber escondido la presencia de Bin Laden, al tiempo que amenazan con cortar la ayuda económica a un país al borde de la bancarrota.
Islamabad asegura que más de 35.000 paquistaníes han muerto desde que empezaron las represalias de los insurgentes aliados a Al Qaida a finales de 2001, y estima que la ola de atentados que tiene al país en un baño de sangre es una "guerra importada" por Estados Unidos desde que fallaron en la eliminación de la red en Afganistán.
 
Lunes, 26 de Septiembre 2011
AFP (Agencia France-Presse)
           


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