Una mujer quechua.
Al pintar un panorama de la educación en su país, O'Brien, ministra del gobierno del presidente Ollanta Humala, un ex militar nacionalista de izquierda, señala dos problemas: la calidad del aprendizaje y las brechas entre la educación rural y urbana y entre la población "más pobre y menos pobre".
"Es particularmente importante que poblaciones del Perú o de América Latina no sientan que tener una lengua vernácula es un estigma de pobreza y de exclusión", dijo O'Brien a la AFP al margen de la 36ª Conferencia General de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El 25% de la población peruana vive en zonas rurales y de ella el 80% tiene una lengua materna diferente al castellano, precisa la ministra.
Otros datos indican que el 30% de los 29 millones de habitantes del Perú son indígenas de origen quechua, aymara y población amazónica.
Por eso uno de los objetivos de su gestión es impulsar una educación intercultural bilingüe "muy fuerte" que permita establecer el tamaño de la población que lo demanda, una normalización de la lengua y ampliar la cobertura educativa en los dos sentidos.
Y explica, por ejemplo, que por efecto de la migración, en ciudades como Lima "estamos teniendo importantes poblaciones hablantes de quechua".
"La política de educación bilingüe tiene que ver en cómo enseñamos la lengua materna con el castellano como segunda lengua y también cómo, en las regiones que tienen entorno de lenguas indígenas, se les enseña las lenguas nativas a las poblaciones castellano hablantes", explica la ministra.
Porque dice que "a la hora que tienes un médico, un juez o una enfermera que tiene que atender a un paciente de procedencia indígena, también necesitamos que maneje la lengua nativa para poder establecer una comunicación efectiva".
Bolivia es un "referente importante en el manejo de la interculturalidad pero también es importante Europa en general porque son muchos los países que tienen la experiencia de la lengua vernácula, la lengua nacional y la lengua extranjera", afirma O'Brien.
"Tenemos que mostrar que los países del primer mundo, los países modernos y desarrollados, también tienen lenguas vernáculas", asegura antes de enfatizar que "para nosotros es muy claro que las lenguas no sólo son un símbolo de la cultura y la afirmación cultural y local sino también un medio de comunicación".
O'Brien sostiene que "es una obligación del Estado peruano asegurar que todos nos podamos comunicar en el Perú" e impedir un sistema educativo "segmentado que provoque inequidades con las poblaciones pobres que se sienten en la obligación de migrar".
"En el Perú el sistema educativo ha producido una especie de apartheid", opina la responsable peruana antes de explicar que el papel de la UNESCO es justamente ser una plataforma para intercambiar experiencias con otros países y ver "de qué forma han solucionado los problemas que nosotros intentamos solucionar".
De Brasil, "estamos viendo sus sistemas de igualación de oportunidades" y de Uruguay, su sistema de elevación de calidad e incorporación de tecnologías de la información, explicó O'Brien cuyo país registra una tasa de analfabetismo del 7%, la octava de América Latina, y cuenta con 7,3 millones de estudiantes.
"Siempre decimos que la forma de educar en el Perú tiene que tener una lógica de arraigo en lo local, de reconocimiento en lo nacional y de articulación en lo global", concluyó O'Brien, que el viernes intervendrá en el plenario de la Conferencia General de la UNESCO.
"Es particularmente importante que poblaciones del Perú o de América Latina no sientan que tener una lengua vernácula es un estigma de pobreza y de exclusión", dijo O'Brien a la AFP al margen de la 36ª Conferencia General de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El 25% de la población peruana vive en zonas rurales y de ella el 80% tiene una lengua materna diferente al castellano, precisa la ministra.
Otros datos indican que el 30% de los 29 millones de habitantes del Perú son indígenas de origen quechua, aymara y población amazónica.
Por eso uno de los objetivos de su gestión es impulsar una educación intercultural bilingüe "muy fuerte" que permita establecer el tamaño de la población que lo demanda, una normalización de la lengua y ampliar la cobertura educativa en los dos sentidos.
Y explica, por ejemplo, que por efecto de la migración, en ciudades como Lima "estamos teniendo importantes poblaciones hablantes de quechua".
"La política de educación bilingüe tiene que ver en cómo enseñamos la lengua materna con el castellano como segunda lengua y también cómo, en las regiones que tienen entorno de lenguas indígenas, se les enseña las lenguas nativas a las poblaciones castellano hablantes", explica la ministra.
Porque dice que "a la hora que tienes un médico, un juez o una enfermera que tiene que atender a un paciente de procedencia indígena, también necesitamos que maneje la lengua nativa para poder establecer una comunicación efectiva".
Bolivia es un "referente importante en el manejo de la interculturalidad pero también es importante Europa en general porque son muchos los países que tienen la experiencia de la lengua vernácula, la lengua nacional y la lengua extranjera", afirma O'Brien.
"Tenemos que mostrar que los países del primer mundo, los países modernos y desarrollados, también tienen lenguas vernáculas", asegura antes de enfatizar que "para nosotros es muy claro que las lenguas no sólo son un símbolo de la cultura y la afirmación cultural y local sino también un medio de comunicación".
O'Brien sostiene que "es una obligación del Estado peruano asegurar que todos nos podamos comunicar en el Perú" e impedir un sistema educativo "segmentado que provoque inequidades con las poblaciones pobres que se sienten en la obligación de migrar".
"En el Perú el sistema educativo ha producido una especie de apartheid", opina la responsable peruana antes de explicar que el papel de la UNESCO es justamente ser una plataforma para intercambiar experiencias con otros países y ver "de qué forma han solucionado los problemas que nosotros intentamos solucionar".
De Brasil, "estamos viendo sus sistemas de igualación de oportunidades" y de Uruguay, su sistema de elevación de calidad e incorporación de tecnologías de la información, explicó O'Brien cuyo país registra una tasa de analfabetismo del 7%, la octava de América Latina, y cuenta con 7,3 millones de estudiantes.
"Siempre decimos que la forma de educar en el Perú tiene que tener una lógica de arraigo en lo local, de reconocimiento en lo nacional y de articulación en lo global", concluyó O'Brien, que el viernes intervendrá en el plenario de la Conferencia General de la UNESCO.