El presidente estadounidense Barack Obama llamó a los cientos de manifestantes que se encontraban a la espera del veredicto en las calles de este suburbio de St. Louis a protestar pacíficamente, y a la policía le pidió actuar con "moderación".
El policía blanco Darren Wilson, de 28 años, mató el 9 de agosto al joven negro Michael Brown, de 18, con seis balazos cuando estaba desarmado y en pleno día en una calle de Ferguson.
Este caso reavivó las tensiones raciales y provocó manifestaciones que muchas veces culminaron en disturbios.
- Las protestas se expanden -
Al conocerse la noticia este lunes en Ferguson, luego de tres meses de deliberaciones, cientos de manifestantes comenzaron a lanzar objetos contra las fuerzas del orden, gritando "no hay justicia, no hay paz", mientras la policía lanzaba gas lacrimógeno para dispersarlos.
La policía, sin embargo, desmintió haber lanzado gas lacrimógeno y afirmó haber sido objeto de un cóctel molotov. También denunció saqueos en el norte de St.Louis y lamentó el incendio de uno de sus vehículos.
Los gritos de protesta se oyeron también en la plaza Times Square de Nueva York y en la capital Washington, donde cientos de manifestantes rechazaron esta negación de justicia.
"El deber de un un gran jurado es separar los hechos de la ficción", declaró a la prensa el fiscal de St.Louis, Robert McCulloch. Los jueces "han determinado que no hay razón suficiente para presentar cargos contra el policía Wilson".
"No hay duda de que el policía Wilson causó la muerte" de Michael Brown, expresó, al hablar de una "fallecimiento trágico". Los doce jueces, nueve blancos y tres negros, llevaron a cabo un trabajo "completo y profundo", escucharon 70 horas de testimonios de unos 60 testigos, examinaron cientos de fotografías, y escucharon a tres médicos forenses.
- Familia decepcionada -
La familia de Brown dijo estar "profundamente decepcionada" por la decisión del jurado, pero llamó a la calma a los manifestantes.
"Estamos profundamente decepcionados de que el asesino de nuestro hijo no deba enfrentar las consecuencias de sus actos", dijo la familia de Brown en un comunicado, y pidió "respetuosamente que las manifestaciones permanezcan pacíficas".
El gobernador del estado de Misuri, Jay Nixon, había decretado el estado de urgencia, desplegado la Guardia Nacional y reforzado los efectivos de policía ante la posibilidad de que se llevaran a cabo protestas.
El riesgo de que las manifestaciones culminen en disturbios es grande en esta ciudad de 21.000 habitantes y en los suburbios de St. Louis donde habita una alta mayoría de negros (casi 67% del total) y los policías y ediles son casi todos blancos.
Además, la muerte este fin de semana en Ohio (norte) de un niño afroamericano de 12 años, abatido por la policía cuando esgrimía una pistola de juguete, puede desencadenar nuevos brotes de indignación.
El episodio de la muerte de Brown ocurrió luego que se denunciara un robo en una tienda en la zona. Los testigos aseguran que Brown, un estudiante de secundaria que estaba desarmado, tenía los brazos en alto cuando fue baleado, mientras que Wilson dijo que actuó en defensa propia por temor a ser atacado.
Tras ser baleado, su cuerpo permaneció tirado en la calle durante horas, un hecho visto por los manifestantes como un signo de desprecio de las fuerzas del orden por la población negra.