Por su parte, el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, citado por su página en internet, dijo estar "totalmente en contra" de toda intervención extranjera en Irak y denunció la voluntad de Estados Unidos de "sacar provecho de elementos fanáticos ignorantes".
"A los países que ayudan a los terroristas con sus petrodólares les aconsejamos que lo dejen de hacer. Que sepan que mañana les tocará a ellos" enfrentarse a esos grupos, declaró Rohani, citado por la página web de la televisión pública.
La prensa iraní y varios responsables afirmaron en los últimos días que el Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), que ha tomado el control de varias ciudades y regiones de Irak en una feroz ofensiva la semana pasada, tiene el apoyo financiero y militar de Arabia Saudita y Catar.
El gobierno saudí, adepto de una rama muy rigorista del islam sunita, el wahabismo, acusa por su lado al primer ministro chiita Nuri al Maliki de aplicar una política de exclusión de la minoría sunita en Irak.
Irán, un país de mayoría chiita, apoya al gobierno de Maliki contra los insurgentes sunitas del EIIL. El grupo controla también una parte de Siria, donde el régimen de Bashar al Asad también es aliado de Teherán.
Jamenei por su parte negó que la ofensiva del EIIL sea "una guerra chiita-sunita" y acusó a Estados Unidos de querer "perturbar la estabilidad (de Irak) y amenazar la integridad territorial".
"Estamos totalmente en contra de toda intervención de Estados Unidos y de otros en Irak", dijo, y afirmó que "el gobierno, el pueblo y los dignitarios de este país tienen la capacidad para poner fin a este complot".