Raúl Castro
En su primera referencia pública a las excarcelaciones, al clausurar una sesión del Parlamento, el gobernante advirtió que "no habrá impunidad" para "los enemigos de la patria", al recalcar que "la revolución puede ser generosa porque es fuerte".
"Nadie se llame a engaño. La defensa de nuestras sagradas conquistas, de nuestras calles y plazas, seguirá siendo el primer deber de los revolucionarios a quienes no podemos privar de ese derecho", dijo Ráúl Castro, al aludir a eventuales actividades o marchas de opositores.
El presidente afirmó que los 53 opositores, 21 de los cuales fueron liberados en julio, eran los últimos que quedaban en prisión de 75 condenados en 2003 "por delitos contra la seguridad del Estado".
"Ninguno de estos ciudadanos fue condenado por sus ideas, como han tratado de hacer ver las brutales campañas de descrédito contra Cuba (...) habían cometido delitos" al actuar "al servicio" de Estados Unidos, manifestó.
La excarcelación gradual de los 53 opositores fue autorizada por Raúl Castro el 7 de julio tras reunirse el 19 de mayo con el cardenal Jaime Ortega, en un inédito diálogo con la Iglesia Católica, que hasta ahora concretó la liberación de 20 que emigraron a España y uno Estados Unidos.
El proceso de liberación, que concluirá en noviembre según el plazo anunciado, fue saludado por la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, que criticó fuertemente a Cuba por la muerte del preso opositor Orlando Zapata en febrero tras una huelga de hambre de 85 días.
"En esencia nada ha cambiado" entre Cuba y Estados Unidos -sin relaciones desde 1961- en año y medio de Gobierno de Obama, comentó Raúl Castro, en el análisis de política internacional en su discurso ante el Parlamento marcado por la situación económica del país.
Bajo el gobierno de Obama, quien liberó los viajes y el envío de remesas de cubanoamericanos a la isla, ambos países retomaron en 2009 el diálogo migratorio -suspendido en 2003- y sobre correo postal, y ampliaron sus intercambios culturales, casi nulos bajo la administración de George W. Bush.
"Aunque exista menos retórica y se celebren ocasionales conversaciones bilaterales sobre temas específicos y limitados, en realidad, el bloqueo se continúa aplicando", añadió el mandatario, al referirse al embargo que Washington aplica a la isla desde 1962.
Raúl Castro citó también como ejemplo a cinco agentes cubanos presos en Estados Unidos desde 1998 y condenados en 2001 acusados de espionaje, que según él "permanecen sufriendo injusta prisión y un trato abusivo, como la crueldad que se comete" con uno de ellos, Gerardo Hernández, confinado en una celda de castigo en California.
En un hecho que ha distanciado también a los dos países, Cuba mantiene desde diciembre pasado detenido al contratista Alan Gross, bajo investigación por espionaje, por cuya liberación presiona Estados Unidos.
En un encuentro con jóvenes comunistas, el viernes, el ex presidente cubano Fidel Castro, muy recuperado de la enfermedad que lo llevó a ceder el poder a su hermano, rechazó la presión de Estados Unidos para que Cuba libere a Gross y le reclamó soltar a los cinco agentes de La Habana como lo hizo con una decena de rusos.
"Nadie se llame a engaño. La defensa de nuestras sagradas conquistas, de nuestras calles y plazas, seguirá siendo el primer deber de los revolucionarios a quienes no podemos privar de ese derecho", dijo Ráúl Castro, al aludir a eventuales actividades o marchas de opositores.
El presidente afirmó que los 53 opositores, 21 de los cuales fueron liberados en julio, eran los últimos que quedaban en prisión de 75 condenados en 2003 "por delitos contra la seguridad del Estado".
"Ninguno de estos ciudadanos fue condenado por sus ideas, como han tratado de hacer ver las brutales campañas de descrédito contra Cuba (...) habían cometido delitos" al actuar "al servicio" de Estados Unidos, manifestó.
La excarcelación gradual de los 53 opositores fue autorizada por Raúl Castro el 7 de julio tras reunirse el 19 de mayo con el cardenal Jaime Ortega, en un inédito diálogo con la Iglesia Católica, que hasta ahora concretó la liberación de 20 que emigraron a España y uno Estados Unidos.
El proceso de liberación, que concluirá en noviembre según el plazo anunciado, fue saludado por la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, que criticó fuertemente a Cuba por la muerte del preso opositor Orlando Zapata en febrero tras una huelga de hambre de 85 días.
"En esencia nada ha cambiado" entre Cuba y Estados Unidos -sin relaciones desde 1961- en año y medio de Gobierno de Obama, comentó Raúl Castro, en el análisis de política internacional en su discurso ante el Parlamento marcado por la situación económica del país.
Bajo el gobierno de Obama, quien liberó los viajes y el envío de remesas de cubanoamericanos a la isla, ambos países retomaron en 2009 el diálogo migratorio -suspendido en 2003- y sobre correo postal, y ampliaron sus intercambios culturales, casi nulos bajo la administración de George W. Bush.
"Aunque exista menos retórica y se celebren ocasionales conversaciones bilaterales sobre temas específicos y limitados, en realidad, el bloqueo se continúa aplicando", añadió el mandatario, al referirse al embargo que Washington aplica a la isla desde 1962.
Raúl Castro citó también como ejemplo a cinco agentes cubanos presos en Estados Unidos desde 1998 y condenados en 2001 acusados de espionaje, que según él "permanecen sufriendo injusta prisión y un trato abusivo, como la crueldad que se comete" con uno de ellos, Gerardo Hernández, confinado en una celda de castigo en California.
En un hecho que ha distanciado también a los dos países, Cuba mantiene desde diciembre pasado detenido al contratista Alan Gross, bajo investigación por espionaje, por cuya liberación presiona Estados Unidos.
En un encuentro con jóvenes comunistas, el viernes, el ex presidente cubano Fidel Castro, muy recuperado de la enfermedad que lo llevó a ceder el poder a su hermano, rechazó la presión de Estados Unidos para que Cuba libere a Gross y le reclamó soltar a los cinco agentes de La Habana como lo hizo con una decena de rusos.