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"Nosotros, los dirigentes de las brigadas y batallones (..) damos una semana de plazo a la Coalición Nacional, al gobierno provisional (...) y a todos los organismos de la revolución siria para enviar refuerzos y ayuda", informa un comunicado.
"Si hacen caso omiso de nuestro llamamiento, vamos a deponer las armas y enviar a casa a los combatientes", añade el texto.
El comunicado fue difundido tres días después de que los yihadistas del Estado Islámico (EI) proclamaran un califato, un sistema de gobierno islámico abolido hace casi un siglo. Este grupo opera en Irak y en Siria.
Los movimientos que firmaron el comunicado son grupos rebeldes locales radicados en regiones donde los combates contra el EI causan estragos, sobre todo en Deir Ezor (este, fronterizo con Irak), Alepo y Raqa (norte).
"Nuestra revolución popular (contra el régimen de Bashar al Asad) (..) se encuentra hoy amenazada por el EI, especialmente tras el anuncio del califato", añade la nota.
Al comienzo de su lucha contra Asad, los rebeldes sirios acogieron en sus filas al EI, conocido hasta hace poco como el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), pero pronto se volvieron contra ellos debido a sus atropellos sistemáticos y a sus ambiciones hegemónicas.
El EI se ha reforzado en las últimas semanas con una ofensiva en el vecino Irak, apoderándose de ciudades y comarcas.
