
Estos combates tuvieron como escenario Rastan, en la provincia de Homs (centro), una ciudad que desde hace meses escapa al control del régimen y donde se han hecho fuertes numerosos insurgentes.
En Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea adoptaron el lunes su 15ª serie de sanciones contra Damasco. Congelaron los haberes de dos empresas y de tres personas consideradas como fuentes de financiamiento para el régimen.
Hasta ahora, 126 personas y 41 sociedades son objeto de las sanciones europeas que apuntan en particular al Banco central, el comercio de metales preciosos y los vuelos de carga. Un embargo petrolero y un embargo sobre las armas y el material que pueda servir a la represión también fue organizado.
La comunidad internacional, que multiplica las medidas de retorsión y que envió casi dos tercios de los observadores que deben vigilar una tregua decretada hace un mes pero que no ha sido aplicada en el terreno, no ha conseguido hacer cesar las violencias.
Con el correr de los meses, la contestación que se limitaba a manifestaciones pacíficas, se ha militarizado. Los combates no han perdido intensidad a pesar del compromiso del régimen y de la rebelión de respetar el plan para salir de la crisis del emisario internacional Kofi Annan.
Además del cese del fuego, el plan de paz prevé el inicio de un diálogo político, un acceso humanitario a todo el país y la liberación de los prisioneros.
Actualmente, 189 observadores de la ONU se encuentran en Siria para vigilar la aplicación de este plan, que algunos componentes de la oposición consideran ya como un fracaso.
Rusia, gran aliada de Damasco, considera sin embargo que el plan Annan aún tiene posibilidades de tener éxito y "hará todo" para evitar su fracaso, según las declaraciones formuladas el domingo por el embajador ruso en París, Alexandre Orlov.
En el plano político, Damasco anunció que los resultados de las elecciones legislativas de hace una semana serían proclamados el martes en la mañana, justificando este plazo por el hecho que varias circunscripciones debieron votar de nuevo debido a fraudes.
Desde que el 15 de marzo de 2011 estalló una revuelta popular inédita en el país, las violencias han dejado más 12.000 muertos, en su mayoría civiles abatidos por las tropas del régimen, según la ONU.
En Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea adoptaron el lunes su 15ª serie de sanciones contra Damasco. Congelaron los haberes de dos empresas y de tres personas consideradas como fuentes de financiamiento para el régimen.
Hasta ahora, 126 personas y 41 sociedades son objeto de las sanciones europeas que apuntan en particular al Banco central, el comercio de metales preciosos y los vuelos de carga. Un embargo petrolero y un embargo sobre las armas y el material que pueda servir a la represión también fue organizado.
La comunidad internacional, que multiplica las medidas de retorsión y que envió casi dos tercios de los observadores que deben vigilar una tregua decretada hace un mes pero que no ha sido aplicada en el terreno, no ha conseguido hacer cesar las violencias.
Con el correr de los meses, la contestación que se limitaba a manifestaciones pacíficas, se ha militarizado. Los combates no han perdido intensidad a pesar del compromiso del régimen y de la rebelión de respetar el plan para salir de la crisis del emisario internacional Kofi Annan.
Además del cese del fuego, el plan de paz prevé el inicio de un diálogo político, un acceso humanitario a todo el país y la liberación de los prisioneros.
Actualmente, 189 observadores de la ONU se encuentran en Siria para vigilar la aplicación de este plan, que algunos componentes de la oposición consideran ya como un fracaso.
Rusia, gran aliada de Damasco, considera sin embargo que el plan Annan aún tiene posibilidades de tener éxito y "hará todo" para evitar su fracaso, según las declaraciones formuladas el domingo por el embajador ruso en París, Alexandre Orlov.
En el plano político, Damasco anunció que los resultados de las elecciones legislativas de hace una semana serían proclamados el martes en la mañana, justificando este plazo por el hecho que varias circunscripciones debieron votar de nuevo debido a fraudes.
Desde que el 15 de marzo de 2011 estalló una revuelta popular inédita en el país, las violencias han dejado más 12.000 muertos, en su mayoría civiles abatidos por las tropas del régimen, según la ONU.