Este punto de vista choca con el discurso del primer ministro Benjamin Netanyahu, que acusó hace una semana a "la gente que se niega a ver la amenaza iraní", de "no haber aprendido nada de la Shoah".
Paralelamente, el jefe del Estado mayor israelí, el general Benny Gantz, declaró al diario Haaretz, próximo a la izquierda, que no creía que el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, "quisiera dar el paso" necesario para la producción de armas nucleares.
El general Gantz, que estuvo recientemente en Estados Unidos, calificó incluso de "personas muy racionales" a los dirigentes iraníes y consideró que las sanciones internacionales comenzaban a "dar frutos".
En la misma línea, el ministro de Defensa, Ehud Barak, garantizó, también a su regreso de Washington, que Irán "no había decidido aún producir bombas atómicas".
Respondiendo a una pregunta sobre el efecto de las sanciones internacionales, Barak también consideró que "si los estadounidenses, los europeos y los propios israelíes están decididos, hay una posibilidad de parar a los iraníes antes de que tengan el arma atómica".
En marzo, el diario New York Times filtró una información según la cual los servicios de inteligencia israelíes, el Mossad, compartían el punto de vista de Washington sobre este punto.
Un ex jefe del Mossad, Meir Dagan, que durante ocho años (2002-2010) estuvo a cargo del caso iraní, se mostró en varias ocasiones contrario a los ataques contra las centrales nucleares de Teherán.
Según un importante responsable israelí, que quiso mantenerse en el anonimato, "el general Gantz sólo repite alto y claro lo que los dirigentes militares han dicho a los políticos en los últimos años".
"Por su parte, Ehud Barak evolucionó y parece más moderado. Avigdor Lieberman, el ministro de Relaciones Exteriores, también afirmó recientemente a periodistas israelíes que había que dar una oportunidad a las sanciones económicas y a la presión diplomática", declaró este responsable a la AFP.
Por ejemplo, Lieberman, conocido por su retórica nacionalista, consideraría más preocupante para Israel la situación en Egipto que las ambiciones nucleares iraníes.
"Finalmente, el primer ministro se encuentra un poco aislado en lo referente a Irán", dijo este responsable israelí.
"Me pondría muy contento si las sanciones y las presiones llevaran a Irán a abandonar su programa nuclear militar", reafirmó Netanyahu el martes a la radio. "Pero repito que no hay que permitir a Irán que se dote del arma nuclear e Israel debe conservar la capacidad de defenderse contra cualquier amenaza en cualquier momento".
Respondiendo a una pregunta de CNN sobre la dureza de sus recientes declaraciones sobre Irán, Netanyahu declaró: "No me preocupa nuestra imagen, me preocupa parar esto".
Los analistas consideran que una decisión de atacar a Irán no podrá tomarse sin el apoyo total del ejército, del Mossad, del ministerio de Defensa y de la mayoría de ministros, lo que no sería el caso actualmente.
El gobierno israelí instó recientemente al grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) a ser firmes en sus conversaciones con Teherán sobre su programa nuclear, que se reanudarán en Bagdad el 23 de mayo.
Israel acusa a Irán de intentar "ganar tiempo" en estas conversaciones. Por su parte, Teherán sigue defendiendo el carácter pacífico de su programa.
Paralelamente, el jefe del Estado mayor israelí, el general Benny Gantz, declaró al diario Haaretz, próximo a la izquierda, que no creía que el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, "quisiera dar el paso" necesario para la producción de armas nucleares.
El general Gantz, que estuvo recientemente en Estados Unidos, calificó incluso de "personas muy racionales" a los dirigentes iraníes y consideró que las sanciones internacionales comenzaban a "dar frutos".
En la misma línea, el ministro de Defensa, Ehud Barak, garantizó, también a su regreso de Washington, que Irán "no había decidido aún producir bombas atómicas".
Respondiendo a una pregunta sobre el efecto de las sanciones internacionales, Barak también consideró que "si los estadounidenses, los europeos y los propios israelíes están decididos, hay una posibilidad de parar a los iraníes antes de que tengan el arma atómica".
En marzo, el diario New York Times filtró una información según la cual los servicios de inteligencia israelíes, el Mossad, compartían el punto de vista de Washington sobre este punto.
Un ex jefe del Mossad, Meir Dagan, que durante ocho años (2002-2010) estuvo a cargo del caso iraní, se mostró en varias ocasiones contrario a los ataques contra las centrales nucleares de Teherán.
Según un importante responsable israelí, que quiso mantenerse en el anonimato, "el general Gantz sólo repite alto y claro lo que los dirigentes militares han dicho a los políticos en los últimos años".
"Por su parte, Ehud Barak evolucionó y parece más moderado. Avigdor Lieberman, el ministro de Relaciones Exteriores, también afirmó recientemente a periodistas israelíes que había que dar una oportunidad a las sanciones económicas y a la presión diplomática", declaró este responsable a la AFP.
Por ejemplo, Lieberman, conocido por su retórica nacionalista, consideraría más preocupante para Israel la situación en Egipto que las ambiciones nucleares iraníes.
"Finalmente, el primer ministro se encuentra un poco aislado en lo referente a Irán", dijo este responsable israelí.
"Me pondría muy contento si las sanciones y las presiones llevaran a Irán a abandonar su programa nuclear militar", reafirmó Netanyahu el martes a la radio. "Pero repito que no hay que permitir a Irán que se dote del arma nuclear e Israel debe conservar la capacidad de defenderse contra cualquier amenaza en cualquier momento".
Respondiendo a una pregunta de CNN sobre la dureza de sus recientes declaraciones sobre Irán, Netanyahu declaró: "No me preocupa nuestra imagen, me preocupa parar esto".
Los analistas consideran que una decisión de atacar a Irán no podrá tomarse sin el apoyo total del ejército, del Mossad, del ministerio de Defensa y de la mayoría de ministros, lo que no sería el caso actualmente.
El gobierno israelí instó recientemente al grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) a ser firmes en sus conversaciones con Teherán sobre su programa nuclear, que se reanudarán en Bagdad el 23 de mayo.
Israel acusa a Irán de intentar "ganar tiempo" en estas conversaciones. Por su parte, Teherán sigue defendiendo el carácter pacífico de su programa.