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"Les he dado instrucciones a los negociadores para que inicien lo más pronto posible la discusión sobre el punto del cese de fuego y hostilidades bilateral y definitivo", dijo Santos en una locución televisada.
El gobierno y los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-comunistas) iniciaron una negociación de paz en noviembre de 2012, sin que se haya pactado un cese al fuego bilateral porque Santos considera que la guerrilla podría utilizarlo para fortalecerse. Sin embargo, la guerrilla inició un cese al fuego unilateral indefinido el pasado 20 de diciembre y advirtió que sólo lo rompería si sus unidades son atacadas.
Santos recordó que para discutir la posibilidad de un cese al fuego bilateral “se han venido preparando altos oficiales en servicio activo de todas las fuerzas".
En los diálogos de Cuba las partes han llegado a acuerdos parciales en tres de los seis puntos de la agenda: desarrollo rural, participación política y drogas ilícitas, pero aún quedan por debatir la reparación de las víctimas, la dejación de armas y el mecanismo de refrendación de los acuerdos.
Santos también se refirió a los acercamientos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN-guevarista), y aseguró que espera concretar pronto con esa organización "los puntos de la agenda" para lograr el inicio de un proceso de paz.
El máximo líder del ELN "Gabino" anunció el pasado siete de enero su disposición a dialogar y a considerar el abandono de las armas, lo que fue calificado como "positivo" por Santos.
El mandatario colombiano reiteró su saludo solidario a Francia tras el atentado contra la revista Charlie Hebdo, que dejó 12 muertos, y dijo que ese país "nos ha dado una lección" porque ante el uso de la violencia "arbitraria y brutal" respondió con unidad.
"Con marchas masivas en las calles el pueblo francés en toda su diversidad ha dicho NO a la violencia, si a la unidad. Y los colombianos también nos tenemos que unir para decir: no más violencia, queremos la paz", aseguró.
El conflicto armado colombiano, el más antiguo del continente y en el que han participado guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha, fuerzas militares y bandas narcotraficantes, ha dejado oficialmente 220.000 muertos y más de 5,3 millones de desplazados en más de medio siglo.
