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Federica Mogherini
El Gobierno populista de Italia está siguiendo una política de línea dura en materia migratoria y se niega a permitir el desembarco en sus puertos de los migrantes rescatados si otros países miembros de la UE no se declaran dispuestos a acogerlos.
La disputa pone en peligro la Operación Sophia, creada en 2015 para combatir el tráfico de personas frente a la costa de Libia y cuyo mandato termina a finales de año. Los países miembros de la UE acordaron en su momento que todos los migrantes rescatados por esta operación en el Mediterráneo serían llevados a Italia.
Italia exige ahora que se cambien las reglas del acuerdo de 2015 o, de lo contrario, amenaza con cerrar sus puertos a los barcos de la Operación Sophia.
La jefa diplomática de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, llamó hoy en Viena a los países miembros del bloque a asumir una "mayor responsabilidad" respecto a los migrantes rescatados en el Mediterráneo.
"Es por esta razón que tenemos una operación de la UE en el mar y por eso creo que, aunque es una discusión muy difícil, estaría bien que los países miembros considerasen asumir una mayor responsabilidad al respecto", afirmó la alta representante de Política Exerior durante una reunión de ministros de Defensa de la UE.
Mogherini, quien es italiana, argumentó que la gestión de los flujos migratorios es un asunto común europeo y no de un solo país.
La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, pidió por su parte a Italia que no ponga en peligro la Operación Sophia. "Es también una cuestión de credibilidad y de fiabilidad de la misión europea. Nosotros la creamos, está vigente hasta finales de año y tiene que continuar hasta finales de año".
No parece que la cuestión del reparto de migrantes vaya a dirimirse rápidamente. Los ministros de Interior del bloque posiblemente intentarán buscar una solución en su reunión del 13 y 14 de septiembre. Si no llegan a un acuerdo, tendrían que abordar el tema los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre informal convocada para el 20 se septiembre en Salzburgo.
En el centro del debate están las normas de asilo de la UE, conocidas como sistema de Dublín. Según esta normativa, los solicitantes de asilo deben registrarse en el primer país del bloque al que llegan.
Los intentos de reformar esa regulación no tuvieron éxito por el momento. Von der Leyen considera que ya se va tarde con esa reforma, pero advirtió que la discusión al respecto no debe hacerse a costa de la Operación Sophia, que tiene una importante tarea.
La misión se diseñó inicialmente para combatir el tráfico ilegal de personas en el Mediterráneo, pero las embarcaciones también están obligadas por la legislación internacional a rescatar a personas en problemas y salvó a más de 49.000 migrantes.
Mogherini destacó hoy que la Operación Sophia contribuyó a reducir la llegada a Italia de migrantes desde Libia. Según el ministro de Defensa austriaco, Mario Kunasek, se trata también de tener un sistema de protección fronteriza que funcione.
La disputa pone en peligro la Operación Sophia, creada en 2015 para combatir el tráfico de personas frente a la costa de Libia y cuyo mandato termina a finales de año. Los países miembros de la UE acordaron en su momento que todos los migrantes rescatados por esta operación en el Mediterráneo serían llevados a Italia.
Italia exige ahora que se cambien las reglas del acuerdo de 2015 o, de lo contrario, amenaza con cerrar sus puertos a los barcos de la Operación Sophia.
La jefa diplomática de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, llamó hoy en Viena a los países miembros del bloque a asumir una "mayor responsabilidad" respecto a los migrantes rescatados en el Mediterráneo.
"Es por esta razón que tenemos una operación de la UE en el mar y por eso creo que, aunque es una discusión muy difícil, estaría bien que los países miembros considerasen asumir una mayor responsabilidad al respecto", afirmó la alta representante de Política Exerior durante una reunión de ministros de Defensa de la UE.
Mogherini, quien es italiana, argumentó que la gestión de los flujos migratorios es un asunto común europeo y no de un solo país.
La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, pidió por su parte a Italia que no ponga en peligro la Operación Sophia. "Es también una cuestión de credibilidad y de fiabilidad de la misión europea. Nosotros la creamos, está vigente hasta finales de año y tiene que continuar hasta finales de año".
No parece que la cuestión del reparto de migrantes vaya a dirimirse rápidamente. Los ministros de Interior del bloque posiblemente intentarán buscar una solución en su reunión del 13 y 14 de septiembre. Si no llegan a un acuerdo, tendrían que abordar el tema los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre informal convocada para el 20 se septiembre en Salzburgo.
En el centro del debate están las normas de asilo de la UE, conocidas como sistema de Dublín. Según esta normativa, los solicitantes de asilo deben registrarse en el primer país del bloque al que llegan.
Los intentos de reformar esa regulación no tuvieron éxito por el momento. Von der Leyen considera que ya se va tarde con esa reforma, pero advirtió que la discusión al respecto no debe hacerse a costa de la Operación Sophia, que tiene una importante tarea.
La misión se diseñó inicialmente para combatir el tráfico ilegal de personas en el Mediterráneo, pero las embarcaciones también están obligadas por la legislación internacional a rescatar a personas en problemas y salvó a más de 49.000 migrantes.
Mogherini destacó hoy que la Operación Sophia contribuyó a reducir la llegada a Italia de migrantes desde Libia. Según el ministro de Defensa austriaco, Mario Kunasek, se trata también de tener un sistema de protección fronteriza que funcione.
