Sevilla multará a los clientes que paguen por sexo en la calle


El Ayuntamiento hispalense ultima una ordenanza ante el crecimiento "brutal" de la prostitución | La policía local de Sevilla cifra en un millar las mujeres que se prostituyen en la capital andaluza. Las imágenes de prostitutas practicando relaciones sexuales en Barcelona en plena calle, que han suscitado un vivo debate social sobre la regulación de la prostitución, podrían haber sido recogidas también en Sevilla.



Sevilla multará a los clientes que paguen por sexo en la calle
Es lo que denuncian los vecinos del barrio de Nervión y reconoce la portavoz del Ayuntamiento y delegada de Cultura, Maribel Montaño. La prostitución ha crecido de forma "brutal" - asegura Montaño-en los últimos años en la capital andaluza y la respuesta del Ayuntamiento consiste en emprender una campaña contra los clientes que se llevará a cabo antes de finalizar el año, con multas para los que paguen por el sexo. La nueva ordenanza del Ayuntamiento, en trámite de aprobación, prevé también la colaboración de la policía local y la fiscalía para la protección de las mujeres que denuncien a sus explotadores.  Montaño justifica el calificativo de brutal para describir el crecimiento de la prostitución en el hecho de que haya pasado de estar concentrada en un solo punto de la ciudad, la Alameda de Hércules, a disgregarse por varias zonas: Nervión, entorno de la estación Plaza de Armas, Sevilla Este y en casi todos los polígonos industriales de la periferia. La policía local cifra en un millar las mujeres que ejercen la prostitución en la ciudad. La cifra es muy similar a la que maneja Médicos del Mundo, ONG que se dedica a prestarles asistencia y asesoramiento. También en Sevilla la inmensa mayoría de las prostitutas son extranjeras.

El objetivo de la campaña del Ayuntamiento de Sevilla es erradicar la prostitución, pero poniendo el acento en atacar al cliente. Montaño cree que "limpiar las calles", como piden algunas voces, solucionaría la mitad del problema. La otra, la explotación de la mujer, pasaría a ser un problema oculto, pero vivo. El Ayuntamiento no es partidario de regular ninguna explotación. Este es el segundo año de la campaña publicitaria en marquesinas, banderolas y vallas. El lema del año pasado tuvo mucho impacto porque apelaba directamente al cliente con la pregunta "¿Tan poco vales que tienes que pagar?". El de este año es "Pagar por sexo es invertir en violencia".

En este momento hay en Sevilla una guerra publicitaria en torno a la prostitución. Por un lado, las marquesinas, vallas y banderolas municipales tratan de concienciar a los ciudadanos de la violencia que genera esta práctica. Por otro lado, abundan vallas publicitarias y folletos colocados en parabrisas de coches que invitan a visitar establecimientos dedicados a este negocio, lo que más ha proliferado en los últimos años como consecuencia del mayor poder adquisitivo de los clientes y por la presión de los vecinos contra la prostitución en sus calles. En ese sentido, la protesta vecinal ha dado resultado parcial al reducir el fenómeno de la calle, aunque ha engordado la cartera de quienes explotan la prostitución en sus locales.

Médicos del Mundo denuncia que estas mujeres sufren una triple violencia, la que ejercen los proxenetas y las mafias que trafican con ellas, la de los clientes, y por último, la de algunos vecinos ofendidos que descargan contra ellas su ira. Un miembro de esta organización asegura que él mismo ha sufrido amenazas de algunos vecinos que lo acusaban de estar colaborando con las mujeres por prestarles auxilio. Lo fácil es echar la culpa a las mujeres y pedir que desaparezcan de la vista, dice Maribel Montaño, pero no por encerrarlo entre paredes el problema desaparece, precisa. La conclusión es que la prostitución es fruto de la demanda.

La policía se emplea a fondo estos días como consecuencia de la campaña y por el escándalo originado en Barcelona. Empujadas por la presión policial y vecinal las prostitutas cambian de ubicación o se esconden durante un breve periodo de tiempo hasta que escampe. Estos días se ven pocas chicas en las esquinas del barrio de Nervión, en la carretera de Utrera y en las avenidas de Sevilla Este. Sin embargo, dado que el empeño policial es menos persistente que la necesidad de estas mujeres, pronto volverán a instalarse donde solían. Hasta la siguiente campaña.
Lunes, 21 de Septiembre 2009
La Vanguardia, Barcelona, España
           


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