Shanghai, un brillo de esperanza para los homosexuales chinos


Shanghai es considerada por algunos como la "capital gay" china, con sus bares y sus salas de baile, como aquella donde Leon, de 28 años, casado y padre de una pequeña niña, encuentra cada fin de semana a sus "camaradas", como se llaman afectuosamente entre sí los homosexuales chinos.



Shanghai, un brillo de esperanza para los homosexuales chinos
SHANGHAI, Marianne Barriaux, (AFP) - "Si la gente de mi pueblo natal se entera que soy homosexual, se acaba todo para mí", indicó este guía turístico, que proviene de la provincia pobre de Anhui (este).
"En Shanghai hay bastantes como nosotros y ambientes como éste, es una ciudad acogedora para nosotros", señaló Leon, que vive en la segunda ciudad china desde hace diez años.
Debido a la presión familiar Leon se casó con una compañera de estudios, con quien tiene una hija de dos años. Su esposa no está al tanto de su homosexualidad.
"A veces me siento mal por ella, ¿pero qué puedo hacer? Solamente puedo sostenerla económicamente y ofrecerle la mejor vida posible", indicó, mientras decenas de hombres se lanzaban a la pista para bailar una balada.
Un bar de Shanghai incluso organiza encuentros entre gays y lesbianas que desean casarse para dar la apariencia de tener una familia, señaló Kenneth Tan, portavoz de Shanghai LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales).
En la sala de baile, Ma Qun de 75 años observa.
"Yo soy viejo y me alegra que la gente pueda ahora expresarse y hablar del tema", indicó Ma, quien nunca se casó ni vivió con un compañero. "Ahora, ya no siento presión en el corazón", añadió sonriendo.
La situación de los dos ilustra el lugar que ocupa la homosexualidad en China.
A pesar de que no es considerada una enfermedad mental desde 2001, la actitud frente a ésta oscila entre la aceptación tácita y el ostracismo persistente.
"En el pasado, incluso a comienzos de la década, los bares gays en las ciudades eran sometidos a presión por la policía", explicó Zhang Beichuan, profesor de la Universidad de Qingdao y especialista en temas relacionados con la homosexualidad. "La situación ha cambiado y es posible hacer bastantes cosas de manera más abierta".
La actitud de las autoridades al respecto es ambigua. En junio pasado Shanghai acogió discretamente el primer día del orgullo gay. Algunas actividades fueron prohibidas por las autoridades, en tanto otras pudieron llevarse a cabo sin problema.
Mientras en la ciudad turística de Dali (sur) un bar gay abrió en diciembre con el apoyo de las autoridades locales, en enero el primer concurso de belleza gay fue cancelado por la policía en Pekín.
Según los expertos, habría unos 30 millones de gays y lesbianas en China, o alrededor del 2,3% de la población. El número podría ser más elevado si todos pudieran "salir del armario", especialmente en las pequeñas ciudades y pueblos del campo.
"La principal razón es que en China es importante perpetuar la línea familiar", indicó la sexóloga Li Yinhe, subrayando el impacto de la política del hijo único.
"Si una persona no se reproduce, su familia no tendrá descendencia", explicó. "En China la expresión 'juehu' (sin descendencia) es un insulto".
Para algunos expertos las personas como Leon constituyen una fuente de preocupación, debido al riesgo de transmisión del VIH.
"Los homosexuales nacidos en 1970 o 1980, que son obligados a casarse o escogen hacerlo, nos preocupan", señaló Simon Tang de la Fundación Chi Heng, un organismo de prevención del sida. "Son sexualmente activos y como consecuencia podrían transmitir el VIH a sus esposas".
A pesar de que el gobierno ha invertido fuertemente en educar a la comunidad homosexual sobre la prevención, la ausencia de leyes contra la discriminación no ayuda, indican los expertos.
Martes, 16 de Marzo 2010
AFP, Agence France-Presse
           


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