
Al día siguiente de rechazar las acusaciones de Naciones Unidas de haber cometido crímenes de lesa humanidad en la represión de la revuelta que sacude al país desde hace 11 meses, Asad concretó la fecha de la convocatoria, cumpliendo sus anteriores promesas.
La nueva constitución considera la libertad como un "derecho sagrado" en un país en el que "el pueblo gobernará al pueblo" a través de un sistema democrático multipartidista basado en la ley islámica, indicó la televisión pública.
Asad, que en abril levantó el estado de emergencia en vigor desde 1963 -cuando su partido, el Baath, llegó al poder- ha hecho reiteradas promesas de reforma que no se han materializado desde que se inició la protesta el 15 de marzo del año pasado.
Esta nuevo promesa llega en una jornada en la que los activistas informan que las tropas sirias entraron en la ciudad de Hama (centro) e intensificaron su ataque contra otros focos de revuelta en todo el país.
El gobierno sirio rechazó el martes las acusaciones de la ONU de crímenes contra la humanidad, en particular por su ataque a la ciudad de Homs.
Diplomáticos de Rusia y China, que vetaron en dos ocasiones una resolución de la ONU llamando al cese de la represión, indicaron el martes en la Asamblea General de la ONU que ahora buscarán una condena de la violencia.
En la ciudad rebelde de Homs (centro), una explosión tocó un oleoducto al amanecer. Los activistas indicaron que las fuerzas gubernamentales la bombardearon desde el aire y los medios oficiales culparon a "grupos terroristas armados".
El gobierno sirio ha atribuido varios ataques similares a grupos "terroristas" apoyados por el extranjero, pero la oposición acusa al régimen de destrozar las infraestructuras energéticas para castigar a los disidentes.
En Damasco, decenas de jóvenes sirios se reunieron frente a la embajada rusa para agradecerle a Moscú y a Pekín su apoyo, informó la televisión pública.
La nueva constitución considera la libertad como un "derecho sagrado" en un país en el que "el pueblo gobernará al pueblo" a través de un sistema democrático multipartidista basado en la ley islámica, indicó la televisión pública.
Asad, que en abril levantó el estado de emergencia en vigor desde 1963 -cuando su partido, el Baath, llegó al poder- ha hecho reiteradas promesas de reforma que no se han materializado desde que se inició la protesta el 15 de marzo del año pasado.
Esta nuevo promesa llega en una jornada en la que los activistas informan que las tropas sirias entraron en la ciudad de Hama (centro) e intensificaron su ataque contra otros focos de revuelta en todo el país.
El gobierno sirio rechazó el martes las acusaciones de la ONU de crímenes contra la humanidad, en particular por su ataque a la ciudad de Homs.
Diplomáticos de Rusia y China, que vetaron en dos ocasiones una resolución de la ONU llamando al cese de la represión, indicaron el martes en la Asamblea General de la ONU que ahora buscarán una condena de la violencia.
En la ciudad rebelde de Homs (centro), una explosión tocó un oleoducto al amanecer. Los activistas indicaron que las fuerzas gubernamentales la bombardearon desde el aire y los medios oficiales culparon a "grupos terroristas armados".
El gobierno sirio ha atribuido varios ataques similares a grupos "terroristas" apoyados por el extranjero, pero la oposición acusa al régimen de destrozar las infraestructuras energéticas para castigar a los disidentes.
En Damasco, decenas de jóvenes sirios se reunieron frente a la embajada rusa para agradecerle a Moscú y a Pekín su apoyo, informó la televisión pública.