
"El gobierno sirio tiene la determinación de proteger a sus ciudadanos desarmando a los terroristas, y sigue buscando una solución política a la crisis cooperando con el emisario especial Kofi Annan", reza una carta del ministerio sirio de Relaciones Exteriores dirigida a la ONU y al jefe del Consejo de Seguridad, y reproducida por la agencia oficial Sana.
Siria "ha optado por la vía del diálogo nacional para resolver el problema que afronta, haciendo participar a corrientes de la oposición y a personas independientes en el proceso destinado a (...) un retorno de la seguridad y la estabilidad".
En la carta, Siria invita también a "todos los países y organizaciones que luchan contra el terrorismo (...) a presionar a todas las partes conocidas, para que dejen de apoyar el terrorismo y para poner fin al derramamiento de sangre".
El régimen sirio, enfrentado desde hace un año a una rebelión que busca su caída, se niega a reconocer la amplitud del movimiento de oposición, que tacha de "terrorista".
Annan, emisario de la ONU y de la Liga Árabe, se reunió el pasado fin de semana con el presidente Bashar al Asad en una misión centrada en la necesidad "de un cese inmediato de la violencia y los asesinatos, de un acceso a las organizaciones humanitarias y de un diálogo" político.
El miércoles recibió una respuesta de Asad a sus propuestas para una solución a la crisis, pero le pidió precisiones.
Concluida su misión, el emisario hará este viernes al Consejo de Seguridad de la ONU una "evaluación de la situación", y detallará sus conversaciones con el régimen de Damasco.
Siria "ha optado por la vía del diálogo nacional para resolver el problema que afronta, haciendo participar a corrientes de la oposición y a personas independientes en el proceso destinado a (...) un retorno de la seguridad y la estabilidad".
En la carta, Siria invita también a "todos los países y organizaciones que luchan contra el terrorismo (...) a presionar a todas las partes conocidas, para que dejen de apoyar el terrorismo y para poner fin al derramamiento de sangre".
El régimen sirio, enfrentado desde hace un año a una rebelión que busca su caída, se niega a reconocer la amplitud del movimiento de oposición, que tacha de "terrorista".
Annan, emisario de la ONU y de la Liga Árabe, se reunió el pasado fin de semana con el presidente Bashar al Asad en una misión centrada en la necesidad "de un cese inmediato de la violencia y los asesinatos, de un acceso a las organizaciones humanitarias y de un diálogo" político.
El miércoles recibió una respuesta de Asad a sus propuestas para una solución a la crisis, pero le pidió precisiones.
Concluida su misión, el emisario hará este viernes al Consejo de Seguridad de la ONU una "evaluación de la situación", y detallará sus conversaciones con el régimen de Damasco.