Según la organización de defensa de los derechos de los pueblos indígenas establecida en Londres, "casi todas" entre el centenar de tribus aisladas que se estima hay actualmente en el mundo "corren el riesgo de ser diezmadas por la tala de árboles, la exploración petrolera, la construcción de presas hidroeléctricas y otros proyectos" en sus tierras ancestrales.
Survival afirma, además, que al no estar los miembros de estas tribus inmunizados contra las enfermedades del mundo exterior, como la gripe o el sarampión, "las epidemias causadas por el contacto pueden ser devastadoras".
La ONG señala que esto quedó demostrado a principios de los años 1970 cuando el territorio de la tribu Panará en la Amazonia brasileña fue invadido con motivo de la construcción de una carretera.
"Siguió una oleada de enfermedades, y para 1980, un 80% de los Panará había muerto", afirmó Survival en un comunicado.
También los Nukak, una tribu nómada de Colombia, estimada en unos 1.300 cuando se estableció el primer contacto en 1988, son ahora "sólo 420", precisa. En la Amazonia peruana, los Murunahua han perdido también "más del 50%" de su población desde mediados de los años 1990 debido al contacto con las empresas madereras ilegales que se internan cada vez más en la selva.
La lista de tribus diezmadas por los contactos con el mundo exterior es mucho más larga, e incluye también a los Nahuas de Perú, los Matis, los Tupari, los Mebengokre o los Surui de Brasil, y los Aché de Paraguay.
"Si no se maneja con sumo cuidado, el contacto con estos pueblos significa la erradicación de más de la mitad de sus miembros", declaró el director de Survival, Stephen Corry. "Es un hecho documentado una y otra vez, por lo que cuesta creer que los gobiernos y las empresas sigan ignorándolo", agregó.
Survival afirma, además, que al no estar los miembros de estas tribus inmunizados contra las enfermedades del mundo exterior, como la gripe o el sarampión, "las epidemias causadas por el contacto pueden ser devastadoras".
La ONG señala que esto quedó demostrado a principios de los años 1970 cuando el territorio de la tribu Panará en la Amazonia brasileña fue invadido con motivo de la construcción de una carretera.
"Siguió una oleada de enfermedades, y para 1980, un 80% de los Panará había muerto", afirmó Survival en un comunicado.
También los Nukak, una tribu nómada de Colombia, estimada en unos 1.300 cuando se estableció el primer contacto en 1988, son ahora "sólo 420", precisa. En la Amazonia peruana, los Murunahua han perdido también "más del 50%" de su población desde mediados de los años 1990 debido al contacto con las empresas madereras ilegales que se internan cada vez más en la selva.
La lista de tribus diezmadas por los contactos con el mundo exterior es mucho más larga, e incluye también a los Nahuas de Perú, los Matis, los Tupari, los Mebengokre o los Surui de Brasil, y los Aché de Paraguay.
"Si no se maneja con sumo cuidado, el contacto con estos pueblos significa la erradicación de más de la mitad de sus miembros", declaró el director de Survival, Stephen Corry. "Es un hecho documentado una y otra vez, por lo que cuesta creer que los gobiernos y las empresas sigan ignorándolo", agregó.