"Cualquier agresión violando el principio de seguridad jurídica a Repsol será tomada como una agresión por España, que tomará las reacciones que crea oportunas y pedirá el apoyo que considere necesario a sus socios y aliados", dijo el ministro de Asuntos Exteriores español, Juan Manuel García-Margallo.
El canciller trasladó esta posición al embajador argentino en Madrid, Carlos Bettini, al que convocó antes de dar una rueda de prensa, en la que recordó que "YPF es importante para Repsol y Repsol es importante para España".
El malestar existente desde hace semanas entre dos países de relaciones tradicionalmente cordiales ha degenerado en un conflicto diplomático, llevando a la Comisión europea a intervenir este viernes, instando a Argentina a "proteger las inversiones extranjeras en su territorio".
"Esperamos que Argentina respete sus compromisos internacionales sobre la protección de las inversiones extranjeras en su territorio y nos mantenemos al lado de España" en este caso, afirmó en Bruselas Olivier Bailly, portavoz de la Comisión Europea, en rueda de prensa.
Margallo insistió por su lado en que "ha habido contactos de la Comisión Europea con el gobierno argentino".
El motivo de la discordia es una eventual recuperación del control por parte del Estado argentino de YPF, la filial de Repsol en un 57,4%.
Pese a que la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, consideró "grave" la situación, el ministro español de Exteriores llamó al diálogo para resolver el embrollo.
"Es la hora del diálogo, de la negociación y la llamada al sentido común y el buen acuerdo entre dos gobiernos de dos países cuyas relaciones han sido tradicionalmente importantes", dijo Margallo, quien, sin embargo, no ocultó que simultáneamente el gobierno conservador de Mariano Rajoy estudia posibles medidas en caso de que falle el diálogo, aunque rechazó detallarlas.
El ministro español de Industria, José Manuel Soria, fue el jueves el primero en elevar el tono, pocas horas antes de una reunión entre la presidenta argentina Cristina Kirchner y los gobernadores provinciales, algunos de los cuales retiraron sus concesiones de explotación a Repsol YPF, que en los últimos meses se ha quedado sin 16 licencias de explotación.
"Si en alguna parte del mundo hay gestos de hostilidad contra los intereses de las empresas españolas, el Gobierno los interpreta como hostilidad a España", dijo Soria en Varsovia.
"Yo creo que si se produce (la nacionalización) sería una muy mala noticia para todos pero tambien para Argentina porque esto, en la comunidad internacional en la que vivimos, romper las reglas tiene un coste", advirtió el secretario de Estado español para la Unión Europea, Iñigo Méndez de Vigo.
El detonante de este brusco aumento de la temperatura fue la reunión del jueves entre Cristina Kirchner y los gobernadores provinciales para examinar un plan que podría convertir a la petrolera hispano-argentina Repsol YPF en una firma mixta, estatal y privada.
La filial argentina significa los dos tercios en la producción de crudo de Repsol (62%) y casi la mitad de sus reservas (1.000 millones de barriles de un total de 2.200 millones).
El viernes por la mañana, en Madrid, el grupo aseguró que no tenía "ninguna información" sobre una posible toma de participaciones del Estado argentino de su filial, y Margallo insistió en que no tiene constancia de que ese plan haya llegado al parlamento argentino.
Repsol YPF es el líder en el mercado de combustibles en Argentina. Su filial YPF, privatizada en los años noventa, controla el 52% de la capacidad de refinamiento del país y dispone de una red de 1.600 estaciones de servicio.
El Gobierno y las provincias productoras de petróleo responsabilizan a la empresa de no cumplir compromisos de inversión y señalan que eso obliga al país a importar grandes volúmenes de hidrocarburos.
Uno de los reproches es que Repsol-YPF "redujo un 30%-35% su producción de crudo en los últimos años y más del 40% la de gas", lo que forzó a Argentina a aumentar a más de 9.000 millones de dólares las importaciones de hidrocarburos, según un documento de las provincias.
Repsol YPF rechaza el argumento oficial y asegurar que en 2012 prevé invertir 15.000 millones de pesos (3.400 millones de dólares).
El canciller trasladó esta posición al embajador argentino en Madrid, Carlos Bettini, al que convocó antes de dar una rueda de prensa, en la que recordó que "YPF es importante para Repsol y Repsol es importante para España".
El malestar existente desde hace semanas entre dos países de relaciones tradicionalmente cordiales ha degenerado en un conflicto diplomático, llevando a la Comisión europea a intervenir este viernes, instando a Argentina a "proteger las inversiones extranjeras en su territorio".
"Esperamos que Argentina respete sus compromisos internacionales sobre la protección de las inversiones extranjeras en su territorio y nos mantenemos al lado de España" en este caso, afirmó en Bruselas Olivier Bailly, portavoz de la Comisión Europea, en rueda de prensa.
Margallo insistió por su lado en que "ha habido contactos de la Comisión Europea con el gobierno argentino".
El motivo de la discordia es una eventual recuperación del control por parte del Estado argentino de YPF, la filial de Repsol en un 57,4%.
Pese a que la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, consideró "grave" la situación, el ministro español de Exteriores llamó al diálogo para resolver el embrollo.
"Es la hora del diálogo, de la negociación y la llamada al sentido común y el buen acuerdo entre dos gobiernos de dos países cuyas relaciones han sido tradicionalmente importantes", dijo Margallo, quien, sin embargo, no ocultó que simultáneamente el gobierno conservador de Mariano Rajoy estudia posibles medidas en caso de que falle el diálogo, aunque rechazó detallarlas.
El ministro español de Industria, José Manuel Soria, fue el jueves el primero en elevar el tono, pocas horas antes de una reunión entre la presidenta argentina Cristina Kirchner y los gobernadores provinciales, algunos de los cuales retiraron sus concesiones de explotación a Repsol YPF, que en los últimos meses se ha quedado sin 16 licencias de explotación.
"Si en alguna parte del mundo hay gestos de hostilidad contra los intereses de las empresas españolas, el Gobierno los interpreta como hostilidad a España", dijo Soria en Varsovia.
"Yo creo que si se produce (la nacionalización) sería una muy mala noticia para todos pero tambien para Argentina porque esto, en la comunidad internacional en la que vivimos, romper las reglas tiene un coste", advirtió el secretario de Estado español para la Unión Europea, Iñigo Méndez de Vigo.
El detonante de este brusco aumento de la temperatura fue la reunión del jueves entre Cristina Kirchner y los gobernadores provinciales para examinar un plan que podría convertir a la petrolera hispano-argentina Repsol YPF en una firma mixta, estatal y privada.
La filial argentina significa los dos tercios en la producción de crudo de Repsol (62%) y casi la mitad de sus reservas (1.000 millones de barriles de un total de 2.200 millones).
El viernes por la mañana, en Madrid, el grupo aseguró que no tenía "ninguna información" sobre una posible toma de participaciones del Estado argentino de su filial, y Margallo insistió en que no tiene constancia de que ese plan haya llegado al parlamento argentino.
Repsol YPF es el líder en el mercado de combustibles en Argentina. Su filial YPF, privatizada en los años noventa, controla el 52% de la capacidad de refinamiento del país y dispone de una red de 1.600 estaciones de servicio.
El Gobierno y las provincias productoras de petróleo responsabilizan a la empresa de no cumplir compromisos de inversión y señalan que eso obliga al país a importar grandes volúmenes de hidrocarburos.
Uno de los reproches es que Repsol-YPF "redujo un 30%-35% su producción de crudo en los últimos años y más del 40% la de gas", lo que forzó a Argentina a aumentar a más de 9.000 millones de dólares las importaciones de hidrocarburos, según un documento de las provincias.
Repsol YPF rechaza el argumento oficial y asegurar que en 2012 prevé invertir 15.000 millones de pesos (3.400 millones de dólares).