
Manifestantes en Rumanïa
"Tomé la decisión de presentar la renuncia del gobierno", anunció el primer ministro rumano, cuya popularidad se había desplomado en las últimas semanas. Boc, de 45 años, en el poder desde 2008, justificó la renuncia alegando que deseaba "distender la situación política y social del país".
En las últimas semanas, varias personalidades del gubernamental Partido Demócrata Liberal (PDL) habían pedido la renuncia de Boc, debilitado por un profundo descontento social que se tradujo en manifestaciones multitudinarias en todo el país.
Poco después, el presidente Traian Basescu nombró al ministro de Justicia, Catalin Predoiu, primer ministro interino "hasta la formación de un nuevo gobierno", anunció la presidencia rumana en un comunicado.
Basescu ya inició consultas con los partidos políticos para nombrar a un jefe de gobierno que dirija al país hasta las elecciones legislativas previstas en noviembre.
Según los analistas, podría elegir a un tecnócrata que tenga el apoyo de la coalición en el poder formada en torno al PDL.
Pero la oposición social-liberal (USL), que inició la semana pasada una huelga parlamentaria, indicó el lunes que excluía cualquier fórmula que no condujera a elecciones anticipadas.
Boc se enfrentaba a una ola de protestas populares, con una serie de manifestaciones en todo el país hasta fines de enero.
Su salida del gobierno se produce poco después de que una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la UE diera su visto bueno a las reformas llevadas a cabo por Boc en los últimos meses.
Pese a una revisión a la baja de su previsión de crecimiento para 2012 (a 1,5%-2%), debido a las incertidumbres en la zona euro, el FMI y la UE aseguraron que Rumania estaba "mejor preparada que otros países de la Unión para enfrentarse a la tormenta financiera".
"Las autoridades hicieron progresos en la implementación de las políticas convenidas, en un clima internacional muy difícil", aseguraron el FMI y la UE.
Rumania suscribió en marzo de 2011 un acuerdo de tipo preventivo, para lograr una línea de crédito de 5.000 millones de euros.
Un primer plan de rescate, adoptado en 2009, que incluía un préstamo de 20.000 millones de euros, obligó a Bucarest a reducir en 25% los salarios en el sector público y a congelar las jubilaciones, provocando una dramática caída del nivel de vida.
Además, millares de puestos de trabajo fueron suprimidos en el sector público. El FMI y la UE sugieren actualmente medidas similares a Grecia para salvarla de la quiebra.
En las últimas semanas, varias personalidades del gubernamental Partido Demócrata Liberal (PDL) habían pedido la renuncia de Boc, debilitado por un profundo descontento social que se tradujo en manifestaciones multitudinarias en todo el país.
Poco después, el presidente Traian Basescu nombró al ministro de Justicia, Catalin Predoiu, primer ministro interino "hasta la formación de un nuevo gobierno", anunció la presidencia rumana en un comunicado.
Basescu ya inició consultas con los partidos políticos para nombrar a un jefe de gobierno que dirija al país hasta las elecciones legislativas previstas en noviembre.
Según los analistas, podría elegir a un tecnócrata que tenga el apoyo de la coalición en el poder formada en torno al PDL.
Pero la oposición social-liberal (USL), que inició la semana pasada una huelga parlamentaria, indicó el lunes que excluía cualquier fórmula que no condujera a elecciones anticipadas.
Boc se enfrentaba a una ola de protestas populares, con una serie de manifestaciones en todo el país hasta fines de enero.
Su salida del gobierno se produce poco después de que una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la UE diera su visto bueno a las reformas llevadas a cabo por Boc en los últimos meses.
Pese a una revisión a la baja de su previsión de crecimiento para 2012 (a 1,5%-2%), debido a las incertidumbres en la zona euro, el FMI y la UE aseguraron que Rumania estaba "mejor preparada que otros países de la Unión para enfrentarse a la tormenta financiera".
"Las autoridades hicieron progresos en la implementación de las políticas convenidas, en un clima internacional muy difícil", aseguraron el FMI y la UE.
Rumania suscribió en marzo de 2011 un acuerdo de tipo preventivo, para lograr una línea de crédito de 5.000 millones de euros.
Un primer plan de rescate, adoptado en 2009, que incluía un préstamo de 20.000 millones de euros, obligó a Bucarest a reducir en 25% los salarios en el sector público y a congelar las jubilaciones, provocando una dramática caída del nivel de vida.
Además, millares de puestos de trabajo fueron suprimidos en el sector público. El FMI y la UE sugieren actualmente medidas similares a Grecia para salvarla de la quiebra.