Miles de civiles huían el domingo de la ciudad de Abyei, cuyo control tomaron el sábado las tropas sudanesas (norteñas) tras violentos combates. Según la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF), que se vio obligada a cerrar su clínica en el lugar, "la población entera de Abyei huyó".
Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña condenaron la toma de Abyei por los soldados del norte. Washington exigió el sábado por la noche el retiro de las fuerzas nordistas, mientras que París y Londres denunciaron "una violación" del acuerdo de paz que puso fin a la guerra entre el Norte y el Sur en 2005.
También el Consejo de Seguridad de la ONU condenó el domingo la toma de Abyei y llamó al "gobierno de Sudán a cesar su operación militar y a retirarse inmediatamente de la ciudad y sus alrededores", según un comunicado leído por el embajador de Francia ante la ONU, Gérard Araud, en una rueda de prensa en Jartum.
En Juba, capital de la región autónoma de Sudán del Sur, que en julio se convertirá en un Estado independiente, el ministro de Información, Barnaba Marial Benjamin, denunció "una invasión ilegal que viola todos los acuerdos de paz y pone en peligro la vida de miles de civiles", aunque aseguró que Sudán del Sur mantiene su compromiso de respetar el acuerdo de paz de 2005.
El portavoz del Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA), el ejército de Sudán del Sur, Philip Aguer, declaró que "los combates fueron malos, muy malos", con "bombardeos a ciegas". Afirmó sin embargo que no está previsto ningún contraataque en lo inmediato precisando que el gobierno debía tomar esa decisión.
En Jartum, el ministro de Estado de la presidencia, Amin Hasan Omer, confirmó que el ejército sudanés controlaba la ciudad de Abyei y "toda la zona al norte del río" Bahr al Arab, Kiir para los sudistas.
"Las tropas de las SAF (Fuerzas Armadas de Sudán, nordistas) permanecerán en Abyei hasta que se concluya un nuevo acuerdo de seguridad", advirtió.
Según él, la ofensiva era indispensable porque el ejército sudista intentaba reforzar su presencia en Abyei, en violación del acuerdo de paz de 2005 y del protocolo de Abyei, un anexo firmado en 2008.
Según la agencia de prensa oficial Suna, el presidente sudanés, Omar al Bashir, ordenó la disolución de la administración mixta local, instaurada tras los acuerdos de 2005 y de 2008. Según la SPLA, el administrador (sudista) de Abyei "está desaparecido".
La violencia se recrudeció en Abyei desde el referéndum en enero sobre la región autónoma de Sudán del Sur en el que una aplastante mayoría se pronunció a favor de la secesión de la región que debe convertirse el 9 de julio en un Estado independiente.
Este voto formaba parte del acuerdo que puso fin en 2005 a una guerra civil entre el Norte y el Sur de Sudán en que murieron dos millones de personas.
En enero se debía llevar a cabo otro referéndum, esta vez en Abyei para saber si se uniría al Norte o al Sur, pero fue aplazado debido a un diferendo sobre el derecho a voto de los Miseriya, una tribu de nómades árabes.
Cuatro meses después, las negociaciones entre el Norte y el Sur sobre el futuro de la provincia no avanzaron. Ambas partes se acusan de haber enviado una gran cantidad de soldados "irregulares", incumpliendo una tregua firmada en enero, y los incidentes armados se multiplicaron, en particular los últimos días.
En mayo, el Norte y el Sur se habían comprometido a retirar sus tropas de Abyei, donde las habían desplegado, algo que había condenado el gobierno de Estados Unidos. Pero el anuncio quedó sin efecto.
Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña condenaron la toma de Abyei por los soldados del norte. Washington exigió el sábado por la noche el retiro de las fuerzas nordistas, mientras que París y Londres denunciaron "una violación" del acuerdo de paz que puso fin a la guerra entre el Norte y el Sur en 2005.
También el Consejo de Seguridad de la ONU condenó el domingo la toma de Abyei y llamó al "gobierno de Sudán a cesar su operación militar y a retirarse inmediatamente de la ciudad y sus alrededores", según un comunicado leído por el embajador de Francia ante la ONU, Gérard Araud, en una rueda de prensa en Jartum.
En Juba, capital de la región autónoma de Sudán del Sur, que en julio se convertirá en un Estado independiente, el ministro de Información, Barnaba Marial Benjamin, denunció "una invasión ilegal que viola todos los acuerdos de paz y pone en peligro la vida de miles de civiles", aunque aseguró que Sudán del Sur mantiene su compromiso de respetar el acuerdo de paz de 2005.
El portavoz del Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA), el ejército de Sudán del Sur, Philip Aguer, declaró que "los combates fueron malos, muy malos", con "bombardeos a ciegas". Afirmó sin embargo que no está previsto ningún contraataque en lo inmediato precisando que el gobierno debía tomar esa decisión.
En Jartum, el ministro de Estado de la presidencia, Amin Hasan Omer, confirmó que el ejército sudanés controlaba la ciudad de Abyei y "toda la zona al norte del río" Bahr al Arab, Kiir para los sudistas.
"Las tropas de las SAF (Fuerzas Armadas de Sudán, nordistas) permanecerán en Abyei hasta que se concluya un nuevo acuerdo de seguridad", advirtió.
Según él, la ofensiva era indispensable porque el ejército sudista intentaba reforzar su presencia en Abyei, en violación del acuerdo de paz de 2005 y del protocolo de Abyei, un anexo firmado en 2008.
Según la agencia de prensa oficial Suna, el presidente sudanés, Omar al Bashir, ordenó la disolución de la administración mixta local, instaurada tras los acuerdos de 2005 y de 2008. Según la SPLA, el administrador (sudista) de Abyei "está desaparecido".
La violencia se recrudeció en Abyei desde el referéndum en enero sobre la región autónoma de Sudán del Sur en el que una aplastante mayoría se pronunció a favor de la secesión de la región que debe convertirse el 9 de julio en un Estado independiente.
Este voto formaba parte del acuerdo que puso fin en 2005 a una guerra civil entre el Norte y el Sur de Sudán en que murieron dos millones de personas.
En enero se debía llevar a cabo otro referéndum, esta vez en Abyei para saber si se uniría al Norte o al Sur, pero fue aplazado debido a un diferendo sobre el derecho a voto de los Miseriya, una tribu de nómades árabes.
Cuatro meses después, las negociaciones entre el Norte y el Sur sobre el futuro de la provincia no avanzaron. Ambas partes se acusan de haber enviado una gran cantidad de soldados "irregulares", incumpliendo una tregua firmada en enero, y los incidentes armados se multiplicaron, en particular los últimos días.
En mayo, el Norte y el Sur se habían comprometido a retirar sus tropas de Abyei, donde las habían desplegado, algo que había condenado el gobierno de Estados Unidos. Pero el anuncio quedó sin efecto.