Inicio
Política
El toque de queda ha sido decretado en el "Gran Túnez" (integrado por cuatro gobernaciones) y en las gobernaciones de Sousse (este), Monastir (este), Jenduba (noroeste) y Medenina (sur), según un comunicado de los ministerios de Defensa e Interior.
Varias localidades, además de la capital, fueron escenario el lunes y el martes de ataques contra comisarías de policía, sedes sindicales y partidos políticos, así como un tribunal, por grupos en los que se mezclaban salafistas y perturbadores.
Las fuerzas de seguridad arrestaron a 90 personas relacionadas con el salafismo tras los disturbios de la noche de lunes en la capital de Túnez, al tiempo que este martes se produjeron nuevos disturbios en la ciudad de Jenduba, en el noroeste del país.
"Hemos detenido a 90 personas en los círculos salafistas y criminales", dijo a la AFP Lotfi Hiduri, responsable de prensa del ministerio del Interior.
"La mayoría de personas detenidas son delincuentes con antecedentes judiciales", indicó el portavoz del ministerio, Jaled Tarruche, a la radio Shems FM.
Los asaltantes también incendiaron por la mañana un camión transportando bebidas alcohólicas y bloquearon la carretera delante de la dirección regional de la protección civil en la ciudad, indicó la agencia.
La policía desplegó en Jenduba agentes de policía y unidades del ejército
Estos brotes de violencia están aparentemente relacionados con una exposición en La Marsa (periferia norte de Túnez) que se llevó a cabo entre el 2 y el 10 de junio, cuyas obras fueron juzgadas como ofensas para el Islam.
Los barrios populares del oeste de la capital, así como también sus suburbios residenciales del norte, fueron escenario de violentos enfrentamientos entre grupos islamistas radicales y las fuerzas del orden.
Un tribunal fue incendiado y varias comisarías de policía atacadas. Los disturbios dejaron un centenar de heridos, entre ellos 65 miembros de las fuerzas del orden. Más de 160 personas fueron detenidas, según el gobernador, que denunció "actos terroristas" y prometió que los asaltantes serían juzgados en virtud de las leyes antiterroristas de 2003 establecidas bajo Ben Alí.
Simultáneamente, en las regiones de Jenduba, Sousse y Monastir, las sedes regionales de la poderosa central sindical UGTT, así como los locales de partidos políticos de oposición, fueron atacados.
El ministerio de Justicia anunció el martes en la noche la movilización de los guardias de prisión para proteger a los tribunales en todo el país. "Han recibido órdenes para utilizar todos los medioss, incluidos disparos con balas verdaderas, para frustrar todo eventual ataque", declaró.
Varias localidades, además de la capital, fueron escenario el lunes y el martes de ataques contra comisarías de policía, sedes sindicales y partidos políticos, así como un tribunal, por grupos en los que se mezclaban salafistas y perturbadores.
Las fuerzas de seguridad arrestaron a 90 personas relacionadas con el salafismo tras los disturbios de la noche de lunes en la capital de Túnez, al tiempo que este martes se produjeron nuevos disturbios en la ciudad de Jenduba, en el noroeste del país.
"Hemos detenido a 90 personas en los círculos salafistas y criminales", dijo a la AFP Lotfi Hiduri, responsable de prensa del ministerio del Interior.
"La mayoría de personas detenidas son delincuentes con antecedentes judiciales", indicó el portavoz del ministerio, Jaled Tarruche, a la radio Shems FM.
Los asaltantes también incendiaron por la mañana un camión transportando bebidas alcohólicas y bloquearon la carretera delante de la dirección regional de la protección civil en la ciudad, indicó la agencia.
La policía desplegó en Jenduba agentes de policía y unidades del ejército
Estos brotes de violencia están aparentemente relacionados con una exposición en La Marsa (periferia norte de Túnez) que se llevó a cabo entre el 2 y el 10 de junio, cuyas obras fueron juzgadas como ofensas para el Islam.
Los barrios populares del oeste de la capital, así como también sus suburbios residenciales del norte, fueron escenario de violentos enfrentamientos entre grupos islamistas radicales y las fuerzas del orden.
Un tribunal fue incendiado y varias comisarías de policía atacadas. Los disturbios dejaron un centenar de heridos, entre ellos 65 miembros de las fuerzas del orden. Más de 160 personas fueron detenidas, según el gobernador, que denunció "actos terroristas" y prometió que los asaltantes serían juzgados en virtud de las leyes antiterroristas de 2003 establecidas bajo Ben Alí.
Simultáneamente, en las regiones de Jenduba, Sousse y Monastir, las sedes regionales de la poderosa central sindical UGTT, así como los locales de partidos políticos de oposición, fueron atacados.
El ministerio de Justicia anunció el martes en la noche la movilización de los guardias de prisión para proteger a los tribunales en todo el país. "Han recibido órdenes para utilizar todos los medioss, incluidos disparos con balas verdaderas, para frustrar todo eventual ataque", declaró.
