Los diez acusados fueron declarados culpables de haber cometido un atentado el 3 de marzo de 2014 en una ciudad chiita, en el que tres policías, uno de los cuales era natural de Emiratos Árabes Unidos, perdieron la vida.
Se trata del atentado más mortífero desde el levantamiento en marzo de 2011 de la mayoría chiita contra la dinastía sunita de los Al Jalifa que dirige el pequeño reino del Golfo, aliado de Washington.
Es la primera vez que matan a un miembro de las fuerzas de seguridad de otro país del golfo en Bahréin, al que militares y policías de Estados vecinos se han desplazado desde hace cuatro años para apoyar a la monarquía sunita frente a la revuelta chiita.
Según el fiscal de Bahréin, los autores del atentado pertenecen a un grupo clandestino, las Brigadas Al Ashtar, que reivindicó el atentado.
Sheij Ali Salman, jefe de Al Wefaq, principal movimiento de la oposición chiita, está siendo juzgado actualmente por "incitación a cambiar el régimen por la fuerza".
La violencia se ha cobrado la vida de al menos 89 personas desde 2011, mientras que cientos de ciudadanos han sido detenidos y juzgados, según organizaciones de defensa de los derechos humanos.