
Manifestación de partidarios del gobierno
Las autoridades no han dado ninguna información precisa sobre la "operación aérea y terrestre" que tiene lugar en el monte Shaambi, donde el ejército tunecino persigue desde diciembre a este grupo que se hace llamar Falange Okba ibn Nafaa.
El ministro tunecino de la Defensa indicó el viernes que por el momento no se había matado ni arrestado a ningún "terrorista".
Señal de la tensión que existe en la zona, el ejército argelino desplegó a "más de 6.500 soldados" en la frontera con Túnez, según el diario Ash Shuruk.
Una carta de amenaza a las autoridades tunecinas, en la que se exige el cese de la operación militar en curso en la frontera argelina, fue descubierta dentro de un paquete sospechoso en Túnez, según la agencia oficial TAP, que cita al Ministerio del Interior.
El ministerio explicó que el paquete "encontrado durante un control rutinario" en un barrio de Túnez estaba compuesto de una caja de cartón rellena de "hilos metálicos sin productos explosivos" y contenía una carta "dirigida a las unidades de seguridad y al ejército, en la que se exigía la retirada del monte Shaambi.
Por otra parte, el ministerio del Interior anunció que un "extremista religioso" murió y otro resultó herido, en dos incidentes separados, al manipular explosivos.
Algunos medios expresaban su preocupación este sábado sobre un creciente riesgo de atentado.
El portavoz del ministerio del Interior, Mohamed Ali Arui, aseguró a la AFP que no existen pruebas de una "amenaza precisa" y que los "riesgos de atentado en Túnez son los mismos que en otros países del mundo".
Sin embargo, el gobierno tunecino ha reconocido en las últimas semanas que existe una amenaza terrorista creciente.
Una conferencia de prensa tendrá lugar el sábado por la tarde en la sede del gobierno, tras una reunión del primer ministro islamista Ali Alaryd con sus ministros y con representantes de diferentes partidos.
En el frente político, opositores y partidarios del gobierno dirigido por los islamistas de Annahda no parecían dispuestos a llegar a un compromiso para sacar al país de la crisis en la que se encuentra sumergido desde el asesinato del diputado de la oposición Mohamed Brahmi el pasado 25 de julio.
Si bien la mayoría de partidos de la oposición y varias organizaciones de la sociedad civil exigen la dimisión del gobierno, no han logrado establecer una posición común.
Annahda, debilitada por las movilizaciones de la oposición y las criticas de sus aliados laicos, insiste en su legitimidad para gobernar y propuso la formación de una coalición amplia, así como la celebración de elecciones en diciembre para salir de la crisis política.
Mientras que los opositores protestan desde hace una semana, los islamistas convocaron a una manifestación este sábado por la noche en la capital.
El asesinato del diputado Brahmi ocurrió seis meses después del de Shukri Belaid, otra figura de la izquierda tunecina. Su muerte había provocado la caída de un primer gobierno dirigido por Annahda.
El gobierno tunecino acusó a un salafista de estar implicado en el asesinato de Brahmi y aseguró que el arma con la que cometió el crimen sirvió para matar en febrero a Belaid.
Las autoridades indicaron también que existe un vínculo entre el grupo de Shaambi, los asesinos de los opositores y Ansar Ashariaa, la principal organización salafista de Túnez, dirigida por un veterano de la guerra de Afganistán, Abu Iyadh. Pero este movimiento ha rechazado las acusaciones.
El ministro tunecino de la Defensa indicó el viernes que por el momento no se había matado ni arrestado a ningún "terrorista".
Señal de la tensión que existe en la zona, el ejército argelino desplegó a "más de 6.500 soldados" en la frontera con Túnez, según el diario Ash Shuruk.
Una carta de amenaza a las autoridades tunecinas, en la que se exige el cese de la operación militar en curso en la frontera argelina, fue descubierta dentro de un paquete sospechoso en Túnez, según la agencia oficial TAP, que cita al Ministerio del Interior.
El ministerio explicó que el paquete "encontrado durante un control rutinario" en un barrio de Túnez estaba compuesto de una caja de cartón rellena de "hilos metálicos sin productos explosivos" y contenía una carta "dirigida a las unidades de seguridad y al ejército, en la que se exigía la retirada del monte Shaambi.
Por otra parte, el ministerio del Interior anunció que un "extremista religioso" murió y otro resultó herido, en dos incidentes separados, al manipular explosivos.
Algunos medios expresaban su preocupación este sábado sobre un creciente riesgo de atentado.
El portavoz del ministerio del Interior, Mohamed Ali Arui, aseguró a la AFP que no existen pruebas de una "amenaza precisa" y que los "riesgos de atentado en Túnez son los mismos que en otros países del mundo".
Sin embargo, el gobierno tunecino ha reconocido en las últimas semanas que existe una amenaza terrorista creciente.
Una conferencia de prensa tendrá lugar el sábado por la tarde en la sede del gobierno, tras una reunión del primer ministro islamista Ali Alaryd con sus ministros y con representantes de diferentes partidos.
En el frente político, opositores y partidarios del gobierno dirigido por los islamistas de Annahda no parecían dispuestos a llegar a un compromiso para sacar al país de la crisis en la que se encuentra sumergido desde el asesinato del diputado de la oposición Mohamed Brahmi el pasado 25 de julio.
Si bien la mayoría de partidos de la oposición y varias organizaciones de la sociedad civil exigen la dimisión del gobierno, no han logrado establecer una posición común.
Annahda, debilitada por las movilizaciones de la oposición y las criticas de sus aliados laicos, insiste en su legitimidad para gobernar y propuso la formación de una coalición amplia, así como la celebración de elecciones en diciembre para salir de la crisis política.
Mientras que los opositores protestan desde hace una semana, los islamistas convocaron a una manifestación este sábado por la noche en la capital.
El asesinato del diputado Brahmi ocurrió seis meses después del de Shukri Belaid, otra figura de la izquierda tunecina. Su muerte había provocado la caída de un primer gobierno dirigido por Annahda.
El gobierno tunecino acusó a un salafista de estar implicado en el asesinato de Brahmi y aseguró que el arma con la que cometió el crimen sirvió para matar en febrero a Belaid.
Las autoridades indicaron también que existe un vínculo entre el grupo de Shaambi, los asesinos de los opositores y Ansar Ashariaa, la principal organización salafista de Túnez, dirigida por un veterano de la guerra de Afganistán, Abu Iyadh. Pero este movimiento ha rechazado las acusaciones.