El ministerio del Interior tunecino cifraba en 14 el número de muertos en Kaserín y Thala, otra localidad del centro del país.
"El caos reina en Kaserín (290 km al sur de la capital Túnez) tras una noche de violencias, de disparos de francotiradores, saqueos y robos de comercios y viviendas", afirmó Sadok Mahmoudi, miembro de la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT).
Esta versión fue corroborada por otros testigos interrogados por la AFP. Así, todo indica que la intervención televisada el lunes del presidente Zine El Abidine Ben Ali --en la que prometió crear 300.000 empleos y denunció "actos terroristas imperdonables" al referirse a las manifestaciones-- no logró desactivar las más graves protestas en 23 años de régimen.
"El número de muertos supera los 50", afirmó el sindicalista, citando fuentes del hospital regional de Kaserín.
Un funcionario local que pidió el anonimato informó sobre disparos de francotiradores apostados en los techos, así como de las fuerzas de seguridad que, según él, habrían tirado contra cortejos fúnebres en Kaserín.
El personal médico del hospital de Kaserín detuvo su trabajo durante una hora en señal de protesta, añadió el funcionario, que describió "cadáveres destripados, con el cerebro reventado".
En París, la presidenta de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la tunecina Souhayr Belhassen, dijo que el número de muertos en las manifestaciones en Túnez llega al menos a 35, después de la violencias del fin de semana en las localidades del centro oeste del país, indicó el martes a la AFP.
"La cifra de 35 muertos se funda en una lista nominativa", declaró."Pero el número total de víctimas es más importante. Gira alrededor de los 50, pero es una evaluación", agregó Belhassen.
Para el gobierno tunecino, Kaserín "fue escenario de actos de violencia y de destrucciones cometidas por grupos que atacaron dos comisarías con botellas incendiarias, palos y barras de hierro".
"Tras diversas advertencias y disparos al aire, la policía utilizó sus armas en un acto de legítima defensa, cuando los asaltantes multiplicaron los ataques, lanzando neumáticos incendiados", indicó el martes el ministerio del Interior. Este incidente "provocó la muerte de cuatro asaltantes", añadió.
Amnesty International declaró que al menos 23 personas murieron este fin de semana a manos de las fuerzas de seguridad que abrieron fuego "en una inaudita espiral de violencia contra gente que había venido a protestar contra sus condiciones de vida, el desempleo y la corrupción".
El movimiento de protesta se había iniciado el 17 de diciembre después de que un joven comerciante se inmolara con fuego en Sidi Bouzid (centro oeste, a 265 km al sur de Túnez). Protestaba contra el embargo de su mercadería por la policía.
Por otro lado, las escuelas y las universidades fueron cerradas a partir del martes hasta nueva orden en todo el país.
Además, la policía impidió el martes en la capital una manifestación de un centenar de periodistas que protestaban contra la represión de los disturbios sociales y las "trabas" al ejercicio de su labor, indicó uno de ellos.
Europa y Estados Unidos ya expresaron su preocupación por la situación en este país del norte de África. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon declaró su "inquietud por la escalada de violentos enfrentamientos".
Según Belhassen, los disturbios se han extendido a las ciudades costeras, en el corazón de la Túnez turística.
"El caos reina en Kaserín (290 km al sur de la capital Túnez) tras una noche de violencias, de disparos de francotiradores, saqueos y robos de comercios y viviendas", afirmó Sadok Mahmoudi, miembro de la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT).
Esta versión fue corroborada por otros testigos interrogados por la AFP. Así, todo indica que la intervención televisada el lunes del presidente Zine El Abidine Ben Ali --en la que prometió crear 300.000 empleos y denunció "actos terroristas imperdonables" al referirse a las manifestaciones-- no logró desactivar las más graves protestas en 23 años de régimen.
"El número de muertos supera los 50", afirmó el sindicalista, citando fuentes del hospital regional de Kaserín.
Un funcionario local que pidió el anonimato informó sobre disparos de francotiradores apostados en los techos, así como de las fuerzas de seguridad que, según él, habrían tirado contra cortejos fúnebres en Kaserín.
El personal médico del hospital de Kaserín detuvo su trabajo durante una hora en señal de protesta, añadió el funcionario, que describió "cadáveres destripados, con el cerebro reventado".
En París, la presidenta de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la tunecina Souhayr Belhassen, dijo que el número de muertos en las manifestaciones en Túnez llega al menos a 35, después de la violencias del fin de semana en las localidades del centro oeste del país, indicó el martes a la AFP.
"La cifra de 35 muertos se funda en una lista nominativa", declaró."Pero el número total de víctimas es más importante. Gira alrededor de los 50, pero es una evaluación", agregó Belhassen.
Para el gobierno tunecino, Kaserín "fue escenario de actos de violencia y de destrucciones cometidas por grupos que atacaron dos comisarías con botellas incendiarias, palos y barras de hierro".
"Tras diversas advertencias y disparos al aire, la policía utilizó sus armas en un acto de legítima defensa, cuando los asaltantes multiplicaron los ataques, lanzando neumáticos incendiados", indicó el martes el ministerio del Interior. Este incidente "provocó la muerte de cuatro asaltantes", añadió.
Amnesty International declaró que al menos 23 personas murieron este fin de semana a manos de las fuerzas de seguridad que abrieron fuego "en una inaudita espiral de violencia contra gente que había venido a protestar contra sus condiciones de vida, el desempleo y la corrupción".
El movimiento de protesta se había iniciado el 17 de diciembre después de que un joven comerciante se inmolara con fuego en Sidi Bouzid (centro oeste, a 265 km al sur de Túnez). Protestaba contra el embargo de su mercadería por la policía.
Por otro lado, las escuelas y las universidades fueron cerradas a partir del martes hasta nueva orden en todo el país.
Además, la policía impidió el martes en la capital una manifestación de un centenar de periodistas que protestaban contra la represión de los disturbios sociales y las "trabas" al ejercicio de su labor, indicó uno de ellos.
Europa y Estados Unidos ya expresaron su preocupación por la situación en este país del norte de África. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon declaró su "inquietud por la escalada de violentos enfrentamientos".
Según Belhassen, los disturbios se han extendido a las ciudades costeras, en el corazón de la Túnez turística.