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La cadena, que se llamará la Seis, emitirá las 24 horas del día en kurdo.
Según el director de radiotelevisión turca (TRT), Ibrahim Sahin, la cadena no pretenderá "imponer la ideología del Estado ni emitir programas de información de varias horas con vocación propagandista".
La cadena, cuya puesta en marcha avanza con la mayor discreción, estará dirigida por un diplomático.
Para prosperar tendrá que abrirse camino entre la decena de cadenas kurdas emitidas en Turquía por satélite, y seguidas por millones de telespectadores gracias a las antenas parabólicas diseminadas por el sureste turco, de mayoría kurda.
Según las autoridades turcas, la nueva cadena podría limitar la influencia de Roj-TV, un canal que simpatiza con los independentistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), y que emite desde Dinamarca pese a las protestas de Ankara.
Pero, ¿podría abrir este nuevo canal el camino hacia una solución del problema kurdo en Turquía?
"No", contesta el diputado kurdo Sirri Sakik, quien tacha de "cosmética" la iniciativa, y la atribuye a una maniobra del primer ministro Recep Tayyip Erdogan para ganar las elecciones municipales de marzo en las provincias de mayoría kurda.
"No habrá debate político en esa cadena. El gobierno quiere servirse de ella para hacer propaganda", dijo a la AFP este diputado miembro del Partido para una Sociedad Democrática (DTP), la principal formación pro kurda del país amenazada de ilegalización por supuesta colusión con el PKK.
Sakik acusa a Erdogan, al poder desde 2002, de no haber "hecho nada para resolver el problema kurdo", y recuerda los eslóganes cada vez más nacionalistas de los últimos meses.
"Nosotros decimos: una nación, una bandera, una patria y un Estado. Quienes no estén de acuerdo con eso deberían irse", dijo el primer ministro en noviembre.
Tras la década de los 80 y los 90, años en que los enfrentamientos entre el PKK y el ejército alcanzaron su mayor intensidad, Turquía decidió romper los tabúes que pesaban sobre la cuestión kurda.
En un intento de reforzar sus posibilidades de adhesión a la Unión Europea, en 2004 empezaron a emitirse programas semanales en kurdo en la televisión pública, y luego en los canales privados, en un país en el que hace apenas 15 años el uso del kurdo en público estaba prohibido.
La iniciativa fue saludada en su momento, pero considerada insuficiente por los círculos kurdos, que denunciaron que el contenido de los programas se limitaba a la cultura general y no entraba en temas espinosos.
Según el director de radiotelevisión turca (TRT), Ibrahim Sahin, la cadena no pretenderá "imponer la ideología del Estado ni emitir programas de información de varias horas con vocación propagandista".
La cadena, cuya puesta en marcha avanza con la mayor discreción, estará dirigida por un diplomático.
Para prosperar tendrá que abrirse camino entre la decena de cadenas kurdas emitidas en Turquía por satélite, y seguidas por millones de telespectadores gracias a las antenas parabólicas diseminadas por el sureste turco, de mayoría kurda.
Según las autoridades turcas, la nueva cadena podría limitar la influencia de Roj-TV, un canal que simpatiza con los independentistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), y que emite desde Dinamarca pese a las protestas de Ankara.
Pero, ¿podría abrir este nuevo canal el camino hacia una solución del problema kurdo en Turquía?
"No", contesta el diputado kurdo Sirri Sakik, quien tacha de "cosmética" la iniciativa, y la atribuye a una maniobra del primer ministro Recep Tayyip Erdogan para ganar las elecciones municipales de marzo en las provincias de mayoría kurda.
"No habrá debate político en esa cadena. El gobierno quiere servirse de ella para hacer propaganda", dijo a la AFP este diputado miembro del Partido para una Sociedad Democrática (DTP), la principal formación pro kurda del país amenazada de ilegalización por supuesta colusión con el PKK.
Sakik acusa a Erdogan, al poder desde 2002, de no haber "hecho nada para resolver el problema kurdo", y recuerda los eslóganes cada vez más nacionalistas de los últimos meses.
"Nosotros decimos: una nación, una bandera, una patria y un Estado. Quienes no estén de acuerdo con eso deberían irse", dijo el primer ministro en noviembre.
Tras la década de los 80 y los 90, años en que los enfrentamientos entre el PKK y el ejército alcanzaron su mayor intensidad, Turquía decidió romper los tabúes que pesaban sobre la cuestión kurda.
En un intento de reforzar sus posibilidades de adhesión a la Unión Europea, en 2004 empezaron a emitirse programas semanales en kurdo en la televisión pública, y luego en los canales privados, en un país en el que hace apenas 15 años el uso del kurdo en público estaba prohibido.
La iniciativa fue saludada en su momento, pero considerada insuficiente por los círculos kurdos, que denunciaron que el contenido de los programas se limitaba a la cultura general y no entraba en temas espinosos.
