Viktor Yanukovich
KIEV, Valerie Leroux y Olga Nedbaeva, (AFP) - Un 4,3% de los electores votó contra ambos candidatos, opción prevista por la ley ucraniana, agregó la Comisión Electoral.
Yulia Timoshenko, que había electrizado a la multitud en el momento de la sublevación popular de 2004 al pedir más democracia en el país, se resistió a reconocer la derrota hasta tanto la última papeleta de voto no haya sido contabilizada.
La misión de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) consideró que las elecciones presidenciales ucranianas del domingo se desarrollaron de forma "transparente y honesta", lo cual sienta las bases para un traspaso "pacífico" del poder.
"Las elecciones ofrecieron una demostración impresionante de democracia. Es una victoria para todo el mundo en Ucrania", declaró el presidente de la asamblea parlamentaria de la OSCE, Joao Soares, citado en el comunicado.
"Es hora de que los dirigentes políticos del país escuchen el veredicto del pueblo y de hacer que el traspaso de poder sea pacífico y constructivo", subrayó.
La UE dijo de su lado que estaba preparada para "trabajar con el nuevo presidente" ucraniano, según la jefa de la diplomacia del bloque, Catherine Ashton, tomando nota de la evaluación de la OSCE.
"La Unión Europea se mantiene comprometida en profundizar su relación con Ucrania y en apoyar la implementación de su agenda de reformas. Con ese fin, está deseosa de trabajar con el nuevo presidente", dijo Ashton en un comunicado.
Yulia Timoshenko, habitualmente incisiva como oradora, permaneció el lunes en un silencio casi ensordecedor, aplazando hasta el martes todo discurso.
Viktor Yanukovich, de 59 años, se proclamó vencedor en la noche del domingo y prometió ser el presidente de todos los ucranianos.
"Gracias a Dios por ayudarnos a abrir un nuevo capítulo en la historia de nuestro país", declaró Yanukovich, que invitó a Timoshenko a renunciar a su cargo de jefa de gobierno.
Yanukovich prometió formar rápidamente un nuevo gobierno con una nueva mayoría en el Parlamento y dijo que iba a implementar sin demora las "reformas para superar la crisis económica".
En los últimos días de la campaña, con los sondeos en contra, Timoshenko había amenazado con una segunda Revolución Naranja en el caso de que se registraran fraudes.
El lunes por la mañana, varios centenares de militantes del partido de Yanukovich se concentraron frente a la sede de la Comisión Electoral para defender la victoria de su candidato.
En noviembre de 2004, cientos de miles de personas se habían manifestado para protestar contra la victoria de Yanukovich en la elección presidencial, exigiendo una tercera vuelta que al final se llevó a cabo y consagró el triunfo del prooccidental Viktor Yuschenko.
"¿Yanukovich? Era previsible y no hubo milagro", tituló el diario Gazeta po Kievski, cercano a Timoshenko, que destacó el desarrollo "civilizado" de la elección "a pesar de las acusaciones habituales de fraude".
"La campaña de Timoshenko fue mucho más espectacular, pero la mayoría de los electores optó por el pan y no por el circo", escribió por su parte el diario Segodnia, favorable a Yanukovich.
Otros medios de prensa se preguntaban si Timoshenko iba a reconocer su derrota.
"Podría estar tentada por una tercera vuelta en los tribunales y las calles. Pero una cosa está clara: la época de los héroes de 2004 (año de la Revolución Naranja) deja el lugar a la de los antihéroes", señaló el diario económico Ekonomicheskie Izvestia.
Yulia Timoshenko, que había electrizado a la multitud en el momento de la sublevación popular de 2004 al pedir más democracia en el país, se resistió a reconocer la derrota hasta tanto la última papeleta de voto no haya sido contabilizada.
La misión de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) consideró que las elecciones presidenciales ucranianas del domingo se desarrollaron de forma "transparente y honesta", lo cual sienta las bases para un traspaso "pacífico" del poder.
"Las elecciones ofrecieron una demostración impresionante de democracia. Es una victoria para todo el mundo en Ucrania", declaró el presidente de la asamblea parlamentaria de la OSCE, Joao Soares, citado en el comunicado.
"Es hora de que los dirigentes políticos del país escuchen el veredicto del pueblo y de hacer que el traspaso de poder sea pacífico y constructivo", subrayó.
La UE dijo de su lado que estaba preparada para "trabajar con el nuevo presidente" ucraniano, según la jefa de la diplomacia del bloque, Catherine Ashton, tomando nota de la evaluación de la OSCE.
"La Unión Europea se mantiene comprometida en profundizar su relación con Ucrania y en apoyar la implementación de su agenda de reformas. Con ese fin, está deseosa de trabajar con el nuevo presidente", dijo Ashton en un comunicado.
Yulia Timoshenko, habitualmente incisiva como oradora, permaneció el lunes en un silencio casi ensordecedor, aplazando hasta el martes todo discurso.
Viktor Yanukovich, de 59 años, se proclamó vencedor en la noche del domingo y prometió ser el presidente de todos los ucranianos.
"Gracias a Dios por ayudarnos a abrir un nuevo capítulo en la historia de nuestro país", declaró Yanukovich, que invitó a Timoshenko a renunciar a su cargo de jefa de gobierno.
Yanukovich prometió formar rápidamente un nuevo gobierno con una nueva mayoría en el Parlamento y dijo que iba a implementar sin demora las "reformas para superar la crisis económica".
En los últimos días de la campaña, con los sondeos en contra, Timoshenko había amenazado con una segunda Revolución Naranja en el caso de que se registraran fraudes.
El lunes por la mañana, varios centenares de militantes del partido de Yanukovich se concentraron frente a la sede de la Comisión Electoral para defender la victoria de su candidato.
En noviembre de 2004, cientos de miles de personas se habían manifestado para protestar contra la victoria de Yanukovich en la elección presidencial, exigiendo una tercera vuelta que al final se llevó a cabo y consagró el triunfo del prooccidental Viktor Yuschenko.
"¿Yanukovich? Era previsible y no hubo milagro", tituló el diario Gazeta po Kievski, cercano a Timoshenko, que destacó el desarrollo "civilizado" de la elección "a pesar de las acusaciones habituales de fraude".
"La campaña de Timoshenko fue mucho más espectacular, pero la mayoría de los electores optó por el pan y no por el circo", escribió por su parte el diario Segodnia, favorable a Yanukovich.
Otros medios de prensa se preguntaban si Timoshenko iba a reconocer su derrota.
"Podría estar tentada por una tercera vuelta en los tribunales y las calles. Pero una cosa está clara: la época de los héroes de 2004 (año de la Revolución Naranja) deja el lugar a la de los antihéroes", señaló el diario económico Ekonomicheskie Izvestia.