En este intercambio de advertencias, la OTAN previno el martes a Rusia contra las "graves consecuencias" de una intervención en Ucrania, que sería según la Alianza Atlántica un grave "error histórico".
Los "separatistas" que "toman las armas, que invaden edificios, serán tratados como prevén la Constitución y las leyes, como terroristas y criminales", declaró el martes el presidente ucraniano interino Olexandre Turchinov.
Pero, las fuerzas de seguridad "no tomarán nunca las armas contra manifestantes pacíficos", aseguró el mandatario ucraniano ante el parlamento, en lo que parecía ser una respuesta a las advertencias de Moscú sobre el riesgo de una guerra civil.
Fuerzas del orden y fuerzas especiales "Jaguar" del ministerio del interior ucraniano lanzaron el lunes por la noche una "operación terrorista" en Jarkov, una ciudad de 1,5 millones de habitantes fronteriza con Rusia, en donde cientos de manifestantes prorrusos tomaron la sede de la gobernación local.
Según la policía y responsables gubernamentales, los manifestantes lanzaron cócteles molotov contra el edificio y utilizaron "armas y granadas". Tres miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos, uno de gravedad, y 70 activistas fueron arrestados por "separatismo" y "disturbios masivos", entre ellos su líder, informaron las mismas fuentes.
En Donetsk, otra ciudad del este de Ucrania, los separatistas que proclamaron el lunes una "república soberana" seguían atrincherados en el edificio de la gobernación local. En cambio, la sede local de los servicios de seguridad (SBU) fue liberada, sin dejar víctimas, según las autoridades.
La sede de los servicios de seguridad de Lugansk, otra ciudad del este rusohablante de Ucrania, seguía por su parte bajo el control de separatistas.
Los manifestantes prorrusos exigen la celebración de referendos sobre una "federalización" de Ucrania o sobre la anexión de estas regiones a la vecina Rusia, aumentando los temores de que se repita el escenario crimeo, una península ucraniana que votó su adhesión a Rusia.
- 'Guerra civil' -
El presidente ruso, Vladimir Putin, que se comprometió a proteger "a cualquier precio" a la población rusohablante de la ex Unión Soviética, desplegó en su frontera con Ucrania a unos 40.000 hombres, aumentando el temor de una invasión.
Rusia instó el martes a las autoridades de Kiev a cesar cualquier preparativo de intervención militar en las regiones prorrusas del este de Ucrania, advirtiéndoles del riesgo de que derive en una guerra civil.
El ministerio ruso de Exteriores afirmó además tener información de que 150 miembros de una empresa de seguridad privada estadounidense participan en la operación ucraniana, así como activistas de un grupo nacionalista ucraniano calificado de "fascista" por Moscú, lo que Kiev desmintió.
Las autoridades ucranianas acusan a Rusia de querer "desmembrar" el país y boicotear las elecciones presidenciales previstas para el 25 de mayo. Aún más si se toma en cuenta que los favoritos de estos comicios son candidatos proeuropeos.
Frente al repentino aumento de tensión en el este ucraniano, Estados Unidos instó el lunes al presidente Putin de dejar de "desestabilizar" a Ucrania y acusó a Moscú de "orquestar" las manifestaciones prorrusas. A lo que Rusia respondió acusando a Washington de reprochar a los demás cosas que ellos mismos suelen hacer.
Estados Unidos propuso además una reunión entre Estados Unidos, Rusia, Ucrania y Europa. El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, se dijo "dispuesto a considerar" negociar sobre Ucrania, siempre que "el sur y el este de Ucrania estén representados".
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, advirtió a Rusia contra las "graves consecuencias" de una intervención en Ucrania, que sería según él un grave "error histórico".
"Insto a Rusia a retroceder y a no agravar la situación en el este de Ucrania", añadió el jefe de la Alianza Atlántica.
Estados Unidos y Europa evocan además posibles nuevas sanciones contra Rusia en caso de intervención armadas en Ucrania.