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Política
El magacín de TV-3 realizó una encuesta entre sus espectadores que cosechó un apoyo claro a la broma: un 81% de los SMS votó a favor.
El gag en cuestión dio lugar a una primera reacción de Pilar Rahola al día siguiente de la emisión, el viernes, en Els matins de Josep Cuní. La periodista le reprochó a Soler el chiste fácil con «un asesino de masas» que «humilló a millones de personas», e insistió en que el director de Polònia banaliza el tema y «humaniza a un monstruo». Soler replicó que no era el primer «asesino de masas» que aparecía en su show y, aunque se mostró comprensivo con las críticas de Rahola, no las compartía.
LA CRÍTICA DE MONEGAL / El domingo, en el artículo del crítico de tele de EL PERIÓDICO, Ferran Monegal, incluyó una mención sobre Rahola al final de su texto sobre Polònia: «No le gusta nada que saquen a Hitler en la tele, ni siquiera por la vía del sarcasmo (...) En todo lo que atañe al universo judío (...) sigue, con vocación y disciplina, los clásicos protocolos y argumentos de defensa sionista».
La periodista, que publicaba ayer un artículo sobre este tema en La Vanguardia, aludió de nuevo a la polémica en Els matins y se hincó de rodillas para, irónicamente, «pedir perdón por meterme con Polònia». En declaraciones a EL PERIÓDICO, Rahola se defendió: «Toni Soler no es Chaplin ni Polònia es El gran dictador. Me molesta, como también lo hace la caricatura que el programa hace de Franco, a quien humaniza, en lugar de destrozar. Convertir a Franco en un abuelito con una vocecita entrañable no ayuda a las generaciones actuales a comprender lo terrible que era el dictador». En este sentido, la periodista se había referido en el programa de Cuní a un artículo de la escritora Najat el Hachmi, el martes en este diario, en el que esta la calificaba de «señorita Rotenmeyer» y que finalizaba con la frase: «Mi hijo y otros muchos niños de su edad supieron quién fue Franco gracias al Polònia y ahora sabrán quién fue y qué hizo Hitler». Rahola calificó ayer de «disparate estratosférico» esa última frase y escribió: «Esta chica es el ejemplo del daño que ha hecho el sistema público de enseñanza. Debe de ser por eso que le dan premios».
Ayer mismo, desde Quebec (Canadá), la escritora de Vic explicaba que su artículo estaba motivado por la sorpresa que le causó la reacción de Rahola: «Las formas que usó eran en sí mismas caricaturescas». Ella tampoco cree «ninguna broma la cantidad de gente que murió» por culpa de Hitler, pero cree que su aparición en Polònia puede servir «para espolear las ganas de obtener más información» por los jóvenes. En cuanto a la referencia de Rahola hacia ella, El Hachmi se mostró muy dolida.
Monegal, por su parte, insistió en su visión, contraria a la de Rahola: «Yo creo que es un error de enfoque. El gag de Polònia es de un sarcasmo lúcido y feroz. Y Franco en su caballo no es más humano, sino patético».
Toni Soler, por su parte, declinó analizar la polémica: «Comentar un gag sentaría un precedente fatal. Alimentar esta discusión no nos aporta nada. Eso sí: tengo un respeto total hacia la crítica, porque siempre es subjetiva y, por tanto, respetable».
COLLEJA DEL CAC / Finalmente, también ayer, el Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) dio un tirón de orejas a TV-3 por utilizar al doble de Montilla (Sergi Mas) para promocionar la Nit 10, justo después del discurso del auténtico president.
El gag en cuestión dio lugar a una primera reacción de Pilar Rahola al día siguiente de la emisión, el viernes, en Els matins de Josep Cuní. La periodista le reprochó a Soler el chiste fácil con «un asesino de masas» que «humilló a millones de personas», e insistió en que el director de Polònia banaliza el tema y «humaniza a un monstruo». Soler replicó que no era el primer «asesino de masas» que aparecía en su show y, aunque se mostró comprensivo con las críticas de Rahola, no las compartía.
LA CRÍTICA DE MONEGAL / El domingo, en el artículo del crítico de tele de EL PERIÓDICO, Ferran Monegal, incluyó una mención sobre Rahola al final de su texto sobre Polònia: «No le gusta nada que saquen a Hitler en la tele, ni siquiera por la vía del sarcasmo (...) En todo lo que atañe al universo judío (...) sigue, con vocación y disciplina, los clásicos protocolos y argumentos de defensa sionista».
La periodista, que publicaba ayer un artículo sobre este tema en La Vanguardia, aludió de nuevo a la polémica en Els matins y se hincó de rodillas para, irónicamente, «pedir perdón por meterme con Polònia». En declaraciones a EL PERIÓDICO, Rahola se defendió: «Toni Soler no es Chaplin ni Polònia es El gran dictador. Me molesta, como también lo hace la caricatura que el programa hace de Franco, a quien humaniza, en lugar de destrozar. Convertir a Franco en un abuelito con una vocecita entrañable no ayuda a las generaciones actuales a comprender lo terrible que era el dictador». En este sentido, la periodista se había referido en el programa de Cuní a un artículo de la escritora Najat el Hachmi, el martes en este diario, en el que esta la calificaba de «señorita Rotenmeyer» y que finalizaba con la frase: «Mi hijo y otros muchos niños de su edad supieron quién fue Franco gracias al Polònia y ahora sabrán quién fue y qué hizo Hitler». Rahola calificó ayer de «disparate estratosférico» esa última frase y escribió: «Esta chica es el ejemplo del daño que ha hecho el sistema público de enseñanza. Debe de ser por eso que le dan premios».
Ayer mismo, desde Quebec (Canadá), la escritora de Vic explicaba que su artículo estaba motivado por la sorpresa que le causó la reacción de Rahola: «Las formas que usó eran en sí mismas caricaturescas». Ella tampoco cree «ninguna broma la cantidad de gente que murió» por culpa de Hitler, pero cree que su aparición en Polònia puede servir «para espolear las ganas de obtener más información» por los jóvenes. En cuanto a la referencia de Rahola hacia ella, El Hachmi se mostró muy dolida.
Monegal, por su parte, insistió en su visión, contraria a la de Rahola: «Yo creo que es un error de enfoque. El gag de Polònia es de un sarcasmo lúcido y feroz. Y Franco en su caballo no es más humano, sino patético».
Toni Soler, por su parte, declinó analizar la polémica: «Comentar un gag sentaría un precedente fatal. Alimentar esta discusión no nos aporta nada. Eso sí: tengo un respeto total hacia la crítica, porque siempre es subjetiva y, por tanto, respetable».
COLLEJA DEL CAC / Finalmente, también ayer, el Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) dio un tirón de orejas a TV-3 por utilizar al doble de Montilla (Sergi Mas) para promocionar la Nit 10, justo después del discurso del auténtico president.
