Según un resumen de los trabajos de los vulcanólogos Yoshiyuki Tatsumi y Keiko Suzuki, cuya versión completa se publicará en noviembre, el riesgo de que se produzca este escenario catastrófico es del 1% durante el próximo siglo.
"No sería extraño que una gran erupción se produzca algún día en alguna parte del archipiélago", insisten los investigadores, para quienes en ese caso podrían morir 120 millones de personas de los 127 millones de habitantes del país del Sol Naciente.
"Japón concentra el 7% de los volcanes activos del mundo y a menudo se enfrenta a catástrofes, como la reciente erupción del Monte Ontake [que ha dejado más de 50 muertos en el centro del país]. Las miradas se centran ahora en el Monte Fuji, donde existe el riesgo de una erupción", escriben.
Estos expertos basan sus trabajos en el estudio de los ciclos y del impacto de las mayores erupciones de Japón, en especial a partir del caso de la Caldera Aira, una vasta caldera volcánica creada hace 28.000 años en la región de Kagoshima (isla de Kyushu, suroeste) por el hundimiento de la cima de un volcán tras una terrible erupción.
Si actualmente se produce un fenómeno similar en la región, siete millones de personas podrían morir en dos horas a consecuencia de la lava y las rocas.
Las cenizas se expandirían por todo el país, excepto a la isla de Hokkaido (noreste), y harían peligrar las infraestructuras, al tiempo que pondría en peligro la vida de 120 millones de habitantes, según el estudio.
Japón, situado en el Cinturón de Fuego y donde confluyen cuatro placas tectónicas, cuenta con 110 volcanes activos.