
El Papa y el ex-obispo de Cloyne.
El subsecretario para Relaciones con los Estados, monseñor Ettore Balestrero, entregó el sábado por la mañana a la encargada de negocios de Irlanda, Helena Keheler, una larga respuesta oficial del Vaticano al jefe del gobierno Enda Kenny.
En julio, el primer ministro acusó al Vaticano de haber obstaculizado las investigaciones después de la publicación de un informe sobre actos de pedofilia cometidos en 1996 y 2009 por 19 sacerdotes de la diócesis rural de Cloyne (sur del país).
El documento "desea clarificar que de ninguna manera obstaculizó ni trató de interferir en una investigación sobre los delitos de abuso sexual contra niños en la diócesis de Cloyne", destacó la respuesta del Vaticano.
También quiso "clarificar" que en "ninguna etapa hizo comentarios sobre las medidas de protección de los niños adoptadas por el Estado irlandés, y menos aún trató de socavarlas".
Por otra parte, el Vaticano se declaró "profundamente preocupado" por las conclusiones de la comisión de investigación publicadas el 14 de julio sobre graves faltas" constatadas en la administración eclesiástica de la diócesis de Cloyne.
El Vaticano había anunciado una respuesta moderada a las graves acusaciones de Enda Kenny, que estimó que "la violación y la tortura de niños fueron subestimadas o 'manejadas' para acomodar a la institución, su poder y su reputación".
El gobierno irlandés reconoció este sábado "la seriedad" con la que la Iglesia Católica respondió al informe sobre actos de pedofilia cometidos por la Iglesia irlandesa y valoró los lamentos del Vaticano por "los terribles sufrimientos infligidos a las víctimas de abusos sexuales en Irlanda", según un comunicado del ministro de Relaciones Exteriores y viceprimer ministro, Eamon Gilmore.
Sin embargo, Gilmore mantuvo que la circular de la Congregación para el Clero de 1997 "dio pretexto a algunos para no cooperar completamente con las autoridades civiles irlandesas".
En esa circular, el Vaticano expresaba "reservas" canónicas sobre la obligación de denunciar los casos de abusos sexuales, aunque la Iglesia Católica subrayó que no "impedía a los obispos irlandeses denunciar las acusaciones" ni "alentó a los obispos a violar la ley irlandesa".
La Iglesia de Irlanda está ampliamente desacreditada desde la publicación en noviembre de 2009 de otro informe que reveló abusos sexuales cometidos contra niños durante décadas por sacerdotes y religiosos, silenciados por la jerarquía en la región de Dublín.
En julio, el primer ministro acusó al Vaticano de haber obstaculizado las investigaciones después de la publicación de un informe sobre actos de pedofilia cometidos en 1996 y 2009 por 19 sacerdotes de la diócesis rural de Cloyne (sur del país).
El documento "desea clarificar que de ninguna manera obstaculizó ni trató de interferir en una investigación sobre los delitos de abuso sexual contra niños en la diócesis de Cloyne", destacó la respuesta del Vaticano.
También quiso "clarificar" que en "ninguna etapa hizo comentarios sobre las medidas de protección de los niños adoptadas por el Estado irlandés, y menos aún trató de socavarlas".
Por otra parte, el Vaticano se declaró "profundamente preocupado" por las conclusiones de la comisión de investigación publicadas el 14 de julio sobre graves faltas" constatadas en la administración eclesiástica de la diócesis de Cloyne.
El Vaticano había anunciado una respuesta moderada a las graves acusaciones de Enda Kenny, que estimó que "la violación y la tortura de niños fueron subestimadas o 'manejadas' para acomodar a la institución, su poder y su reputación".
El gobierno irlandés reconoció este sábado "la seriedad" con la que la Iglesia Católica respondió al informe sobre actos de pedofilia cometidos por la Iglesia irlandesa y valoró los lamentos del Vaticano por "los terribles sufrimientos infligidos a las víctimas de abusos sexuales en Irlanda", según un comunicado del ministro de Relaciones Exteriores y viceprimer ministro, Eamon Gilmore.
Sin embargo, Gilmore mantuvo que la circular de la Congregación para el Clero de 1997 "dio pretexto a algunos para no cooperar completamente con las autoridades civiles irlandesas".
En esa circular, el Vaticano expresaba "reservas" canónicas sobre la obligación de denunciar los casos de abusos sexuales, aunque la Iglesia Católica subrayó que no "impedía a los obispos irlandeses denunciar las acusaciones" ni "alentó a los obispos a violar la ley irlandesa".
La Iglesia de Irlanda está ampliamente desacreditada desde la publicación en noviembre de 2009 de otro informe que reveló abusos sexuales cometidos contra niños durante décadas por sacerdotes y religiosos, silenciados por la jerarquía en la región de Dublín.