
Según la agencia oficial Xinhua, única fuente disponible a última hora de la tarde del miércoles, los hechos se produjeron hacia las 06H00 locales (22H00 GMT), cuando una muchedumbre de personas "armadas con cuchillos atacaron varias comisarías y la sede del gobierno local" de la ciudad de Lukqun, 250 km al sudeste de la capital regional Urumqi, no lejos del oasis de Turpan.
Los asaltantes mataron a 17 personas -policías, guardias y ocho civiles- durante los disturbios, las otras 10 víctimas murieron cuando la policía abrió fuego contra la muchedumbre, añadió Xinhua citando a un responsable del Partido Comunista Chino (PCC) del "comité regional" de Xinjiang que requirió el anonimato.
Los amotinados "apuñalaron a varias personas e incendiaron vehículos policiales", indicó la agencia.
Tres personas fueron detenidas y la policía continuaba con la persecución de los que huyeron, agregó Xinhua, que no precisó ninguna cifra
Contactadas desde Pekín, las autoridades locales declinaron realizar comentarios o no estaban localizables.
En los últimos años una serie de enfrentamientos agitaron Xinjiang, una inmensa región donde los habitantes locales, los uigures, en su mayoría musulmanes de lengua turca, viven cada vez peor el crecimiento demográfico chino y su marginación económica, política y cultural, según varios testimonios.
A mediados de abril pasado, 21 personas murieron en enfrentamientos armados entre "separatistas" uigures y policías, según la versión oficial china que precisó que las fuerzas de seguridad buscaban armas blancas.
Una página web oficial local explicaba que los uigures implicados en el incidente querían imponer el velo integral a las mujeres, un fenómeno que refleja una radicalización de un sector de la población inédita en una región conocida por practicar un islam particularmente tolerante y ajeno a la tradición wahabita procedente de Arabia Saudí.
En la región de Xinjiang se producen a menudo disturbios debido a la tensión entre hanes, la etnia mayoritaria en China, y los uigures, acusados por el gobierno chino de "terrorismo" y/o separatismo.
Los enfrentamientos más sangrientos entre hanes y uigures se produjeron en julio de 2009 en Urumqi y dejaron unos 200 muertos.
Sin embargo, los grupos uigures en el exilio rechazaron estas acusaciones de terrorismo, asegurando que las desigualdades y la represión religiosa son responsables de estos disturbios.
"La incesante represión y la provocación explican los enfrentamientos", reaccionó este miércoles el portavoz en el exilio del Congreso Uigur Mundial, Dilxat Rexit.
El año pasado, Xinjiang, un territorio que alberga a menos del 2% de la población china, concentró más de la mitad de los juicios por "ataque a la seguridad del Estado", según la fundación Duihua (Diálogo), basada en Estados Unidos.
Esta organización, especializada en el aspecto jurídico de los derechos humanos en China, considera que existe una "discriminación étnica" contra los uigures en China.
Según cifras oficiales, Xinjiang cuenta con un 46% de uigures y un 39% de hanes. El resto de la población pertenece a otras minorías.
Los asaltantes mataron a 17 personas -policías, guardias y ocho civiles- durante los disturbios, las otras 10 víctimas murieron cuando la policía abrió fuego contra la muchedumbre, añadió Xinhua citando a un responsable del Partido Comunista Chino (PCC) del "comité regional" de Xinjiang que requirió el anonimato.
Los amotinados "apuñalaron a varias personas e incendiaron vehículos policiales", indicó la agencia.
Tres personas fueron detenidas y la policía continuaba con la persecución de los que huyeron, agregó Xinhua, que no precisó ninguna cifra
Contactadas desde Pekín, las autoridades locales declinaron realizar comentarios o no estaban localizables.
En los últimos años una serie de enfrentamientos agitaron Xinjiang, una inmensa región donde los habitantes locales, los uigures, en su mayoría musulmanes de lengua turca, viven cada vez peor el crecimiento demográfico chino y su marginación económica, política y cultural, según varios testimonios.
A mediados de abril pasado, 21 personas murieron en enfrentamientos armados entre "separatistas" uigures y policías, según la versión oficial china que precisó que las fuerzas de seguridad buscaban armas blancas.
Una página web oficial local explicaba que los uigures implicados en el incidente querían imponer el velo integral a las mujeres, un fenómeno que refleja una radicalización de un sector de la población inédita en una región conocida por practicar un islam particularmente tolerante y ajeno a la tradición wahabita procedente de Arabia Saudí.
En la región de Xinjiang se producen a menudo disturbios debido a la tensión entre hanes, la etnia mayoritaria en China, y los uigures, acusados por el gobierno chino de "terrorismo" y/o separatismo.
Los enfrentamientos más sangrientos entre hanes y uigures se produjeron en julio de 2009 en Urumqi y dejaron unos 200 muertos.
Sin embargo, los grupos uigures en el exilio rechazaron estas acusaciones de terrorismo, asegurando que las desigualdades y la represión religiosa son responsables de estos disturbios.
"La incesante represión y la provocación explican los enfrentamientos", reaccionó este miércoles el portavoz en el exilio del Congreso Uigur Mundial, Dilxat Rexit.
El año pasado, Xinjiang, un territorio que alberga a menos del 2% de la población china, concentró más de la mitad de los juicios por "ataque a la seguridad del Estado", según la fundación Duihua (Diálogo), basada en Estados Unidos.
Esta organización, especializada en el aspecto jurídico de los derechos humanos en China, considera que existe una "discriminación étnica" contra los uigures en China.
Según cifras oficiales, Xinjiang cuenta con un 46% de uigures y un 39% de hanes. El resto de la población pertenece a otras minorías.