
El ministro de Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, en el centro, y el presidente egipcio, Muhammad Mursi, a la derecha.
El emisario de la ONU y de la Liga Árabe, Al Ajdar Brahimi, se reunirá el lunes con los embajadores de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para dar cuenta de sus contactos en Damasco, informó este martes el representante de Alemania ante las Naciones Unidas, Peter Wittig.
Brahimi, que viajó a Siria la semana pasada para reunirse con el presidente Bashar al Asad, visitó el martes el campo de refugiados de Zaatari (de 30.000 personas), en el norte de Jordania, donde unas 200 personas lanzaron piedras a su convoy cuando partía.
"Dijeron que estaban enojados porque se reunió con Bashar al Asad e intentó 'darle más posibilidades para matar a más gente', según ellos", declaró a la AFP un responsable de seguridad.
El emisario había visitado antes el campamento de Altinözü, en la provincia turca de Hatay y en donde viven unos 1.300 sirios.
En Damasco, Brahimi se entrevistó con responsables sirios y con jefes de la rebelión, pero la oposición estimó que la continuación de la violencia y el bloqueo en el Consejo de Seguridad de la ONU hacían que la misión estaba destinada a fracasar.
En el terreno hubo choques en varios barrios de Alepo, en donde el ejército y los rebeldes se enfrentan desde hace más de dos meses, según una periodista de la AFP en el lugar y habitantes de la zona.
La periodista vio una pareja y sus tres hijos llegar al hospital de Shaar, en el este de la ciudad. El padre sacó a un bebe del vehículo, herido en la cabeza y con el rostro ensangrentado.
Los enfrentamientos estallaron en varios barrios en donde están atrincherados los rebeldes: Bustan al Kasr (suroeste), el sector cercano a Izaa, Sukari (sur) y sobre todo el barrio de Sajur (este).
El gobierno afirmó que sus tropas controlaban el barrio estratégico de Midan (centro), luego de una semana de encarnizados combates.
Al norte de Alepo se registraban por la tarde intensos combates entre el ejército y los rebeldes que intentaban tomar el control del puesto fronterizo con Turquía de Tall al Abyad, informó la agencia de prensa turca Anatolia.
En Damasco, cuatro soldados murieron en combates en la periferia de dos barrios.
Llamado a una solución sin intervención extranjera
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En una reunión en El Cairo del "grupo de contacto" cuatripartito sobre Siria (Irán, Egipto, Turquía y Arabia Saudita), Teherán propuso el envío de observadores de los cuatro países, a pesar del fracaso de misiones similares comisionadas por la Liga Árabe y luego por la ONU.
El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Alí Akbar Salehi, llamó a "un cese simultáneo de las violencias por las partes en presencia, a un arreglo pacífico sin intervención extranjera y a un cese de la ayuda financiera y militar a la oposición siria", según la agencia IRNA.
Paralelamente, su ministerio desmintió el envío a Siria de Guardianes de la revolución (Pasdaran), la fuerza de elite del régimen iraní, luego de declaraciones del comandante en jefe de los Pasdaran que evocó una misión de consejo en Siria y el Líbano vecinos.
En visita a El Cairo, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, afirmó que el conflicto sirio no debía propagarse en el Líbano vecino, advirtiendo contra las "consecuencias internacionales" de la crisis.
Fuentes diplomáticas europeas indicaron además que el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, debería participar en "discusiones serias" sobre Siria con sus homólogos europeos la víspera de su próxima reunión en Luxemburgo en octubre.
En esa ocasión, la Unión Europea planea reforzar sus sanciones contra el régimen de Bashar al Asad, cuando Moscú, fiel aliado del régimen sirio, bloquea la adopción de medidas similares en la ONU desde que comenzó la crisis.
En tanto, Irak reabrió uno de sus principales puntos de paso con Siria, el de Qaim, cerrado desde el 15 de agosto.
Brahimi, que viajó a Siria la semana pasada para reunirse con el presidente Bashar al Asad, visitó el martes el campo de refugiados de Zaatari (de 30.000 personas), en el norte de Jordania, donde unas 200 personas lanzaron piedras a su convoy cuando partía.
"Dijeron que estaban enojados porque se reunió con Bashar al Asad e intentó 'darle más posibilidades para matar a más gente', según ellos", declaró a la AFP un responsable de seguridad.
El emisario había visitado antes el campamento de Altinözü, en la provincia turca de Hatay y en donde viven unos 1.300 sirios.
En Damasco, Brahimi se entrevistó con responsables sirios y con jefes de la rebelión, pero la oposición estimó que la continuación de la violencia y el bloqueo en el Consejo de Seguridad de la ONU hacían que la misión estaba destinada a fracasar.
En el terreno hubo choques en varios barrios de Alepo, en donde el ejército y los rebeldes se enfrentan desde hace más de dos meses, según una periodista de la AFP en el lugar y habitantes de la zona.
La periodista vio una pareja y sus tres hijos llegar al hospital de Shaar, en el este de la ciudad. El padre sacó a un bebe del vehículo, herido en la cabeza y con el rostro ensangrentado.
Los enfrentamientos estallaron en varios barrios en donde están atrincherados los rebeldes: Bustan al Kasr (suroeste), el sector cercano a Izaa, Sukari (sur) y sobre todo el barrio de Sajur (este).
El gobierno afirmó que sus tropas controlaban el barrio estratégico de Midan (centro), luego de una semana de encarnizados combates.
Al norte de Alepo se registraban por la tarde intensos combates entre el ejército y los rebeldes que intentaban tomar el control del puesto fronterizo con Turquía de Tall al Abyad, informó la agencia de prensa turca Anatolia.
En Damasco, cuatro soldados murieron en combates en la periferia de dos barrios.
Llamado a una solución sin intervención extranjera
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En una reunión en El Cairo del "grupo de contacto" cuatripartito sobre Siria (Irán, Egipto, Turquía y Arabia Saudita), Teherán propuso el envío de observadores de los cuatro países, a pesar del fracaso de misiones similares comisionadas por la Liga Árabe y luego por la ONU.
El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Alí Akbar Salehi, llamó a "un cese simultáneo de las violencias por las partes en presencia, a un arreglo pacífico sin intervención extranjera y a un cese de la ayuda financiera y militar a la oposición siria", según la agencia IRNA.
Paralelamente, su ministerio desmintió el envío a Siria de Guardianes de la revolución (Pasdaran), la fuerza de elite del régimen iraní, luego de declaraciones del comandante en jefe de los Pasdaran que evocó una misión de consejo en Siria y el Líbano vecinos.
En visita a El Cairo, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, afirmó que el conflicto sirio no debía propagarse en el Líbano vecino, advirtiendo contra las "consecuencias internacionales" de la crisis.
Fuentes diplomáticas europeas indicaron además que el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, debería participar en "discusiones serias" sobre Siria con sus homólogos europeos la víspera de su próxima reunión en Luxemburgo en octubre.
En esa ocasión, la Unión Europea planea reforzar sus sanciones contra el régimen de Bashar al Asad, cuando Moscú, fiel aliado del régimen sirio, bloquea la adopción de medidas similares en la ONU desde que comenzó la crisis.
En tanto, Irak reabrió uno de sus principales puntos de paso con Siria, el de Qaim, cerrado desde el 15 de agosto.