El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, recibió este mediodía a su homólogo español, José Luís Rodríguez Zapatero, en el Palazzo Chigi de Roma, que es la sede del Gobierno italiano.
El encuentro duró dos horas y ambos presidentes se refirieron a temas como la participación española en el G8 y los planteamientos de la presidencia española de la UE en el primer trimestre de 2010.
Visita criticada por incoherente
La visita ha sido criticada por los dos partidos de la oposición en Catalunya. CiU y PPC consideran que el encuentro entre ambos mandatarios es incoherente con la campaña del PSC para las elecciones europeas. Los socialistas catalanes utilizan la imagen del primer ministro italiano como reclamo negativo, entre otras rostros de líderes en activo y ex jefes de Estado situados en la derecha política, como George Bush, José María Aznar, Jacques Chirac y Lech Kaczynski. El candidato de CiU a las elecciones europeas, Ramon Tremosa, consideró "cínico" que el PSC tome la imagen de Berlusconi, y, a la vez, el presidente del Gobierno almuerce con él en Roma.
En rueda de prensa, criticó a los socialistas catalanes por apelar al voto del miedo y utilizar para ello la imagen de Berlusconi, con una campaña "que desmoviliza, favorece la abstención y ensucia la clase política".
Esperó que la campaña del PSC cambie tras este almuerzo y tenga un tono más constructivo. Añadió que si CiU logra un gran resultado, quizá los socialistas se vean obligados a hacer campañas en positivo.
La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, afirmó que el presidente del Gobierno ha "chafado" la campaña de los socialistas catalanas reuniéndose con Berlusconi. En declaraciones antes de presentar unas jornadas de la FAES, se refirió a los carteles de la campaña del PSC.
"Queremos saber si Zapatero le regalará a Berlusconi una pancarta del PSC para que pueda ver como lo tratan en Catalunya", subrayó Camacho antes de la reunión, que acusó a los socialistas de practicar la "antipolítica".
Zapatero llega antes a la reunión "cordial"
En la reunión entre ambos mandatarios, Zapatero llegó primero y tuvo que esperar algunos minutos a que llegara Berlusconi. Zapatero y Berlusconi se estrecharon la mano sonriendo ante los fotógrafos y las cámaras de televisión, antes de retirarse para almorzar juntos.
Fuentes diplomáticas informaron que el almuerzo transcurrió "en un ambiente cordial y distendido" y que Zapatero y Berlusconi abordaron además las relaciones hispano-italianas y la Cumbre Bilateral España-Italia que se celebrará después del verano.
No obstante, el tema esencial de las conversaciones ha sido la próxima cumbre del G8, a la que está invitada España y que se celebrará del 8 al 10 de julio en L'Aquila, la ciudad devastada por el terremoto del pasado 6 de abril.
El primer ministro italiano tiene mucho interés en que España se haga cargo de la reconstrucción del Forte Spagnolo de L'Aquila, levantado en tiempos del emperador Carlos I, diseñado por el arquitecto valenciano Pirro Luis Scrivá y encargado por el virrey de Nápoles, Pedro de Toledo.
El Forte, que es la joya de L'Aquila, resultó dañado por el terremoto del pasado 6 de abril y España se ha comprometido a reconstruirlo.
El presidente español, que llegó a Roma esta mañana, asistirá a la final de la Champions League que el FC Barcelona y el Manchester United se disputarán esta tarde en el estadio Olímpico de Roma.
El encuentro duró dos horas y ambos presidentes se refirieron a temas como la participación española en el G8 y los planteamientos de la presidencia española de la UE en el primer trimestre de 2010.
Visita criticada por incoherente
La visita ha sido criticada por los dos partidos de la oposición en Catalunya. CiU y PPC consideran que el encuentro entre ambos mandatarios es incoherente con la campaña del PSC para las elecciones europeas. Los socialistas catalanes utilizan la imagen del primer ministro italiano como reclamo negativo, entre otras rostros de líderes en activo y ex jefes de Estado situados en la derecha política, como George Bush, José María Aznar, Jacques Chirac y Lech Kaczynski. El candidato de CiU a las elecciones europeas, Ramon Tremosa, consideró "cínico" que el PSC tome la imagen de Berlusconi, y, a la vez, el presidente del Gobierno almuerce con él en Roma.
En rueda de prensa, criticó a los socialistas catalanes por apelar al voto del miedo y utilizar para ello la imagen de Berlusconi, con una campaña "que desmoviliza, favorece la abstención y ensucia la clase política".
Esperó que la campaña del PSC cambie tras este almuerzo y tenga un tono más constructivo. Añadió que si CiU logra un gran resultado, quizá los socialistas se vean obligados a hacer campañas en positivo.
La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, afirmó que el presidente del Gobierno ha "chafado" la campaña de los socialistas catalanas reuniéndose con Berlusconi. En declaraciones antes de presentar unas jornadas de la FAES, se refirió a los carteles de la campaña del PSC.
"Queremos saber si Zapatero le regalará a Berlusconi una pancarta del PSC para que pueda ver como lo tratan en Catalunya", subrayó Camacho antes de la reunión, que acusó a los socialistas de practicar la "antipolítica".
Zapatero llega antes a la reunión "cordial"
En la reunión entre ambos mandatarios, Zapatero llegó primero y tuvo que esperar algunos minutos a que llegara Berlusconi. Zapatero y Berlusconi se estrecharon la mano sonriendo ante los fotógrafos y las cámaras de televisión, antes de retirarse para almorzar juntos.
Fuentes diplomáticas informaron que el almuerzo transcurrió "en un ambiente cordial y distendido" y que Zapatero y Berlusconi abordaron además las relaciones hispano-italianas y la Cumbre Bilateral España-Italia que se celebrará después del verano.
No obstante, el tema esencial de las conversaciones ha sido la próxima cumbre del G8, a la que está invitada España y que se celebrará del 8 al 10 de julio en L'Aquila, la ciudad devastada por el terremoto del pasado 6 de abril.
El primer ministro italiano tiene mucho interés en que España se haga cargo de la reconstrucción del Forte Spagnolo de L'Aquila, levantado en tiempos del emperador Carlos I, diseñado por el arquitecto valenciano Pirro Luis Scrivá y encargado por el virrey de Nápoles, Pedro de Toledo.
El Forte, que es la joya de L'Aquila, resultó dañado por el terremoto del pasado 6 de abril y España se ha comprometido a reconstruirlo.
El presidente español, que llegó a Roma esta mañana, asistirá a la final de la Champions League que el FC Barcelona y el Manchester United se disputarán esta tarde en el estadio Olímpico de Roma.