LAS MANOS, 26 julio 2009 (AFP) - Tras haber anunciado que instalaría un campamento en la localidad fronteriza de Las Manos para organizar la resistencia, con apoyo de sus seguidores, para recuperar el poder del cual fue desplazado el 28 de junio, Zelaya decidió volver a Ocotal para pasar allí la noche.
"Estamos organizando la resistencia", indicó Zelaya durante un improvisado mitín en Las Manos, donde se quedó a unos 100 metros del límite fronterizo, y donde anunció a sus partidarios que se quedará el fin de semana en la zona y que establecerá allí un campamento.
"No tengamos miedo, vamos por reformas sociales, vamos por la presidencia de Honduras y la expulsión de los golpistas", añadió Zelaya un día después de pisar suelo hondureño a escasos metros de la frontera, en lo que calificó como un acto "simbólico para ejercer soberanía".
Casi un mes después del golpe de Estado que lo expulsó de la presidencia, un centenar de personas llegadas a la zona en el transcurso de los tres últimos días lo recibieron.
"Vamos a estar aquí el tiempo que 'Mel' (sobrenombre del mandatario) diga. Estamos firmes", dijo Rosa Amanda Olivas, con los pies enlodados apenas cubiertos por una sandalias de plástico que poco la protegieron en su caminata por cerros durante unas siete horas para evadir los retenes del Ejército, en su ruta a la frontera.
La tensión aumentó el sábado en la frontera -donde unos 3.000 militares y policías resguardaban la zona, según dijo Radio Globo- luego que un hondureño apareció muerto en un camino rural y partidarios de Zelaya culparan del crimen a la Policía.
Periodistas de la AFP vieron el cadáver, con señales de golpes y heridas de arma blanca, tirado a un costado de un predio cafetalero.
"Ayer (viernes) fue visto por testigos que lo capturó la Policía" mientras participaba en las manifestaciones por el retorno de Zelaya en El Paraíso, pueblo a 10 km de la frontera nicaragüense, dijo la Radio Globo.
El hombre, identificado por amigos como Pedro Madriel Muñoz Alvarado, de 23 años, "apareció con señales de tortura, de que fue ejecutado", agregó la emisora, uno de los pocos medios hondureños que ha mantenido una línea crítica al gobierno de facto de Roberto Micheletti.
Un oficial de la Policía -que no quiso identificarse- reconoció ante manifestantes y periodistas en El Paraíso que el hombre había sido detenido el viernes, pero dijo que por fumar marihuana, y aseguró que había sido liberado después.
Hasta ahora sólo había oficialmente un muerto en incidentes relacionados con la crisis política en Honduras, pero esta semana una organización internacional denunció que tenía información sobre "ejecuciones extrajudiciales" en el país tras el golpe de Estado, mencionando otros cinco asesinatos. El gobierno de Micheletti rechazó la denuncia e invitó a observadores internacionales.
Micheletti invitó el viernes a Alemania, Bélgica, Canadá, Colombia, Panamá y Japón como observadores del diálogo de San José, bajo la mediación del presidente costarricense Oscar Arias.
Desde Caracas, el presidente venezolano, Hugo Chávez, calificó de "lamentable" la mediación de Arias, acusándolo de recibir órdenes de Estados Unidos.
Por su parte, Zelaya negó que tenga planeado viajar a Washington el próximo martes para seguir allí los esfuerzos diplomáticos.
"No tengo (nada que ir a hacer) a Washington, si (alguien) quiere hablar conmigo que mande un delegado aquí a la frontera" entre Nicaragua y Honduras.
Mientras cientos de personas se aglomeraban en el estacionamiento del centro comercial Villas del Sol, en Tegucigalpa, para partir hacia Las Manos en apoyo a Zelaya, el gobierno de facto extendió hasta el domingo el toque de queda en la frontera con Nicaragua.
Ofreció además trasladar por vía aérea a la esposa del depuesto mandatario, Xiomara Castro, para que se reúna con él en Nicaragua, pero ésta rechazó la oferta y la calificó como un intento de echarla del país.
Los diplomáticos venezolanos a quienes Micheletti ordenó abandonar Honduras seguían este sábado en el país, un día después de que se cumpliera el plazo de 72 horas, informó el responsable de la embajada venezolana.
bur/aic/dk
© 1994-2009 Agence France-Presse
"Estamos organizando la resistencia", indicó Zelaya durante un improvisado mitín en Las Manos, donde se quedó a unos 100 metros del límite fronterizo, y donde anunció a sus partidarios que se quedará el fin de semana en la zona y que establecerá allí un campamento.
"No tengamos miedo, vamos por reformas sociales, vamos por la presidencia de Honduras y la expulsión de los golpistas", añadió Zelaya un día después de pisar suelo hondureño a escasos metros de la frontera, en lo que calificó como un acto "simbólico para ejercer soberanía".
Casi un mes después del golpe de Estado que lo expulsó de la presidencia, un centenar de personas llegadas a la zona en el transcurso de los tres últimos días lo recibieron.
"Vamos a estar aquí el tiempo que 'Mel' (sobrenombre del mandatario) diga. Estamos firmes", dijo Rosa Amanda Olivas, con los pies enlodados apenas cubiertos por una sandalias de plástico que poco la protegieron en su caminata por cerros durante unas siete horas para evadir los retenes del Ejército, en su ruta a la frontera.
La tensión aumentó el sábado en la frontera -donde unos 3.000 militares y policías resguardaban la zona, según dijo Radio Globo- luego que un hondureño apareció muerto en un camino rural y partidarios de Zelaya culparan del crimen a la Policía.
Periodistas de la AFP vieron el cadáver, con señales de golpes y heridas de arma blanca, tirado a un costado de un predio cafetalero.
"Ayer (viernes) fue visto por testigos que lo capturó la Policía" mientras participaba en las manifestaciones por el retorno de Zelaya en El Paraíso, pueblo a 10 km de la frontera nicaragüense, dijo la Radio Globo.
El hombre, identificado por amigos como Pedro Madriel Muñoz Alvarado, de 23 años, "apareció con señales de tortura, de que fue ejecutado", agregó la emisora, uno de los pocos medios hondureños que ha mantenido una línea crítica al gobierno de facto de Roberto Micheletti.
Un oficial de la Policía -que no quiso identificarse- reconoció ante manifestantes y periodistas en El Paraíso que el hombre había sido detenido el viernes, pero dijo que por fumar marihuana, y aseguró que había sido liberado después.
Hasta ahora sólo había oficialmente un muerto en incidentes relacionados con la crisis política en Honduras, pero esta semana una organización internacional denunció que tenía información sobre "ejecuciones extrajudiciales" en el país tras el golpe de Estado, mencionando otros cinco asesinatos. El gobierno de Micheletti rechazó la denuncia e invitó a observadores internacionales.
Micheletti invitó el viernes a Alemania, Bélgica, Canadá, Colombia, Panamá y Japón como observadores del diálogo de San José, bajo la mediación del presidente costarricense Oscar Arias.
Desde Caracas, el presidente venezolano, Hugo Chávez, calificó de "lamentable" la mediación de Arias, acusándolo de recibir órdenes de Estados Unidos.
Por su parte, Zelaya negó que tenga planeado viajar a Washington el próximo martes para seguir allí los esfuerzos diplomáticos.
"No tengo (nada que ir a hacer) a Washington, si (alguien) quiere hablar conmigo que mande un delegado aquí a la frontera" entre Nicaragua y Honduras.
Mientras cientos de personas se aglomeraban en el estacionamiento del centro comercial Villas del Sol, en Tegucigalpa, para partir hacia Las Manos en apoyo a Zelaya, el gobierno de facto extendió hasta el domingo el toque de queda en la frontera con Nicaragua.
Ofreció además trasladar por vía aérea a la esposa del depuesto mandatario, Xiomara Castro, para que se reúna con él en Nicaragua, pero ésta rechazó la oferta y la calificó como un intento de echarla del país.
Los diplomáticos venezolanos a quienes Micheletti ordenó abandonar Honduras seguían este sábado en el país, un día después de que se cumpliera el plazo de 72 horas, informó el responsable de la embajada venezolana.
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