TEGUCIGALPA, 5 julio 2009 (AFP) -
Cuando se cumple una semana del golpe de Estado que destituyó del poder y expulsó del país a Zelaya, miles de sus seguidores se preparaban para recibirlo con una marcha hacia el aeropuerto prevista a las 10H00 (16H00 GMT) del domingo.
La OEA suspendió al país centroamericano el sábado por la noche en aplicación de la carta democrática interamericana por su negativa a restablecer el orden constitucional, en la primera medida de este tipo 47 años después de que lo hiciera con Cuba.
La suspensión de Honduras fue aprobada por unanimidad -excepto Honduras que no participó en la votación- durante una Asamblea General extraordinaria reunida en la sede de la OEA en Washington, en presencia de Zelaya.
La resolución insta además a los "Estados miembros de la OEA y las organizaciones internacionales a revisar sus relaciones con Honduras", lo que aísla aún más al régimen liderado por Roberto Micheletti.
Honduras vive "un régimen del terror que está vivo. Fueron seis días de represión que ha vivido el pueblo. El pueblo ha sufrido", afirmó Zelaya ante el pleno de la OEA.
El mandatario hondureño destituido reiteró que este domingo regresará a su país, pese a las recomendaciones de varios países de que retrase el viaje por razones de seguridad.
"Vuelvo porque se necesita que vuelva la paz", enfatizó.
En Tegucigalpa, miles de personas, procedentes de todos los departamentos del país, se han ido congregando para pedir la restitución de Zelaya y darle la bienvenida pese a los bloqueos de carreteras que han impuesto los militares para impedirles el paso.
"Haremos resistencia hasta que llegue" el presidente, "el único en la historia que nos ha escuchado", declaró a la AFP Gerardo Mejía, uno de los líderes sociales.
Zelaya se arriesga a ser detenido en cuanto ponga un pie en Honduras. La Fiscalía lo acusa de 18 delitos, entre ellos, el de traición a la patria.
El mandatario destituido anunció que regresaría a su país acompañado de "varios presidentes", a los que no identificó.
"Nos vamos a presentar al aeropuerto internacional de Honduras en Tegucigalpa con varios presidentes, varios miembros de comunidades internacionales (...)", dijo a la cadena de televisión Telesur.
El ex embajador de Honduras ante la OEA, Carlos Sosa, anunció que el avión de Zelaya saldrá "hacia las 10H00 (14H00 GMT) de Washington hacia Honduras y llegará hacia las 15H00 (21H00 GMT)".
El secretario general del organismo, el chileno José Miguel Insulza, que el viernes estuvo en Honduras, advirtió que la vuelta de Zelaya es "riesgosa".
"Pienso que hay riesgos, por supuesto. Si me pregunta si será un regreso seguro, por supuesto que no", señaló.
Mientras la comunidad internacional ha cerrado filas en torno al presidente depuesto, la sociedad hondureña se encuentra polarizada y profundamente dividida.
La Iglesia Católica hondureña, a través de su cardenal Oscar Andrés Rodríguez, apoyó al gobierno de facto y recomendó a Zelaya que no regrese para "evitar un baño de sangre".
"Sé que usted ama la vida, sé que usted respeta la vida, hasta el día de hoy no ha muerto un solo hondureño, por favor medite porque después sería demasiado tarde", instó el cardenal.
El presidente elegido por el Congreso Nacional, Roberto Micheletti, ha dejado claro que Zelaya "nunca" será restituido en el poder y garantizó que el 29 de noviembre se realizarán las elecciones generales previstas y el 27 de enero entregará el mando al vencedor.
De su lado, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, exigió a la OEA "actuar con firmeza" para restituir de manera inmediata a Zelaya, tras considerar que la prolongación del golpe de Estado afectará la estabilidad en Centroamérica.
bur-af-ml
© 1994-2009 Agence France-Presse
Cuando se cumple una semana del golpe de Estado que destituyó del poder y expulsó del país a Zelaya, miles de sus seguidores se preparaban para recibirlo con una marcha hacia el aeropuerto prevista a las 10H00 (16H00 GMT) del domingo.
La OEA suspendió al país centroamericano el sábado por la noche en aplicación de la carta democrática interamericana por su negativa a restablecer el orden constitucional, en la primera medida de este tipo 47 años después de que lo hiciera con Cuba.
La suspensión de Honduras fue aprobada por unanimidad -excepto Honduras que no participó en la votación- durante una Asamblea General extraordinaria reunida en la sede de la OEA en Washington, en presencia de Zelaya.
La resolución insta además a los "Estados miembros de la OEA y las organizaciones internacionales a revisar sus relaciones con Honduras", lo que aísla aún más al régimen liderado por Roberto Micheletti.
Honduras vive "un régimen del terror que está vivo. Fueron seis días de represión que ha vivido el pueblo. El pueblo ha sufrido", afirmó Zelaya ante el pleno de la OEA.
El mandatario hondureño destituido reiteró que este domingo regresará a su país, pese a las recomendaciones de varios países de que retrase el viaje por razones de seguridad.
"Vuelvo porque se necesita que vuelva la paz", enfatizó.
En Tegucigalpa, miles de personas, procedentes de todos los departamentos del país, se han ido congregando para pedir la restitución de Zelaya y darle la bienvenida pese a los bloqueos de carreteras que han impuesto los militares para impedirles el paso.
"Haremos resistencia hasta que llegue" el presidente, "el único en la historia que nos ha escuchado", declaró a la AFP Gerardo Mejía, uno de los líderes sociales.
Zelaya se arriesga a ser detenido en cuanto ponga un pie en Honduras. La Fiscalía lo acusa de 18 delitos, entre ellos, el de traición a la patria.
El mandatario destituido anunció que regresaría a su país acompañado de "varios presidentes", a los que no identificó.
"Nos vamos a presentar al aeropuerto internacional de Honduras en Tegucigalpa con varios presidentes, varios miembros de comunidades internacionales (...)", dijo a la cadena de televisión Telesur.
El ex embajador de Honduras ante la OEA, Carlos Sosa, anunció que el avión de Zelaya saldrá "hacia las 10H00 (14H00 GMT) de Washington hacia Honduras y llegará hacia las 15H00 (21H00 GMT)".
El secretario general del organismo, el chileno José Miguel Insulza, que el viernes estuvo en Honduras, advirtió que la vuelta de Zelaya es "riesgosa".
"Pienso que hay riesgos, por supuesto. Si me pregunta si será un regreso seguro, por supuesto que no", señaló.
Mientras la comunidad internacional ha cerrado filas en torno al presidente depuesto, la sociedad hondureña se encuentra polarizada y profundamente dividida.
La Iglesia Católica hondureña, a través de su cardenal Oscar Andrés Rodríguez, apoyó al gobierno de facto y recomendó a Zelaya que no regrese para "evitar un baño de sangre".
"Sé que usted ama la vida, sé que usted respeta la vida, hasta el día de hoy no ha muerto un solo hondureño, por favor medite porque después sería demasiado tarde", instó el cardenal.
El presidente elegido por el Congreso Nacional, Roberto Micheletti, ha dejado claro que Zelaya "nunca" será restituido en el poder y garantizó que el 29 de noviembre se realizarán las elecciones generales previstas y el 27 de enero entregará el mando al vencedor.
De su lado, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, exigió a la OEA "actuar con firmeza" para restituir de manera inmediata a Zelaya, tras considerar que la prolongación del golpe de Estado afectará la estabilidad en Centroamérica.
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