BEIRUT, 23 noviembre 2009 (AFP) -
El centro de Beirut, devastado durante la guerra civil entre 1975 y 1999 y paralizado entre 2006 y 2008 por problemas políticos internos y el conflicto entre el Hezbolá e Israel, es hoy en día un hervidero de actividad y nuevos hoteles, restaurantes y comercios abren a diario.
La capital libanesa se ha embarcado en una ofensiva de encanto para atraer a turistas con proyectos ambiciosos como el "Beirut Souks", donde 400 comercios, 49 de ellos dedicados a la joyería, deberían abrir sus puertas en los próximos meses.
Los viejos zocos han sido renovados por una suma de 100 millones de dólares y recibirán a marcas como Vivienne Westwood, Armani, Berluti y Cartier.
"El lujo se está expandiendo como una mancha de aceite a través del centro de Beirut, indicó el consultor Guillaume Boudisseau, de la agencia inmobiliaria Ramco Real Estate.
"Ése es el lugar para invertir ahora", agregó.
Diseñadores internacionales oriundos de Líbano también muestran sus trabajos en Beirut, y por ello Elie Saab y Zuhair Murad tienen sus talleres en el distrito de las compras.
Aunque Beirut aún no puede competir con la vasta oferta de Dubai, tiene una ventaja clara además de su larga tradición de centro de compras: se puede ir a todos lados caminando, algo imposible en la capital de los Emiratos Árabes Unidos.
Tony Salameh, director del importador de lujo libanés Aishti, espera que la ciudad "recupere su posición de destino para compras en un plazo de dos años".
Para Salameh, el mercado del lujo en Líbano se encuentra al alza, con un crecimiento del 15% anual.
Apodada "la París de Oriente Medio" antes de la guerra, Beirut había renacido como una ciudad de estilo al final de la guerra civil en los '90, a pesar de los problemas económicos del país y sus carencias en materia de infraestructura.
Pero Líbano volvió a caer en un período de inestabilidad tras el asesinato en 2005 del ex primer ministro Rafiq Hariri, a quien se le adjudicaba haber reconstruido el centro de Beirut.
"Fue allí que perdimos la carrera contra Dubai", indica Salameh. "Pero hoy la crisis mundial que afectó con dureza a los países del Golfo ha jugado a favor de Líbano", agrega.
A diferencia de muchos de sus vecinos, Líbano ha salido hasta el momento más o menos indemne de la crisis, en parte gracias a su sólido sector bancario.
"Ahora tenemos la posibilidad de recuperar el primer puesto a manos de Dubai, porque su clientela, en su mayoría ricos rusos, representaban entre el 60 y el 65 por ciento de su volumen de negocios y eso se ha terminado", concluye Salameh.
El centro de Beirut, devastado durante la guerra civil entre 1975 y 1999 y paralizado entre 2006 y 2008 por problemas políticos internos y el conflicto entre el Hezbolá e Israel, es hoy en día un hervidero de actividad y nuevos hoteles, restaurantes y comercios abren a diario.
La capital libanesa se ha embarcado en una ofensiva de encanto para atraer a turistas con proyectos ambiciosos como el "Beirut Souks", donde 400 comercios, 49 de ellos dedicados a la joyería, deberían abrir sus puertas en los próximos meses.
Los viejos zocos han sido renovados por una suma de 100 millones de dólares y recibirán a marcas como Vivienne Westwood, Armani, Berluti y Cartier.
"El lujo se está expandiendo como una mancha de aceite a través del centro de Beirut, indicó el consultor Guillaume Boudisseau, de la agencia inmobiliaria Ramco Real Estate.
"Ése es el lugar para invertir ahora", agregó.
Diseñadores internacionales oriundos de Líbano también muestran sus trabajos en Beirut, y por ello Elie Saab y Zuhair Murad tienen sus talleres en el distrito de las compras.
Aunque Beirut aún no puede competir con la vasta oferta de Dubai, tiene una ventaja clara además de su larga tradición de centro de compras: se puede ir a todos lados caminando, algo imposible en la capital de los Emiratos Árabes Unidos.
Tony Salameh, director del importador de lujo libanés Aishti, espera que la ciudad "recupere su posición de destino para compras en un plazo de dos años".
Para Salameh, el mercado del lujo en Líbano se encuentra al alza, con un crecimiento del 15% anual.
Apodada "la París de Oriente Medio" antes de la guerra, Beirut había renacido como una ciudad de estilo al final de la guerra civil en los '90, a pesar de los problemas económicos del país y sus carencias en materia de infraestructura.
Pero Líbano volvió a caer en un período de inestabilidad tras el asesinato en 2005 del ex primer ministro Rafiq Hariri, a quien se le adjudicaba haber reconstruido el centro de Beirut.
"Fue allí que perdimos la carrera contra Dubai", indica Salameh. "Pero hoy la crisis mundial que afectó con dureza a los países del Golfo ha jugado a favor de Líbano", agrega.
A diferencia de muchos de sus vecinos, Líbano ha salido hasta el momento más o menos indemne de la crisis, en parte gracias a su sólido sector bancario.
"Ahora tenemos la posibilidad de recuperar el primer puesto a manos de Dubai, porque su clientela, en su mayoría ricos rusos, representaban entre el 60 y el 65 por ciento de su volumen de negocios y eso se ha terminado", concluye Salameh.