Universidad de Yale.
En forma contraria a la mayoría de las becas ofrecidas por las grandes universidades estadounidenses, este programa de Yale se dirige a todos los sectores de la actividad, sin distinciones académicas.
Ya en 2001, 16 personas que trabajaban y se distinguían por su "capacidad para convertirse en líderes" fueron seleccionadas para pasar un semestre en New Haven (140 km al noreste de Nueva York), donde se encuentra la sede de esta universidad incluida en el selecto grupo "Ivy League" de las ocho mejores de Estados Unidos.
Directores de galerías de arte como el libanés Saleh Barakat, médicos como el chino Wan Yanhai o periodistas como la colombiana Claudia López sólo tienen en común su excelencia.
"Contamos con unas 3.800 candidaturas procedentes de todos los continentes y un jurado de seis personas pasa cuatro meses por año seleccionando hasta llegar a los 16 elegidos", explicó en una entrevista a la AFP, Michael Cappello, experto en enfermedades contagiosas y director del "World Fellows Program".
Cada año, entre agosto y septiembre, los becados -cuyos gastos de estudio corren a cuenta de la universidad y que reciben alojamiento para ellos y sus familias- eligen los cursos que quieren seguir, aunque también tienen que darlos a los estudiantes del campus.
Alexey Navalni, que denuncia la corrupción en Rusia, siguió cursos de derecho empresarial pero también enseñó cómo bloguear y habló de su país.
El tunecino Fares Mabrouk, de 41 años, ex empresario en el sector petrolero, llegó a Yale para "aprender a montar un 'think tank' (laboratorio de ideas) sobre la democracia" y eligió, entre otros, un curso titulado "cómo escuchar música".
"En el mundo entero, todo futuro líder debe saber muchas cosas sobre muchos temas", estimó una responsable del programa, Valérie Rose Belanger.
"Muchas personas nunca se hubieran cruzado y la experiencia que obtienen los enriquece y les permite tejer redes. Como vienen del mundo real, y no son académicos como nosotros, interesan mucho a nuestros estudiantes porque ya tomaron riesgos", agregó.
En casi todos los casos, el programa de Yale se transformó en un punto de inflexión profesional.
La venezolana María Corina Machado, tras haber sido electa diputada en su país en 2010, decidió a los 43 años presentarse contra Hugo Chávez en la elección presidencial de 2012.
Fares Mabrouk cambió de vida tras el curso y ahora trabaja con un grupo de blogueros sobre las próximas elecciones para la Asamblea Constituyente en su país.
Para Wan Yanhai, forzado a partir de China, Estados Unidos se convirtió en su país de adopción.
En 2007, luego de Yale, Saleh Barakat, galerista desde 1991, montó el pabellón libanés en la Bienal de Venecia. Más tarde colaboró con el Tate Modern en Londres y abrió una segunda galería.
Ya en 2001, 16 personas que trabajaban y se distinguían por su "capacidad para convertirse en líderes" fueron seleccionadas para pasar un semestre en New Haven (140 km al noreste de Nueva York), donde se encuentra la sede de esta universidad incluida en el selecto grupo "Ivy League" de las ocho mejores de Estados Unidos.
Directores de galerías de arte como el libanés Saleh Barakat, médicos como el chino Wan Yanhai o periodistas como la colombiana Claudia López sólo tienen en común su excelencia.
"Contamos con unas 3.800 candidaturas procedentes de todos los continentes y un jurado de seis personas pasa cuatro meses por año seleccionando hasta llegar a los 16 elegidos", explicó en una entrevista a la AFP, Michael Cappello, experto en enfermedades contagiosas y director del "World Fellows Program".
Cada año, entre agosto y septiembre, los becados -cuyos gastos de estudio corren a cuenta de la universidad y que reciben alojamiento para ellos y sus familias- eligen los cursos que quieren seguir, aunque también tienen que darlos a los estudiantes del campus.
Alexey Navalni, que denuncia la corrupción en Rusia, siguió cursos de derecho empresarial pero también enseñó cómo bloguear y habló de su país.
El tunecino Fares Mabrouk, de 41 años, ex empresario en el sector petrolero, llegó a Yale para "aprender a montar un 'think tank' (laboratorio de ideas) sobre la democracia" y eligió, entre otros, un curso titulado "cómo escuchar música".
"En el mundo entero, todo futuro líder debe saber muchas cosas sobre muchos temas", estimó una responsable del programa, Valérie Rose Belanger.
"Muchas personas nunca se hubieran cruzado y la experiencia que obtienen los enriquece y les permite tejer redes. Como vienen del mundo real, y no son académicos como nosotros, interesan mucho a nuestros estudiantes porque ya tomaron riesgos", agregó.
En casi todos los casos, el programa de Yale se transformó en un punto de inflexión profesional.
La venezolana María Corina Machado, tras haber sido electa diputada en su país en 2010, decidió a los 43 años presentarse contra Hugo Chávez en la elección presidencial de 2012.
Fares Mabrouk cambió de vida tras el curso y ahora trabaja con un grupo de blogueros sobre las próximas elecciones para la Asamblea Constituyente en su país.
Para Wan Yanhai, forzado a partir de China, Estados Unidos se convirtió en su país de adopción.
En 2007, luego de Yale, Saleh Barakat, galerista desde 1991, montó el pabellón libanés en la Bienal de Venecia. Más tarde colaboró con el Tate Modern en Londres y abrió una segunda galería.